Función protectóra de los glóbulos blancos
lexmaryTutorial12 de Noviembre de 2013
2.716 Palabras (11 Páginas)395 Visitas
Existen cinco tipos de glóbulos blancos, o leucocitos, todos los cuales difieren considerablemente de los hematíes; tienen núcleo, no contienen hemoglobina (y, por lo tanto, son incoloros), y se desplazan activamente por medio de movimientos amiboidales. Los leucocitos pueden desplazarse en contra de la corriente sanguínea, y aun deslizarse a través de las paredes de los vasos sanguíneos y penetrar en los tejidos.
Los glóbulos blancos son mucho menos numerosos que los hematíes; hay un promedio de cerca de 7.000 por mm. cúbico, pero fluctúan entre 5 y, 9 ó 10 mil en las diferentes personas, y aun en la misma persona, a diferentes horas del día. La cantidad de leucocitos es mínima en las primeras horas de la mañana, y máxima a la tarde. Las personas deficientemente nutridas tienen un número de leucocitos inferior al normal, y una menor resistencia a las infecciones y enfermedades; la disminución del número de leucocitos a 500 por Mm3, o menos, es fatal. El recuento de los leucocitos se efectúa con la misma cámara empleada para los hematíes. La sangre se diluye menos (sólo 1: 10 en lugar de 1: 200) y el líquido de dilución contiene ácido acético para destruir los hematíes, y violeta de genciana para teñir los leucocitos y hacerlos fácilmente visibles.
Los cinco tipos de glóbulos blancos pueden distinguirse haciendo u tendido con una gota de sangre sobre un portaobjetos de vidrio y colorando el frotis con el colorante de Wright u otro similar.
Los linfocitos, que son los glóbulos blancos más pequeños, tienen un diámetro de 8 micrones. Poseen un núcleo grande, esférico o ligeramente mellado, que se colora de azul purpúreo intenso con el colorante de Wright pequeña cantidad de citoplasma forma una delgada capa alrededor del núcleo; el citoplasma no posee gránulos y se tiñe de azul (color de huevo de petirrojo). Los linfocitos son menos móviles que los demás Ieucocitos.
Los glóbulos blancos de mayor tamaño, los monocitos, miden de 12 a 20 micrones de diámetro. El núcleo de estas células se tiñe de un color púrpura sucio y tiene una escotadura acentuada, que le da forma de haba o de herradura. Poseen una gran cantidad de plasma sin gránulos, que se tiñe de azul de pizarra. Los monocitos son móviles e ingieren bacterias y partículas de desecho: Los neutrófilos, eosinófilos y basófilos poseen núcleo divididos en dos a cinco lóbulos, unidos hilos de material nuclear; todos poseen gránulos citoplasmáticos evidentes, y su diámetro oscila entre 9 y 12 rnicrones. Los núcleos se tiñen de púrpura intenso, pero los citoplasmáticos se coloran de distinta manera en cada uno de los tipos. Los tres tipos son móviles y capaces de ingerir bacterias, pero los neutrófilos son más activos que los otros dos. Los núcleos de los neutrófilos poseen de 3 a 5 lóbulos, y su citoplasma contiene pequeños gránulos que se tiñen de color lavanda pálido. Los eosinófilos poseen núcleos con dos o tres lóbulos, y grandes gránulos que se tiñen de rojo brillante con la eosina que contiene el colorante de Wright. Los núcleos de los basófilos son, habitualmente, bilobulados, y su citoplasma contiene grandes gránulos que se tiñen de azul oscuro. La proporción de leucocitos de cada tipo se termina por el recuento diferencial, o fórmula leucocitaria. Se extiende una gota de sangre sobre un portaobjetos de vidrio, forman
una capa delgada y lisa; se la tiñe con el colorante de Wright y se examina con el microscopio. Se cuentan y clasifican varios centenares de glóbulos blancos. Los valores medios para una persona normal, son: 60 a 70 %de neutrófilos, 25 a 30 de linfocitos, 5 a 10 de monocitos, 1 a 4 de eosinófilos, y 0,5 de basófilos.
FUNCIÓN PROTECTÓRA DE LOS GLÓBULOS BLANCOS
La principal función de los leucocitos proteger al cuerpo contra los organismos patógenos. Los neutrófilos y los monocitos destruyen a las bacterias que invaden el organismo, ingiriéndolas de un modo similar al que emplea la amiba para ingerir partículas de alimento. El englobamiento de una partícula por una célula se denomina fagocitosis. Las bacterias fagocitadas son digeridas por enzimas segregadas por el leucocito. Éste continúa ingiriendo partículas hasta que es destruido por la acumulación de productos de desecho. Se ha observado que los neutrófilos fagocitan entre 5 y 25 bacterias, y los monocitos hasta 100 antes de morir.
Cuando las bacterias- penetran en los tejidos del cuerpo destruyen a las células por ataque directo, o por producción de toxinas químicas Los vasos sanguíneos de la región afectada se dilatan, aportando una mayor cantidad de sangre, lo que origina en la zona el característico enrojecimiento y el aumento de temperatura, que se denominan inflamación. Las paredes de los vasos sanguíneos se hacen más permeables; por eso pasa líquido de la corriente sanguínea a los tejidos, produciéndose así una hinchazón. Los leucocitos (neutrófilos, en particular) migran a través de las paredes de los vasos sanguíneos, fagocitando a los invasores y los restos de tejidos destruidos. La acumulación, de células tisulares muertas, bacterias y, leucocitos vivos y muertos, forman un fluido amarillento y espeso, denominado Pus. Los leucocitos son atraídos al lugar de la infección por productos químicos liberados por los organismos invasores y los tejidos inflamados.
Una vez que las bacterias han sido destruidas se remplaza el tejido perdido. Algunos tejidos tienen la propiedad de regenerarse por multiplicación de las células vecinas; otros tienen una capacidad limitada de regeneración, y son remplazados por células del tejido conectivo, que producen fibras para formar el tejido cicatricial. Se cree que los linfocitos desempeñan un papel activo en este proceso, pues tienden a acumularse en las zonas en las cuales se realiza la cicatrización. Los linfocitos cultivados fuera del cuerpo, en medios estériles, pueden convertirse en células de tejido conectivo; cabe suponer que este mismo proceso puede realizarse dentro del cuerpo para facilitar el proceso de reparación.
El organismo posee un segundo tipo de protección contra las enfermedades: la producción de proteínas específicas denominadas anticuerpos, en respuesta a la presencia de sustancias extrañas, denominadas antígenos, en la sangre o los tejidos. Los anticuerpos son producidos por las células plasmáticas, que semejan linfocitos y están localizadas en el bazo, los ganglios linfáticos y las paredes del aparato digestivo y, quizás, por los mismos linfocitos.
La cantidad de eosinófilos aumenta grandemente cuando el cuerpo es infectado por un animal parásito, tal como Trichinella, nematelminto que causa la triquinosis. Estos leucocitos posiblemente intervengan de algún modo para contrarrestar los efectos del
parásito. Los estados alérgicos, tales como la fiebre del heno, el asma y la alergia por absorción de proteínas extrañas, también se caracterizan por un gran aumento de eosinófilos circulantes. La inyección de hormonas corticoadrenales (cortisona o hidrocortisona), causa a los pocos minutos una disminución de dicho número, que se reduce a la mitad (o menos) del valor normal.
El número de leucocitos circulantes aumenta en la mayoría de las infecciones, pudiendo elevarse el recuento a más de 20.000 leucocitos por milímetro cúbico en la apendicitis o en la neumonía. Se cree que los tejidos inflamados liberan una sustancia ("factor promotor de leucocitosis") que por la corriente sanguínea llega a la médula ósea, donde estimula la producción y liberación de leucocitos, particularmente neutrófilos. La cantidad de leucocitos tos que hay en la sangre refleja la gravedad de la infección, y el recuento leucocitario periódico se utiliza para controlar el grado de recuperación del paciente. Algunas enfermedades se caracterizan por el aumento de un determinado tipo de leucocitos, y la fórmula leucocitaria es útil para el diagnóstico. El número de linfocitos aumenta en la tos convulsiva y en la anemia perniciosa, en las quemaduras producidas por el sol, en las enfermedades crónicas como la tuberculosis, y en las personas que viven a grandes alturas o en los trópicos.
La fiebre tifoidea y el paludismo determinan, habitualmente, un aumento del número de monocitos; la neumonía, la apendicitis y otras
infecciones bacterianas agudas, aumentan en forma típica el número de neutrófilos. El incremento de la cantidad de eosinófilos se produce en las infecciones por tenias, anquilostomas y otros animales parásitos, y en la escarlatina, el asma y algunas enfermedades de la piel.
CICLO VITAL DE LOS LEUCOCITOS
Los distintos tipos de leucocitos se originan en diversos órganos. Los linfocitos se forman en el bazo, las amígdalas y los ganglios
...