Enfermedad Terminal. La Tanatología

La Tanatología es “una disciplina integral que estudia el fenómeno de la muerte en los seres humanos, aplicando el método científico o técnicas forenses, tratando de resolver y enfrentar las situaciones conflictivas que suceden en torno a ella, desde distintos ámbitos del saber como son la medicina, la psicología, la antropología física, la religión y el derecho. Con el surgimiento de esta también ha surgido la necesidad de saber cómo, dónde y cuándo debe actuar quien tenga esta profesión, para hacer  precisa la asistencia a los moribundos.

El cuándo sería a partir del reconocimiento que el paciente se encuentra en un estado de muerte inminente, para lo que se requiere un diagnóstico y pronóstico del estado terminal (ET), bien sustentado. Lamentablemente el ET no se reconoce como tal por la ciencia médica  porque admitirlo reflejaría aceptación de fracaso de sus propias técnicas. Siendo  las Unidades de Cuidados Intensivos lo más cercano que se puede encontrar, donde cabe la posibilidad de rechazar al paciente al catalogarlo como “no recuperable” y como consecuencia informar a la familia y procurar la asistencia tanatológica.

También se ha instrumentado la alta hospitalaria por “máximo beneficio hospitalaria”. Esto quiere decir que ya no se puede hacer más por el paciente y que este ha caído en un estado terminal, sin definirlo claramente.

Entre aceptar el fracaso y no saber concretamente que hacer frente este tipo de pacientes, lo cierto es que los médicos están obligados a responder de acuerdo a  la Ley Reglamentaria del Artículo 5 de la Ley General de Salud ”[…] proporcionar todo lo que esté a su alcance para preservar la salud y vida de los individuos”. En este sentido no existe definición de que es la vida humana, por lo que se empeña en mantener por todos los medios posibles los signos  vitales, como si solo se tratara de eso. Se olvida que somos humanos y que los tratamientos clínicos y tecnológicos afectan el estado del paciente al dedicar tiempo en cuidados y asistencia tanatológica, dejando de lado la unión con la familia.

Por esto se debe tener un diagnostico eficaz para poder disfrutar la última etapa de vida sin sufrimiento y dolor.

El humano es un ser único, pues no se repite, es un ser que piensa, capaz de sentir y expresar sentimientos diversos. A medida que crece este tiene experiencia que le enseñan el dolor y sufrimiento.

Sabemos que lo único que tenemos asegurado en la vida es la muerta, todos nacimos, por lo tanto estamos destinados a morir. El lugar y cómo es incierto, pero cuando se manifiesta ante nosotros una situación que nos pone en riesgo, como una grave enfermedad, tanto que nos hace pensar en fallecimiento; entramos en un mundo de emociones complejas que nos alteran y confundes. Esto es exactamente lo que sufre el paciente terminal cuando se le da una noticia que altera sus hábitos y estilos de vida que poco a poco se van consumiendo.

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