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Fisiología Sexual Humana


Enviado por   •  5 de Enero de 2014  •  974 Palabras (4 Páginas)  •  310 Visitas

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Hace apenas una década que se planteó el estudio del amor como un proceso bioquímico que se inicia en la corteza cerebral, pasa al sistema límbico y de allí al sistema endocrino, dando lugar a respuestas fisiológicas intensas.

Hoy se sabe que el amor como cualquier otra emoción posee un componente biológico detectable mediante análisis de la sangre y observación del cerebro bajo escáner. Cuando nos enamoramos estamos virtualmente locos porque se bajan los niveles de serotonina.

La dopamina, la feniltiamina y la norepinefrina que son los químicos responsables del insomnio, el anhelo, la euforia, la pérdida del apetito, y las fijaciones mentales son segregadas cuando estamos enamorados.

Al inundarse el cerebro de feniltiamina, éste responde mediante la secreción de dopamina (neurotransmisor que nos impulsa a repetir un comportamiento que nos proporciona placer), norepinefrina y oxitocina que además de estimular las contracciones uterinas para el parto y hacer brotar la leche, es un mensajero químico del deseo sexual, y de esta forma se dan todas las mezclas químicas del enamoramiento.

Las gónadas son glándulas mixtas de la función reproductora. Las gónadas son los testículos en el hombre y ovarios en la mujer. Como glándula de secreción externa produce los gametos o células sexuales. Como glándula de secreción interna produce las hormonas sexuales: estrógenos y progesterona en la mujer, andrógenos (testosterona) en el hombre.

Aunque las gónadas producen las hormonas características de cada sexo, también segregan una pequeña cantidad de hormonas del sexo contrario. El control de las gónadas se realiza mediante una glándula del cerebro: la hipófisis.

La estimulación del acto sexual femenino, como en el caso del acto sexual masculino, el éxito de la realización del acto sexual femenino depende tanto de la estimulación psicológica como de la estimulación sexual local.

También, al igual que le varón, los pensamientos eróticos pueden provocar el deseo sexual en la mujer, lo que supone una ayuda notable para la realización del acto sexual. Este deseo depende del impulso psicológico y fisiológico, aunque el deseo sexual aumenta en proporción con el grado de secreción de hormonas sexuales. El deseo también varía según el ciclo sexual, alcanzando un máximo cuando se aproxima la ovulación, lo que podría deberse a la elevada secreción de estrógenos durante el período preovulatorio.

La estimulación sexual de la mujer es más o menos igual a la del varón, pues el masaje y otros tipos de estimulación de la vulva, la vagina y otras regiones del periné, crean sensaciones sexuales. El glande del clítoris es especialmente sensible para la iniciación de las sensaciones sexuales.

Como en el varón, las sensaciones sexuales se transmiten a los segmentos sacros de la medula espinal a través del nervio pudendo y del plexo sacro. Una vez que estas señales han penetrado en la medula espinal, se transmiten al cerebro, también los reflejos locales integrados en la medula espinal sacra y lumbar son, al menos en parte, responsables de algunas reacciones de los órganos sexuales femeninos.

En torno al introito y extendiéndose hacia el clítoris, existe un tejido

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