Etica Ambiental
yonhsonpower15 de Octubre de 2013
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¿Deberían permitirse nuevas minas?
Si bien es cierto, sólo el hombre es el culpable de los problemas relacionados con el medio ambiente existente en las diferentes zonas de nuestro planeta. Por tal motivo, nosotros como ambientalistas y estudiantes universitarios sabemos los problemas que presentan la actividad minera, dicha actividad contaminará los ríos, envenenará a animales, pondrá en peligro especies y alterará los ecosistemas. Por consiguiente, es preciso que no se permita nuevas minas en el Parque Nacional Kakadu.
¿Debería permitirse actividad minera alguna?
La actividad minera, como la mayor parte de las actividades que el hombre realiza para su subsistencia, crea alteraciones en el medio natural, desde las más imperceptibles hasta las que representan claros impactos sobre el medio en que se desarrollan. Esto nos lleva a definir el concepto de impacto ambiental de una actividad: la diferencia existente en el medio natural entre el momento en que la actividad comienza, el momento en que la actividad se desarrolla, y, sobre todo, el momento en que cesa. Estas cuestiones, que hace algunos años no se percibían como un factor de riesgo para el futuro de la humanidad, hoy se contemplan con gran preocupación, que no siempre está justificada, pues el hombre viene alterando el medio desde que ha sido capaz de ello, pero ciertamente los abusos cometidos en este campo han hecho que crezca la conciencia de la necesidad de regular estos impactos.
Por otra parte, hay que tener en cuenta que la actividad minera no solo produce un impacto ambiental, es decir, sobre el medio ambiente. También produce lo que se denomina Impacto Socioeconómico, es decir, una alteración sobre los modos de vida y la economía de la región en la que se implanta, que pueden ser en unos casos positivos y en otros, negativos.
También, en función del momento en que se producen, podemos considerar el impacto durante la fase de instalación, durante la fase de explotación propiamente dicha, y el impacto durante la fase de abandono o cese de la explotación.
¿Con qué exactitud podemos alcanzar la respuesta de estos interrogantes éticos?
Una ética centrada en los hombres podría permitir un acuerdo con los ambientalistas sobre la forma de proceder, según los efectos que pueden causar las acciones en las personas. Esta ética solo considera moralmente relevantes a las personas. Existe una ética que no solamente considera relevantes a las personas sino también a los ANIMALES NO HUMANOS, es decir, a todos los animales. La deforestación, la construcción de presas en los ríos, la explotación de canteras en montañas, causan sufrimiento, causan un perjuicio moral a los animales no humanos.
Habrá éticas centradas en los animales que otorgan un significado moral distinto, según los tipos de animales a los que se refiera, a su clasificación (los más fuertes, los más numerosos, habiendo razones humanas que los justifican. Para evitar la arbitrariedad se necesitaría un igual trato de intereses iguales, ya que los animales pueden tener intereses diferentes a los humanos, cuya capacidad de conocimiento e inteligencia puede hacer que avalen intereses que desoyen a los animales que carecen de ellas. Esta diferenciación entonces, trata por igual intereses iguales, independientemente de la especie, y permite que los intereses compartidos dejen lugar a grados de significación moral.
En conclusión, debemos ser conscientes del enorme problema que se nos viene si seguimos destruyendo lo poco que tenemos. El tomar en serio semejante ética nos obliga a calcular los efectos de las opciones sobre el Kakadu sobre la felicidad e infelicidad humana. Podríamos comprobar que la minería reduciría la riqueza ecológica de las marismas y que si sucediese esto se causaría la infelicidad de algunas personas; por ejemplo algunos podrían conmoverse por la situación
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