Eutanasia

VIVIR ES UN DERECHO, NO UNA OBLIGACIÓN!

SUMARIO. En el presente trabajo el autor pretende abordar por medio de razones el concepto de eutanasia, aquejado de una alta indefinición; sus contornos se muestran indiscutibles o dudosos, especialmente expone hechos relevantes desde la perspectiva de sus posibilidades de justificación.

PALABRAS CLAVE. Eutanasia, Homicidio solicitad, Ayuda en la muerte, Móviles piadosos.

La muerte ha sido siempre el esperado y temido resultado de una grave enfermedad o de una lesión severa, así como el cobro de una deuda o del anticipado final de una larga vida, los esfuerzos realizados para detenerla han resultado frágiles y fútiles. El modo en que las personas encuentran la muerte ha sido objeto constante de la meditación y literatura a lo largo de la historia humana. Los escritos de los estoicos romanos están repletos de epigramas entorno a ella, tales como las palabras de Marco Aurelio “No desdeñes la muerte, antes bien, acógela gustosamente”1. La muerte es un fenómeno natural inevitable que nos afecta más pronto o más tarde a todos los miembros de la especie humana, la muerte no es necesariamente un fracaso del conocimiento y no podrá nunca retrasarse definitivamente. Todos los seres humanos por el hecho de serlo vamos a morir. Durante el medio evo cristiano escritores y predicadores expusieron un “arte de morir”, la aceptación de la muerte y la entrega ante ella son temas sutilmente universales.

Pero más allá de las aceptaciones estoicas y cristianas del final ineludible de la vida, otras cuestiones han desconcertado a la conciencia humana cuando la vida conlleva a un gran sufrimiento… ¿Debería la persona que sufre eliminar la agonía acabando con la vida misma?... Sabemos que muchos quedaran atónitos con esta pregunta, pero consideramos que es mejor acabar con esa agonía que carcome nuestras vidas y así mismo la vida de nuestras familias que derraman tantas lagrimas cristalinas conteniendo el dolor de nuestra triste y oscura existencia, pues es difícil tratar de curar lo incurable, es mejor morir…

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1. AURELIO, Marco- Meditaciones. Libro IX. Pag.48 webbbbbbbbbbbbb

El término eutanasia proviene de griego eu-buena- y thanatos-muerte-, esta se encuentra en el centro de una de las demandas sociales más intensas de nuestro tiempo; diariamente nos chocamos con expresiones tales como la de poder morir con dignidad o derecho a morir en paz. Esta concepción no se explica sin la profunda transformación que ha experimentado la manera de concebir la vida que si en otro tiempo se entendió sacrosanta e indisponible, ha de ponderarse ahora con otros valores como la dignidad y la libertad; la garantía de una buena muerte resulta especialmente seductora para la población.

Es evidente que podemos estipular el significado de los términos como nos plazca, pero también es verdad que si una definición pretende ser útil y no introducir mas confusión ha de poner dar cuenta de las solidas intuiciones de los hablantes. Sin embargo el término de eutanasia evoca etimológicamente la idea de muerte <dulce>, parece que lleva aparejada la intención de evitar sufrimientos; en definitiva, los móviles piadosos. Sin embargo, frente al significado anterior, es curioso constatar como, quizá debido al carácter censurable o tabú que ha acompañado y que todavía acompaña en la mente de muchos a la eutanasia, el termino evoca (o se asimila a) las ideas de homicidio, asesinato, genocidio, campos de exterminio, etc. Con lo dicho anteriormente los motivos de la eutanasia, se presentan generalmente como un problema medico. Ahora bien generalmente, pues supuestos casos de eutanasia los cuales no pueden desconocerse y no se desenvuelven típicamente en el ámbito de la relación establecida medico-paciente, porque no se vinculan a una enfermedad terminal sino a una existencia dramática e irreversible derivada. Vale la pena resaltar el caso del señor Ramón Sampedro” (…) Un tetrapléjico que solicitaba ayuda para morir tras haber sufrido a lo largo de treinta años que reclamó durante año el derecho a disponer de su propia vida con la intensión de que alguien pudiera ayudarle (pues el solo no podía, ya que lo único que movía era la cabeza), a ponerle fin sin que fuera perseguido judicialmente (…)”2. Esto nos hace pensar que una parte importante de la sociedad esta inquieta con un rechazo tajante a examinar cualquier petición sea cual sea la situación del que la solicita. Esto no debería ser así, ya que toda persona tiene derecho a decir que va a hacer con su vida.

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2. SAMPEDRO, Ramón. . PAGINA WEB

Si dejamos a un lado las rígidas concepciones de la vida que derivan de algunas doctrinas religiosas y morales, para poder hablar de vida digna no puede considerarse solo la circunstancia de estar vivo, sino que han de darse cierto estándares

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