Equinodermos
jochisilva211 de Junio de 2015
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Reduca (Biología). Serie Zoología. 5 (3): 58-70, 2012.
ISSN: 1989-3620
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Prácticas de Zoología
Estudio y diversidad de los Equinodermos
Ana García Moreno. Raimundo Outerelo. Eduardo Ruiz.
José I. Aguirre. Ana Almodóvar. Javier A. Alonso. Jesús Benito. Antonio Arillo.
Jacinto Berzosa. Valentín Buencuerpo. Francisco J. Cabrero-Sañudo.
Eduardo de Juana. D. J. Díaz Cosín. José A. Díaz. Benigno Elvira.
Gregorio Fernández Leborans. Ignacio García Más. José F. Gómez.
Mª Dolores González Mora. Mónica Gutiérrez López. Juan B. Jesús.
Mª Dolores Martínez Ibáñez. Mª Eugenia Mínguez. Víctor Monserrat.
Benito Muñoz Araújo. Concepción Ornosa. Cristina Parejo Piñón. Fernando Pardos.
Javier Pérez Tris. Juan Pérez Zaballos. Francisco Pulido Delgado. Álvaro Ramírez.
Pablo Refoyo Román. Carmen Roldán. Tomás Santos. Luis S. Subías.
José Luis Tellería. D. Trigo. Mª Ángeles Vázquez.
Carlos A. Martín. Elena Arriero. Jorge Cano.
Departamento de Zoología y Antropología Física. Facultad de Ciencias Biológicas.
Universidad Complutense de Madrid. c/ José Antonio Novais, 2. 28040 Madrid.
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Diseño gráfico
Ana García Moreno
Resumen: En esta práctica se estudian la diversidad de la organización y estructura de los representantes del filo Equinodermos. Se observa la anatomía externa de ejemplares de cinco de las clases actuales: Equinoideos, Asteroideos, Ofiuroideos, Holoturoideos y Crinoideos.
Palabras clave: Equinodermos. Equinoideos. Asteroideos. Ofiuroideos. Holoturoideos. Crinoideos.
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CARACTERÍSTICAS GENERALES
Los Equinodermos son metazoos triblásticos, celomados (enterocélicos) y deuteróstomos.
Todas las especies son marinas y los adultos presentan simetría
pentarradiada alrededor de un eje oral-aboral, que afecta a casi todos sus sistemas de
órganos. Esta simetría es una adquisición secundaria ya que las larvas tienen simetría
bilateral, que en algunos casos vuelve a aparecer debido a adaptaciones especiales
(Equinoideos irregulares y Holoturoideos).
Presentan un endoesqueleto dérmico formado por placas calcáreas y espinas de
carbonato cálcico; el endoesqueleto es el que da el nombre al filo (Gr., echinos, espina,
+ derma, piel). Son características exclusivas de los Equinodermos la presencia de un
sistema ambulacral, pies ambulacrales y pedicelarios.
Los Equinodermos actuales están constituidos por:
Subfilo Pelmatozoa. Equinodermos inmóviles casi siempre o muy lentos.
Clase Crinoidea. Crinoideos. Lirios de mar.
Subfilo Eleutherozoa. Equinodermos móviles.
Clase Asteroidea. Estrellas de mar.
Clase Ophiuroidea. Ofiuras.
Clase Echinoidea. Erizos de mar, regulares e irregulares.
Clase Holothuroidea. Pepinos de mar, pierden típica simetría radial.
Clase Concentricycloidea. Margaritas de mar. Un género y dos especies.
EQUINOIDEOS (ERIZOS DE MAR)
El estudio de la anatomía externa se realizará en dos Equinoideos regulares:
Paracentrotus y Arbacia. Son animales bentónicos que viven en las grietas o en las
charcas que deja la marea en las playas rocosas. Así mismo, se podrán reconocer
ejemplares pertenecientes a los Equinoideos irregulares (adultos con simetría
bilateral): Ecchinocardium y Encope; que viven enterrados en la arena.
El cuerpo de los erizos regulares tiene forma subesférica, y en él se diferencia un
hemisferio aboral, donde se abre el ano, y un hemisferio oral, más aplanado, en cuyo
centro se abre la boca (Fig. 1 A).
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Figura 1. Estructura de un Equinoideo regular. A. Fotografía de un ejemplar en vista radial. B. Esquema
del esqueleto del hemisferio aboral. C. Tipos de sistema apical. D. Esquema del esqueleto del
hemisferio oral.
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Equinoideos regulares
Paracentrotus: Este Equinodermo se presenta para su estudio conservado (en
alcohol de 70º) en un frasco; el alumno estudiará, a la lupa, las siguientes estructuras:
Espinas: recubren todo el caparazón excepto la región donde se abre la boca.
Largas y móviles, cada una de ellas está unida a su articulación (mamelón) por
fascículos musculares. Observar si todas las espinas tienen el mismo tamaño y
si todas tienen su extremo distal puntiagudo (Fig. 1 A).
Pies ambulacrales: pertenecen al sistema ambulacral y salen a través de poros
situados en cinco áreas diferenciadas en el caparazón (ambulacrales o
radiales). Los pies, aunque están retraídos por la fijación, pueden alargarse más
allá del extremo de las espinas, y son utilizados para la locomoción. Cada pie
termina en una ventosa.
Boca y peristoma: en el centro del hemisferio oral se abre la boca, tapada por
cinco dientes que forman parte de un complejo aparato masticador interno,
denominado linterna de Aristóteles. Entre la boca y el borde del caparazón
existe una membrana peristomial, que en la zona que bordea la boca está
atravesada por cinco pares de pies ambulacrales modificados o ambulacros
bucales, al servicio de la alimentación (Fig. 1 D).
Pedicelarios: pequeños apéndices pedunculados terminados en tres osículos
móviles o valvas, dispuestas a modo de pinzas. Se encuentran repartidos por
toda la superficie del caparazón (entre las espinas) y en la membrana
peristomial. Su función es la eliminación de posibles intrusos y ayudar a
mantener limpia la epidermis. En Paracentrotus hay cuatro tipos de
pedicelarios, según su tamaño y forma de las valvas. Intentar identificar alguno
mediante los esquemas que se proporcionan en el guión (Fig. 2).
Figura 2. Pedicelarios de Equinoideos.
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Branquias: hay cinco pares de branquias ramificadas situadas en las zonas ambulacrales, en el borde del caparazón limitando con el peristoma (Fig. 1 D).
Epidermis: Todo el caparazón y estructuras mencionadas están recubiertos por la epidermis, que a la lupa se observa como una fina lámina transparente.
Arbacia: en este erizo se hará el estudio del caparazón desprovisto de espinas.
El caparazón está formado por placas u osículos calcáreos dispuestos de forma simétrica y fusionada de manera que son totalmente inmóviles. Entre los polos aboral y oral, las placas, de forma más o menos pentagonal y yuxtapuestas, forman 10 hileras meridianas dobles: cinco hileras dobles de placas ambulacrales (a estos meridianos, numerados con números arábigos, se les denomina áreas ambulacrales, ambulacros o radios), que alternan con otras cinco hileras dobles de placas interambulacrales (a estos meridianos, numerados con números romanos, se les denomina áreas interambulacrales o interradios) (Fig. 1 B). Las placas de las áreas ambulacrales están perforadas por pares de poros (cada par corresponde a la salida de un pie ambulacral).
Todas las placas de los 10 meridianos presentan pequeños abultamientos o mamelones en los que se articulan las púas.
La parte apical del hemisferio aboral presenta una membrana periproctal, en la que se abre el ano. Rodeando a éste y cubriendo la membrana periproctal hay 4 placas periproctales (en otros géneros, como en el caso del esquema, Fig. 1 B, este número varía). El conjunto de estas estructuras constituye el periprocto.
Rodeando al periprocto hay un círculo de 10 placas cuyo conjunto forma el sistema apical. De estas placas, cinco son de mayor tamaño y en cada una de ellas hay un orificio, el gonoporo, por lo que a estas placas se las denomina genitales; también se las denomina interradiales, pues se localizan en los interradios. Una de ellas es de mayor tamaño que las demás y tiene múltiples poros a través de los cuales entra el agua al sistema ambulacral; se la denomina madreporito o placa madrepórica.
Las otras cinco placas son de menor tamaño y cada una de ellas presenta un ocelo, por lo que se las denomina placas ocelares; por localizarse en las áreas radiales también se las conoce como placas radiales.
Según se dispongan los dos grupos de cinco placas, se diferencian tres tipos de sistema apical (Fig. 1 C):
Monocíclico,
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