Hepatitis

HEPATITIS B A TRAVÉS DE LA HISTORIA

La hepatitis B, por su importancia, al ser una enfermedad del hígado caracterizada por necrosis hepatocelular e inflamación, de la cual su incidencia ha sido y sigue siendo trascendental en el mundo, ha sido considerada como tema para la realización de este ensayo; teniendo en cuenta la historia de esta misma para analizar su evolución a través del tiempo.

El primer brote de esta enfermedad fue reconocido en 1885. Inició debido a las vacunas a 1289 astilleros con linfa de otros individuos debido al brote de viruela dos años antes del registro de hepatitis B (1). Después de ocho meses,191 trabajadores vacunados resultaron ictéricos y esto fue diagnosticado como hepatitis sérica. Otros empleados que fueron inoculados con lotes diferentes de linfa humana permanecieron sanos. Se concluyó que la linfa contaminada fue la fuente de la epidemia.

Luego de la introducción de agujas hipodérmicas, se reportaron casos similares en 1909, estas fueron utilizadas reutilizadas en varias oportunidades para la administración de Salvarsán para el tratamiento de Sífilis. En 1947, se descubrieron las partículas virales bajo un microscopio electrónico. En 1980 el genoma del virus fue secuenciado y las primeras vacunas fueron experimentadas.(2)

Se descubrió el virus en 1963, cuando un genista de los Institutos Nacionales de Salud en EEUU, puso de manifiesto una inusual reacción entre el suero de individuos politransfundidos y el de un aborigen australiano. Al inicio creyó que había descubierto una nueva lipoproteína en la población indígena que llamó “antígeno Australia”, luego se le conoció como el “antígeno de superficie de la hepatitis B.(2)

En 1967, luego de varios estudios, se publicó un artículo que muestra la relación entre este antígeno y la hepatitis. Blumberg lo descubrió y diseñó la primera generación de vacunas contra la hepatitis.(3)

En 2003, más de 600 personas que cenaron en un restaurante mexicano de Monaca, Pensilvania, contrajeron hepatitis. Al menos 13 de los empleados del servicio también enfermaron. Tres personas murieron y se hospitalizó a más de 100. Se les encargó a los epidemiólogos de los Centers for Diseases Control and Prevention que determinan la causa del brote, que fue el más grande de esta clase en los EEUU. En el curso de la investigación analizaron los alimentos preparados en el restaurante y muestras de materia fecal del personal y los clientes. Los CDC determinaron que los empleados de la cocina del restaurante no eran la fuente del brote, sino las cebollas de verdeo mal cocidas que se usaron en la preparación de salsa.(4)

Recuerdan también haber sabido de un primer caso en Alemania, en 1883, para lo cual también se le atribuyó a una complicación luego de la aplicación de la vacuna antivariólica. Luego, en 1943, se reconoció la transmisión del virus a través de las transfusiones sanguíneas.(3)

En 1988, se publicó el primer poster por el Departamento de Sanidad Pública y Servicios Sociales de Guam insta a las madres a vacunar a sus hijos contra la hepatitis B. Más de 85 países, entre los que incluye EEUU, han adoptado la vacunación universal de los niños contra la enfermedad.

Los primeros datos sobre prevalencia de esta enfermedad en nuestro país fueron publicados, aproximadamente, desde 1970. Se reportó un estudio a nivel mundial y nuestro país arrojó el más alto porcentaje de portadores crónicos (10%).

José Manuel Valdéz, menciona a la hepatitis B como “fiebre efímera”, o “tifus icteroide”. La descubrió por un proceso de vómitos biliosos y pigmentación amarillenta de la piel. Cabe recalcar que se observaron casos en tropas que lucharon por la independencia del Perú (1821) y luego en la guerra de los montoneros en el conflicto con Chile, en 1880.(5)

Arica, en 1972, analizando muestras de donantes del banco de sangre del Hospital Central del Empleado (actual Hospital Edgardo Rebagliati Martins), en Lima, obtuvo 1% de portadores del HBsAg. (6)

Madalengoitia,en 1975, con 2593 muestras sexológicas de pobladores de la zona del oriente del país y de Tumbes, encontró la prevalencia de 1.4%. Méndez, en 1979, descubre prevalencias de 1 a 3.5% en personas aparentemente sanas, mientras que en Abancay e Iquitos, llegó a 4%, que años después aumenta a 5.23%. (7)

En 1980, en el VII Congreso Peruano de Gastroenterología, Soriano regiere haber encontrado una prevalencia de 0.8% de HbsAg en muestras de donantes del Hospital Cntral del Empleado.

Entre 1977 y 1985, en el Instituto Nacional de Salud se examinaron 1512 muestras de enfermos ictéricos

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