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Historia De La Genética


Enviado por   •  28 de Octubre de 2013  •  1.507 Palabras (7 Páginas)  •  267 Visitas

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En 1865 descubrió las tres famosas leyes cruzando matas de guisantes en el huerto de su monasterio. No obstante, en aquella época no se conocía todavía lo que era el gen. Mendel hablaba teóricamente de “factores hereditarios”. Tampoco se sabía nada acerca del ADN, ni de su estructura particular, ni cómo se duplicaba y transmitía la información. Todo esto se fue descubriendo poco a poco durante los 80 años que siguieron al hallazgo del religioso de Heinzendorf (Silesia). De ahí que algunos autores prefieran decir que “la genética ocurrió tras un parto de 80 años” (Lacadena, Conceptos fundamentales de ética teológica, Trotta, Madrid, 1992: 460).

Se conocen cinco períodos en el desarrollo histórico de la genética. El primero abarca desde 1.900, en que fueron redescubiertas las leyes de Mendel, hasta 1.940.A lo largo de estos primeros cuarenta años del siglo XX se estudió la transmisión de los caracteres hereditarios de padres a hijos y se investigaron numerosos árboles genealógicos de familia. Los trabajos de Mendel habían sido publicados durante 1.866 en el Boletín de Historia Natural de la ciudad de Brno (Checoslovaquia). Sin embargo, lo cierto es que no tuvieron mayor trascendencia entre los hombres de ciencia de la época hasta que en 1.900 el botánico holandés Hugo de Vries los descubriera al realizar un estudio bibliográfico, dándose cuenta de su importancia. Lo que Mendel había averiguado era que la transmisión de los caracteres hereditarios venía determinada por algo, una unidad o factor que pasaba de padres a hijos y que él no llegó a conocer nunca, un agente que residía en los organismos y se trasladaba de generación en generación sin mezclarse, de manera independiente, aunque no pudiera verse.

El nombre de “genética” le fue otorgado a la ciencia de la herencia en el año 1.906 por el biólogo inglés William Bateson, mientras que en 1.909 otro biólogo, el danés Wilhelm Johannsen, propuso el término de “gen” para referirse a los factores hereditarios de Mendel. El problema era ahora localizar el lugar exacto en el que se encontraban tales genes dentro de las células. Un año antes el embriólogo estadounidense, Thomas Hunt Morgan, había realizado unos experimentos con la pequeña mosca del vinagre, la hoy famosa Drosophila melanogaster, que le sirvieron para determinar precisamente este lugar. Los genes eran realidades materiales que se encontraban en los cromosomas del núcleo celular. Casi veinte años después, un discípulo de Morgan contribuyó a confirmar que el gen era una partícula física fundamental de todos los seres vivos; el profesor J. Hermann Muller, demostró que los rayos X podían provocar mutaciones en los genes, alterar su composición y modificar completamente su expresión en las proteínas.

En el segundo período que duró sólo la mitad que el primero, desde 1.940 a 1.960, los trabajos se centraron en averiguar qué era el material hereditario, su naturaleza, composición, estructura y propiedades; de qué sustancia estaban formados los genes, cuáles eran sus moléculas constituyentes. Unos creían que se trataba de proteínas, como la hemoglobina o la albúmina, mientras otros pensaban que la base genética de la herencia estaba en una sustancia llamada nucleína conocida desde 1.869, gracias a los trabajos del fisiólogo suizo Johann Miescher. En 1.944 el bacteriólogo canadiense O.T. Avery (junto con McLeod y McCarty) demostraron que la nucleína era en realidad el ácido desoxirribonucleico (ADN), el principal constituyente del gen. Tal revelación se considera la más importante de la historia de la biología ya que supuso un auténtico cambio de paradigma en el seno de las ciencias naturales.

En 1.941, dos biólogos estadounidenses G. W. Beadle y E. L. Tatum propusieron la hipótesis conocida como “un gen-una enzima” (Strickberger, Genética , Omega, Barcelona, 1.974: 607) que veía a cada gen como el responsable de la producción de un enzima determinado. A partir de esta idea, el conocido premio Nobel, Francis H. C. Crick, llegó a postular en 1.958 la “hipótesis de la secuencia” que afirmaba que a la ordenación de los nucleótidos en el ADN le correspondía también una ordenación de aminoácidos en las enzimas o proteínas.

Cinco años antes, en 1953, el propio Crick junto a James D. Watson habían descubierto y descrito la estructura del ADN, trabajo por el cual ambos obtuvieron el premio Nobel. Se trataba de una molécula compleja con aspecto helicoidal que recordaba una escalera de caracol. Su propuesta fue denominada el modelo estructural de la “doble hélice”. Los pasamanos de tal escalera correspondían a las moléculas del azúcar desoxirribosa

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