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Esquizofrenia


Enviado por   •  30 de Octubre de 2013  •  1.499 Palabras (6 Páginas)  •  189 Visitas

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La esquizofrenia en familia.

Cuando un miembro de la familia enferma de esquizofrenia, se altera la vida normal y la convivencia se ve afectada. Por ello, es muy importante la información y comprensión de la enfermedad, y que ayudará a mantener la armonía dentro de la familia.

El impacto en la familia.

Al principio suele ser frecuente el fenómeno de “no dar crédito” a lo que pasa. A continuación se inician una serie de consultas para confirmar el diagnóstico y finalmente cuando se “acepta” (lo que no siempre ocurre) se genera un sentimiento colectivo de miedo, vergüenza y culpabilidad basadas en falsas percepciones del problema que se derivan de una información insuficiente.

El sentimiento predominante inicial es de angustia, que se pone de manifiesto con reproches mutuos entre los familiares, insomnio, disminución en la participación en acontecimientos sociales y en general un deterioro en la vida normal. Es en ese momento cuando la familia debe sobreponerse, informarse con realismo de todo aquello que significa esta enfermedad, sus tratamientos, medios de combatirla, grupos de autoayuda e incluso a veces se hace necesaria la terapia.

Lo más importante desde el punto de vista familiar es de reconocer los síntomas de la enfermedad al comienzo y posteriormente en la crisis, y saber cómo actuar en tales casos.

¿Cómo reconocer la enfermedad?

Se reconoce cuando empiezan a cambiar las conductas de siempre, cambia también los hábitos de lectura (es muy típico el interés por los libros esotéricos y literatura extraña), es apreciable que se está operando un cambio profundo en la personalidad.

Se debe aclarar que existen situaciones que pueden parecer el comienzo de una esquizofrenia como son el consumo de drogas, crisis de adolescencia intensas o situaciones graves de estrés.

A veces, junto a los síntomas extraños, encontrar al familiar hablando sólo o con la televisión, o no querer comer aduciendo que la comida sabe extraña, o quedarse de repente bloqueado como “si estuviera oyendo algo que nosotros no oímos” o empezar a descuidar el aseo personal y las normas de educación que desde siempre existieron. Son síntomas que hacen pensar en la esquizofrenia de manera más definitiva.

¿Qué hacer en estos casos?

En primer lugar, es importante no perder nunca el control de la situación, ya que el enfermo está pendiente de la familia, y si ésta flaquea es imposible llevar la crisis de forma racional.

En segundo lugar, conviene sugerir amablemente al familiar que es recomendable un “chequeo” ya que últimamente se le ve muy desmejorado, y debe comenzar por el médico de familia que es el que más nos conoce, para posteriormente pasar al especialista que ya está acostumbrado a estos casos.

En tercer lugar, debe aparentarse que todo sigue igual tratando de eludir “grandes acontecimientos “o situaciones que puedan ser agobiantes para él. Se lo debe observar con control, pero desde lejos.

Si el paciente no se deja aconsejar, no atiende a razones y su conducta se hace peligrosa para él mismo y para los demás, es necesario tomar medidas energéticas. La primera fase sería contactar con el médico de zona para que acuda el domicilio. Si aún con el médico, el paciente no se deja controlar, se debe llamar a la justicia ya que nadie puede ser conducido contra su voluntad a un centro sanitario sin autorización judicial.

La familia asume el reto: consejos y actitudes.

El diagnóstico de esquizofrenia de un familiar es muy difícil de aceptar, una vez aceptado se ha ganado la primera gran batalla; entender que las cosas ya no van a ser las de antes y que hay que reorganizar las actividades con esta nueva situación.

Asumir la esquizofrenia es aceptar un reto ante lo impredecibles y lo misterioso, es comprender una enfermedad de la que se sabe poco. Es por ello que llegar a convivir con este trastorno exige un conocimiento preciso y actitudes entrenadas.

En primer lugar, es necesario entender que “nadie tiene la culpa” de esta enfermedad, que no hay que sentirse avergonzado por la misma y que los demás (familiares, allegados, amigos y compañeros de trabajo) deben aprender a aceptar con la familia esta carga.

Los consejos más importantes para la familia en la fase de aceptación de la enfermedad según la O.M.S son los siguientes:

Tener la máxima información posible de la enfermedad y no quedarse nunca con ninguna duda, ni de la enfermedad ni de los tratamientos aplicados

Colaborar con el médico a fin de lograr un ambiente cordial

Seguir las prescripciones médicas al pie de la letra e informar de inmediato de aquellas modificaciones que resulten sospechosas que algo va mal.

Hablar con naturalidad de la enfermedad y los problemas que plantea con familiares, amigos, allegados, vecinos y cuantos pregunten por ella, “el silencio es muy culpabilizador”

Evitar el aislamiento, participar en reuniones, grupos, excursiones y cuantos acontecimientos sean cotidianos.

Fijarse

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