HUESO MAXILAR SUPERIOR
kpaogm29 de Marzo de 2013
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HUESO MAXILAR SUPERIOR
Introducción
El maxilar superior es un hueso de la cara. En la parte inferior y anterior del cráneo está la cara, la cual se divide en dos porciones llamadas mandíbulas: mandíbula superior y mandíbula inferior. En el hombre, la mandíbula inferior está constituida por un solo hueso: el maxilar inferior, que también recibe el nombre de mandíbula.
En cambio, la mandíbula superior es mucho más compleja, se compone de trece huesos que se reúnen alrededor de uno de ellos, el maxilar superior, como un centro común.
El maxilar superior, el más importante de todos los huesos de la mandíbula superior, es un hueso par, situado en el centro de la cara. Presta a las piezas dentarias superiores sus correspondientes puntos de implantación, y entra en la constitución de las principales regiones y cavidades de la cara, bóveda palatina, fosas nasales, cavidades orbitarias, fosas cigomáticas y fosas pterigomaxilares. Considerado desde el punto de vista puramente descriptivo, es el maxilar superior bastante regularmente cuadrilátero y ligeramente aplanado de dentro a fuera, y hemos de considerar en él dos caras, una interna y otra externa, cuatro bordes y cuatro ángulos. Existe en este hueso una profunda cavidad que ocupa casi toda su masa, cavidad que disminuye mucho su peso, con la circunstancia favorable de disminuir muy poco su resistencia: el seno maxilar.
1. Cara interna:
Al examinar esta cara, lo que en primer término llama la atención es la presencia, en la unión de los tres cuartos superiores con el cuarto inferior, de una ancha apófisis, que se extiende horizontalmente hacia dentro para ir al encuentro de la apófisis similar del lado opuesto: la apófisis palatina, que vamos a describir:
a) “Apófisis Palatina”: Aplanada de arriba abajo, y de forma cuadrilátera, debemos considerar en ella dos caras y cuatro bordes. Su cara superior, plana y lisa, forma parte del suelo de las fosas nasales. Su cara inferior, considerablemente rugosa y sembrada de pequeños orificios vasculares, entra en gran parte en la constitución de la bóveda palatina. Por su borde externo se confunde con el maxilar. Su borde interno, libre, más grueso por delante que por detrás y sumamente rugoso en toda su extensión, se articula en la línea media con la apófisis palatina del lado opuesto; hacia delante se prolonga en forma de una semiespina, la cual, uniéndose con la del lado opuesto, forma la espina nasal o inferior. Su borde anterior, cortante, cóncavo hacia arriba y adentro, se confunde con el borde anterior del maxilar y contribuye a formar el orificio anterior de las fosas nasales. Su borde posterior, muy delgado y rugoso, se articula con el borde anterior de la porción horizontal del palatino. Por último, la apófisis palatina presenta en su borde interno y un poco por detrás de la espina nasal, como un conducto vertical, que por debajo degenera en simple canal: es el conducto palatino anterior, por el cual pasan el nervio esfenopalatino interno y una rama arterial de la esfenopalatina.
b) Porciones suprapalatinas o infrapalatinas: La apófisis palatina, que acabamos de describir, divide la cara interna del maxilar en dos porciones muy desiguales: una que está por arriba y otra que está por abajo.
i. La porción situada por debajo de dicha apófisis (porción infrapalatina) forma parte de la bóveda palatina; presenta numerosas asperezas, y en estado fresco está directamente en relación con la mucosa bucal.
ii. La porción situada por encima de dicha apófisis (porción infrapalatina) es mucho más extensa y también más interesante. Recorriéndola de atrás a delante encontramos en ella sucesivamente:
1° Una serie de rugosidades dispuestas paralelamente al borde posterior del hueso y destinada a la articulación del maxilar con la porción vertical del hueso palatino;
2° El orificio del seno maxilar, muy irregular en su contorno, pero teniendo generalmente su eje mayor oblicuo hacia arriba y adelante; este orificio, que en un maxilar aislado permite fácilmente el paso del dedo, en una cabeza articulada está considerablemente reducido, por aplicarse sobre sus contornos los cuatro huesos siguientes: por arriba, las masas laterales del etmoides; por abajo, la concha inferior; por delante, el unguis; por detrás, la porción vertical del palatino.
3° Un canal profundo, canal nasal, que lleva una dirección un poco oblicua hacia abajo y atrás y mucho más ancho por la parte inferior que por la superior.
4° Por último, la cara interna de una larga apófisis, la apófisis ascendente del maxilar superior, la cual en realidad corresponde al ángulo anterosuperior del hueso. En la cara interna de esta apófisis, y a nivel de su base, es de notar la existencia de una cresta anterosuperior, que se articula con la concha inferior. Por encima de esta cresta se encuentra otra un poco menos marcada (a veces queda reducida a una simple carilla rugosa), que se articula con la parte anterior de las masas laterales del etmoides. Entre estas dos crestas se extiende una superficie cuadrilátera, sembrada de finas ramificaciones: se llama atrium. Por detrás se continúa con la pared externa del meato medio.
2. Cara Externa
La cara externa mira hacia fuera y un poco hacia delante. Es tan irregular como la cara interna.
a) Fosilla mirtiforme: De delante atrás encontramos ante todo, un poco por encima de los dos incisivos, una depresión vertical, cuya profundidad es muy variable en los distintos sujetos: la fosilla mirtiforme; en ella se inserta el músculo del mismo nombre.
b) Eminencia Canina: La fosilla mirtiforme está limitada por detrás por una eminencia, generalmente muy marcada, que corresponde a la raíz del canino y se llama eminencia canina. No es raro ver que la fosilla mirtiforme esté subdividida en dos fosillas secundarias por una pequeña cresta que corresponde al incisivo lateral.
c) Apófisis Piramidal: Más allá de la eminencia canina, la cara externa del maxilar está enteramente ocupada por una considerable prominencia transversal, que toma la forma de una pirámide de base triangular, llamada por este motivo apófisis piramidal del maxilar superior.
i. La base de esta apófisis, dirigida hacia dentro, se confunde con el hueso.
ii. Su vértice, truncado, está formado por una superficie triangular y rugosa, destinada a articularse con el pómulo; por esto se le denomina superficie o apófisis malar.
iii. Las tres caras de la apófisis piramidal se distinguen en superior, anterior y posterior. La cara superior u orbitaria, plana y regularmente lisa, forma parte del suelo de la órbita; se encuentra en ella un canal anteroposterior, el canal suborbitario, que hacia adelante se transforma en conducto completo, el conducto suborbitario. En la cara anterior encontramos un ancho orificio, el agujero suborbitario, en el cual viene a terminar el conducto precedente; este agujero, en la cara anterior del hueso, se continúa por un canal poco profundo, oblicuamente dirigido hacia abajo y adentro. Por debajo del agujero suborbitario y del canal que le sigue se enuentra una depresión, la fosa canina, en la cual toma origen el músculo canino. De la porción anterior del conducto suborbitario parte un pequeño conducto, que se dirige hacia abajo en dirección de los alveolos dentarios, siguiendo constantemente el espesor de la pared ósea, el conducto dentario anterior. Como indica su nombre, alberga el nervio dentario anterior, rama colateral del nervio suborbitario. La cara posterior, ligeramente convexa, forma parte de la fosa cigomática. Además se notan en ella algunos canales verticales y algunos pequeños orificios llamados agujeros dentarios posteriores que atraviesan los nervios dentarios posteriores y los ramos de la arteria alveolar.
iv. Los tres bordes de la apófisis piramidal se distinguen, a su vez, en inferior, anterior y posterior. El borde inferior, cóncavo y romo, se dirige verticalmente hacia abajo, en dirección del primer molar mayor. El borde anterior constituye la porción inferior e interna del borde orbitario; por debajo de este borde pasa el conducto suborbitario, y por dentro de este conducto el nervio y los vasos suborbitarios. Por último, el borde posterior, redondeado y romo, está en relación con el ala mayor del esfenoides, de la cual está, sin embargo, separado por una hendidura que corresponde al ángulo inferior y externo de la órbita: la llamada hendidura esfenomaxilar.
3. Bordes
Los bordes del maxilar superior hemos dicho ya que son cuatro, que se distinguen, según su situación, en anterior, posterior, superior e inferior.
a) Borde anterior: En el borde anterior, yendo de abajo arriba, encontramos:
i. La parte anterior de la apófisis palatina con la semiespina nasal anterior.
ii. Una gran escotadura, la escotadura nasal, de bordes cortantes.
iii. El borde anterior de la apófisis ascendente.
b) Borde posterior: El borde posterior, redondeado y muy grueso, ha recibido de algunos anatomistas el nombre de tuberosidad del maxilar. Liso en su mitad superior, en donde constituye la pared anterior de la fosa pterigomaxilar, en su mitad inferior está cubierta de asperezas para articularse con el palatino. A veces se encuentra en este punto un canal vertical que, uniéndose con un canal
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