Enfermeria
adycovarrubias18 de Agosto de 2013
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El segundo capítulo se titulo “Spallanzani: los microbios nacen de los microbios”
narra que tiempo después de la muerte de Leeuwenhoek no había alguien que se ocupara enserio de los estudios realizados por él; en 1729 nació en Scandiano Italia Lazzaro Spallanzani, quien a sus 25 años escribió un ensayo intentando explicar la mecánica de las piedras que caen en el agua. Fue el científico que derroco a la teoría de “la fuerza vital”, con sus ingeniosos experimentos, dando mayor credibilidad a los argumentos científicos que en aquel entonces eran muy cuestionados e incluso en ciertas partes, castigadas con la misma muerte. Spallanzani dejo un legado que sentó las bases firmes para el trabajo de los demás “cazadores de microbios”; falleció debido a un padecimiento en la vejiga en el año 1799, no sin antes dejar huella con sus grandes aportaciones.
hay que tener en cuenta todos los hallazgos científicos que se redactan porque es importante comprender que no hay necesidad de ser muy aparatoso y complicado para llevar a cabo una gran investigación que conlleve a un buen descubrimiento; o de otra forma, es mucho mejor decir todo con unas pocas palabras a decir muchas palabras que no digan nada.
CAPITULO II
LÁZARO SPALLANZANI Y LOS MICROBIOS NACEN DE MICROBIOS
A semejanza de Leeuwenhoek, el joven italiano tuvo que sostener grandes luchas con su familia para llegar a ser un cazador de microbios. El joven Spallanzazani estaba tan decidido a arrancar sus secretos a la naturaleza como lo estuvo Leeuwenhoek, si bien eligió un camino totalmente diferente para llegar a ser hombre de ciencia. La emoción y la dignidad de profundizar en el estudio de la Naturaleza empezaron a abrirse en los laboratorios retirados de los filósofos.
Spallanzazani se lanzó con ardor a la tarea de recoger los conocimientos más diversos,
a poner a prueba toda clase de teorías, a descartar todas las autoridades por famosas que fuesen y frecuentó el trato de todo género de personas, desde obesos obispos, funcionarios y profesores, hasta actores extranjeros y juglares, era como el polo opuesto de Leeuwenhoek., una vez ordenado sacerdote y considerado como un creyente fanático, se entrego con ardor a poner en duda todo lo existente, sin aceptar nada como cierto, excepto la existencia de Dios., antes de cumplir los treinta años fue nombrado profesor en la Universidad de Regio, allí fue donde dio comienzo a sus estudios sobre los animalillos, aquellos seres nuevos y pequeñísimos descubiertos por Leeuwenhoek, esos animalillos eran objeto de una controversia extraña, giraban en torno de esta cuestión: ¿Nacen espontáneamente los seres vivos, o deben tener padres forzosamente?, Spallanzazani negaba la posibilidad de la generación espontánea de la vida; ante la realidad de los hechos estimaba absurdo que los animales, aun los diminutos bichejos de Leeuwenhoek, pudieran provenir de un modo caprichoso, de cualquier cosa vieja o de cualquier inmundicia. ¡Una ley y un orden debían presidir su nacimiento; no podían surgir al azar!, ¡Con cuánta facilidad dilucida la cuestión! Toma dos tarros y pone un poco de carne en cada uno de ellos, deja descubierto uno y tapa el otro con una gasa, las moscas acuden a la carne que hay en el tarro destapado, y poco después aparecen en él las larvas y más tarde moscas,
examina el tarro tapado con la gasa y no encuentra ni una sola larva, ni una sola mosca., a la mañana siguiente le hizo pensar en la misma cuestión, pero no ya en relación con las moscas, sino con los animales microscópicos, pero reflexionaba: “Si es que me propongo probar algo no seré un verdadero hombre de ciencia si no aprendo a seguir los hechos adonde quieran llevarme; tengo que zafarme de mis prejuicios.
Spallanzazani enseño a sus discípulos que la vida solo procede de la vida, que todos los seres vivos, aún esos mismos bichitos
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