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El agua potable


Enviado por   •  22 de Noviembre de 2013  •  Ensayos  •  3.232 Palabras (13 Páginas)  •  205 Visitas

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El agua potable, es decir; química y bacteriológicamente pura, es solamente privilegio de apenas la mitad de la población en los países en desarrollo.

Las enfermedades transmitidas a través de la ingesta de aguas contaminadas privan de la vida a unos diez millones de seres humanos por año.

Tanto los cursos de agua superficiales como subterráneos se ven afectados por contaminantes, no sólo en los países pobres, sino también en los industrializados.

Las aguas que escurren por zonas rurales (aguas de escorrentía) y las provenientes de centros urbanos, se hallan saturadas de sustancias tóxicas: metales pesados, pesticidas, nitratos, etc.

El uso abusivo de agua demandado por la agricultura y la industria, están agotando los caudales subterráneos en distintas regiones del planeta.

Nadie pondría hoy en duda que el agua es de importancia fundamental para la vida. Resulta indiscutible tener conciencia de ello a efectos de tomar las previsiones necesarias para que los problemas que ya asoman hoy resulten de imposible solución en el futuro.

No debemos subestimar la problemática actual considerando los antes dicho como un problema intrascendente, pues de continuar así se ponen en juego nuestras vidas y las de las generaciones venideras que pagarán una deuda por hechos culposos no cometidos.

Sin agua no hay vida: por ello el desarrollo de los centros vitales tiene preferencia en aquellos sitios donde la presencia de esta beneficiosa sustancia resulta abundante.

Hace algo más de 2500 años, Tales de Mileto en la antigua Grecia afirmaba que el agua "era la sustancia universal de la cual provenían todas las cosas". Se adicionaba otra frase: "el agua es lo mejor" que adquirió gran importancia en el mundo antiguo. Esta última afirmación se sustentaba en la observación siguiente: "el nutrimento de todas las cosas es húmedo"... "la simiente de todas las cosas es de naturaleza húmeda".

Lo cierto es que hemos permanecido en estado prenatal durante nueve meses en la matriz materna, razón por la cual: hemos nacido del agua.

Las antiguas comunidades sabían elegir muy bien sus asentamientos: ello ocurría cerca de los grandes ríos, Nilo, Tigris y Éufrates entre los cuales se formaba la "media luna de las tierras fértiles", transformando zonas desérticas o áridas en magníficos jardines.

Todas las células de los seres vivos poseen en su interior una solución acuosa vital. Nuestra sangre contiene alrededor de un 90% de agua, los músculos aproximadamente un 75%, y los huesos vivos cerca de un 20%. Consideradas estas cifras, podemos afirmar que alrededor de un 70% de nuestro cuerpo es agua, que continuamente intercambia, ya que pierde ininterrumpidamente esta sustancia a través de la respiración, la transpiración y la orina. Este valioso elemento debe ser repuesto inexorablemente para que la vida continúe con normalidad. Un ser humano debe beber alrededor de cinco veces su peso aproximado 80 kg, hará pasar por su garganta unos 400 litros de anuales y en 70 años de vida unos 28000 litros.

La sobrevivencia del hombre en el planeta y su desarrollo es el producto de sus luchas por obtener agua, una verdadera hazaña épica. Fue necesaria la construcción de pozos como el de Jacob - de cita Bíblica -, la perforación de canales en la árida Mesopotamia, la regulación de las crecidas del Nilo en Egipto 5000 años atrás, represas de piedra y acueductos muchos de los cuales aún perduran por la solidez de su construcción y estructura.

EL AGUA EN LA NATURALEZA: SU CICLO GLOBAL

Se ha dicho que el agua es lo más común de las sustancias, pero dotada de propiedades poco comunes; entre estas últimas podemos citar su gran capacidad calórica, su elevada tensión superficial y el hecho por el cual en relación a su estructura la forma sólida - hielo - sea de menor densidad que la forma líquida. La conjunción de las tres características citadas, hace que la vida en la tierra transcurra tal como la conocemos.

Las trayectorias del ciclo global del agua son: precipitación, evaporación y transporte de vapor. Precipita del cielo en forma de lluvia o nieve, cayendo en buena parte sobre los océanos; retorna a la atmósfera por evaporación. Una porción fluye por tierra hacia el mar como escorrentía y también penetra la tierra como agua subterránea; en la otra dirección las corrientes atmosféricas transportan el vapor del mar hacia la tierra. El flujo se puede medir en miles de km3 / año.

DISTRIBUCION DEL AGUA EN LA TIERRA

La cantidad de agua en el mundo es considerable pero algo irregular.

Examinando un mapa podemos deducir que alrededor de un 70% de la superficie del globo es mar, razón por la cual podríamos concluir que la provisión de agua de bebida sería una situación resuelta, pero no es tan así: la mayor cantidad corresponde a los océanos con un 97,41%, no disponible por efecto de la salinidad.

Una pequeña porción -no salina-, el 2,59% forma parte de los casquetes polares, glaciares, nieve, agua subterránea, humedad del suelo, biota, atmósfera, ríos y lagos. La fracción directamente aprovechable de la cual depende la vida en la tierra, excluyendo la vida marina, es de tan sólo el 1,4%.

CONSUMO

No se puede establecer una constante en el mundo pues ello depende de factores tales como regiones geográficas, grado de desarrollo, educación, costumbres, etc. Si, depende fundamentalmente del número de habitantes de un país, de las macro ciudades y de los grandes complejos industriales. Por lo expuesto existen diferencias de consumo entre países altamente desarrollados como EE.UU. de norte América o algún país europeo y otros con posibilidades económicas menores o muy poca evolución en los medios de acceder a las fuentes de agua potable.

Tomemos como ejemplo una ciudad densamente poblada como París; veremos que recibe un caudal de aproximadamente 1.000.000 de m 3 diariamente, de los cuales se pierden cerca de la mitad sin consumo, no han sido de utilidad a nadie por uso irracional, pérdida de cañerías, canillas defectuosas y otros problemas. Con ese volumen de agua pondrían regarse racionalmente unas 100 hectáreas cultivadas. Nuestra ciudad de Buenos Aires, no presenta mucha diferencia con el ejemplo dado.

Estamos acostumbrados a un elevado consumo, sobre todo en comunidades de grandes ingresos. Si nos preocupamos por el elevado consumo de agua potable (química y bacteriológicamente pura), debemos pensar tanto en el volumen empleado correctamente, como el que se pierde inútilmente:

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