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Enfermeria


Enviado por   •  5 de Agosto de 2013  •  1.318 Palabras (6 Páginas)  •  364 Visitas

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La habitación de los adolescentes.

Espacio de identidad y privacidad en la adolescencia.

La adolescencia es un momento de cambios y de reafirmación de la identidad por eso los adolescentes necesitan un lugar que refleje su personalidad y este territorio libre en su habitación, su espacio de privacidad.

La habitación es el único lugar de la casa, y del mundo, que el adolescente es su dueño. En este espacio que debe siempre respetado, los jóvenes sueñan, disfrutan de su sexualidad, escuchan música, chatean con sus amigos, hacen los deberes, leen y, muchas veces, también se encierran a sufrir y a llorar. Por eso los hijos adolescentes son muy celosos en proteger este espacio libre de su privacidad, y tienen razón, es su único espacio propio. No hay que montar peleas porque la habitación del hijo tiene una decoración completamente diferente de toda la casa. Es una seña de identidad y reflejo de su personalidad. Un adolescente siente pánico solo en imaginar que una madre podrá opinar cómo decorar la habitación. Los adolescentes quieren una habitación llena de recuerdos, de sus cantantes y actores favoritos y de eslóganes con las cuales se identifican.

La búsqueda de un espacio propio, de un lugar de intimidad, es natural en una persona adulta y esa necesidad comienza a manifestarse en la adolescencia. Hay que hablar y consensuar si el hijo adolescente puede encerrarse con llave o no, si los padres cierran su habitación con llave, es probable que el hijo quiera el mismo derecho. Por eso dice que tiene que haber acuerdos y normas, entre ellas una muy importante, golpear la puerta antes de entrar. El hijo adolescente tiene derecho a la privacidad de sus emociones y sexualidad.

Lo cierto es que los adolescentes, en su búsqueda y reafirmación de su identidad, reclaman privacidad, y dejar de compartir el cuarto con sus hermanos menores. Lo importante es saber transmitirles que también es necesario mantener el orden y la limpieza en el ámbito privado, y establecer reglas claras de convivencia en la familia.

La habitación puede ser un caos total, pero está prohibido entrar sin permiso, aunque sea para limpiar y tirar lo que se considera inútil. Hacer tal cosa implica irrumpir en la intimidad del hijo adolescente, que los jóvenes procuran preservar a toda cosa. Lo mejor para evitar conflictos es respetar la privacidad y pedirles a los adolescentes que ellos mismos ordenen y limpien la habitación.

El adolescente está en un periodo en el que su carácter se está forjando, esto se traduce de diversas formas, una de ellas es la de disponer de su habitación. El piensa que el adolescente tiene una necesidad esencial de espacio y de libertad para crecer. No está seguro que esto guste a todos los padres.

El cuarto del adolescente representa su autonomía, su intimidad, su territorio, su cueva… La habitación de un adolescente encarna la oposición a la de los padres. Por ejemplo el adolescente que tenga trastornos del sueño no irá a dormir al dormitorio de sus padres, donde sí acudiría un niño pequeño para ir a refugiarse. Incluso si no encuentra el sueño un joven adolescente prefiere quedarse en su cama.

La habitación de un adolescente, es también su lugar de juego, de sexualidad, de apertura al mundo, sobre todo si tiene un ordenador. Es también su lugar secreto donde puede esconder su diario detrás de un mueble. Curiosamente el cuarto de un adolescente es un lugar para salir de la casa, para evadirse de ella.

El joven adulto hace de su habitación un espacio suyo. Hay que dejarlo en su mundo y evitar que esté en permanencia con los padres. En algunas situaciones, es complicado, por ejemplo si el chico comparte la habitación con un hermano o una hermana. En este caso es suficiente prestarle una atención particular, como dejarle un pequeño armario que pueda cerrar con llave. Está la habitación y lo que pueda representar la intimidad, algo muy apreciado por el adolescente. Por último, el dormitorio es un lugar donde el adolescente puede aburrirse, algo muy importante para él.

Sí, el adolescente debe mover los muebles,

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