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INDICADORES DE CRECIMIENTO Y DESARROLLO DE ETAPA POSNATAL

_mafermsReseña21 de Abril de 2017

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UNIVERSIDAD VERACRUZANA

Facultad de Nutrición

E. E. Crecimiento, Desarrollo y Nutrición

Guía de estudios 2

Etapa posnatal                                                        

La descripción de los procesos crecimiento y desarrollo debe realizarse a través del comportamiento de sus indicadores.

Para cada periodo del crecimiento y desarrollo, describe el comportamiento de los indicadores del  crecimiento y de los indicadores por áreas del desarrollo:

  1. Primera infancia o lactante menor (nacimiento a 30 días, 1 a 11 meses)

Esta etapa  desempeña un papel decisivo en la manera como responde el organismo de los niños a las agresiones de su entorno y, a la vez, constituye uno de los factores determinantes de su evolución somática y neurológica.

El crecimiento y desarrollo es menor que el de la vida intrauterina, pero mayor que en cualquier otra etapa de la vida.

Una de las diferencias entre el lactante menor y el mayor, es que en el primero el crecimiento es más acelerado, pero el desarrollo no, ya que después del primer año de vida el niño comienza a desarrollar más sus habilidades automotrices, entre otras.

Un punto importante de acuerdo a la alimentación, es que los niños al crecer necesitan de otros nutrimentos; los cuales no contiene la leche materna, y por ende se da lugar a la ablactación. Por estas y más razones el periodo se clasifica en dos fases.

INDICADORES DE CRECIMIENTO

Peso. El peso del recién nacido se duplica a los 6 meses y se triplica en los primeros doce meses de vida, pero la velocidad de crecimiento disminuye en adelante hasta el brote de crecimiento de la adolescencia.

Constituye la medida antropométrica más utilizada, ya que se puede obtener con gran facilidad y precisión. Se trata de un reflejo de la masa corporal total de un individuo (tejido magro, tejido graso y fluidos intra y extracelulares) y es de suma importancia para monitorear el crecimiento de los niños, reflejando el balance energético. Para el caso de los neonatos que se encuentran en terapia intermedia, el peso es medido diariamente con el propósito de detectar cambios en la ganancia o pérdida de la masa corporal total y obtener así las velocidades de crecimiento. Las variaciones diarias de peso en los neonatos reflejan los cambios en la composición corporal, tanto de masa grasa como de masa libre de grasa.2 Conforme aumenta la edad posnatal el agua corporal disminuye, lo que refleja descenso igual o menor de 10% del peso al nacimiento en los neonatos a término y disminución igual o menor de 15% en los de pretérmino. Esta disminución puede estar ocasionada por una pérdida en las reservas endógenas de glucógeno y de tejido graso. Después de esta fase de pérdidas, el recién nacido comienza a aumentar de peso a costa de tejido graso y muscular. La ganancia es variable y depende de las condiciones de salud del neonato, de su EG y de su peso al nacimiento. En general, se espera un aumento diario de 20 a 30 g totales en recién nacidos a término y de 20 a 35 g totales o 10 a 20 g/kg de peso en los recién nacidos pretérmino.

Actualmente existen básculas electrónicas con gran precisión si se utilizan con la técnica de medición adecuada. La persona que realiza dicha medición debe conocer perfectamente esta última y haber pasado previamente por un ejercicio de estandarización. El peso debe registrarse a la misma hora del día, a una temperatura ambiental agradable y sin cambios bruscos, y con las mismas condiciones (pre o posprandial, con la vejiga vacía), en una báscula con charola situada sobre una superficie plana y con precisión ideal de 0.1 g. La báscula debe calibrarse semanalmente, utilizando objetos de peso conocido. El niño debe ser colocado desnudo y sin pañal sobre la báscula, cuidando que todo su cuerpo permanezca dentro de la charola y distribuido de manera uniforme sobre el centro de ésta. Lo ideal es utilizar una báscula electrónica que proporcione el peso, aproximándolo a los 10 g más cercanos. El peso debe obtenerse por duplicado para hacer un promedio de ambas mediciones, o puede repetirse la medición hasta que se obtengan dos cifras iguales.

Longitud supina. Es un indicador del tamaño corporal y de la longitud de los huesos, tiene la ventaja sobre el peso de que no se ve alterado por el estado hídrico del paciente y los cambios a largo plazo reflejan el estado de nutrición crónico. En los neonatos prematuros se espera un aumento de 0.8-1.1 cm a la semana, mientras que en los nacidos a término se tiene una ganancia promedio de 0.69 a 0.75 cm semanal, durante los tres primeros meses de vida.

Para esta medición se requieren dos individuos y un infantómetro preciso. Este último cuenta con dos bases, una fija que se orienta en la cabeza del paciente y otra base movible que se coloca en los pies. La longitud representa una de las mediciones más complicadas de tomar y, por tanto, es difícil obtenerla con exactitud; por ello se recomienda realizar mediciones por duplicado o triplicado y hacer un promedio entre ellas. El neonato debe ser colocado en posición supina, con el cuerpo alineado en posición recta sobre el eje longitudinal del infantómetro, de manera que los hombros y la cadera tengan contacto con el plano horizontal y que los brazos se encuentren a los lados del tronco. La coronilla de la cabeza debe tocar la base fija del infantómetro y se colocará en el plano de Frankfort; es decir, alineado perpendicularmente al plano horizontal.[pic 2]

Perímetro cefálico. Representa un indicador del desarrollo neurológico a partir de la evaluación indirecta de masa cerebral, así como un indicador indirecto del estado de nutrición. Se considera normal que durante la primera semana de vida extrauterina, el perímetro cefálico disminuya alrededor de 0.5 cm, debido a la pérdida de líquido extracelular.

En los recién nacidos a término se espera una ganancia promedio de 0.5 cm a la semana durante los tres primeros meses de vida. Cuando el aumento es mayor a 1.25 cm a la semana ello constituye un signo de sospecha de hidrocefalia o de hemorragia intraventricular. Por el contrario, cuando la ganancia es mínima o nula, podría existir una patología neurológica asociada con microcefalia.

El paciente debe tener la cabeza libre de cualquier objeto y de preferencia no debe de estar en contacto con la cuna (se puede sentar sostenido por un observador distinto al que realiza la medición), lo ideal para realizar ésta es usar una cinta de teflón de 1.0 cm de grosor.

La cinta debe colocarse en el perímetro máximo de la cabeza y como referencia se utilizan el punto máximo del occipucio y la glabela (en el entrecejo).[pic 3][pic 4]

La cinta debe de situarse en plano horizontal, de manera que se encuentre a la misma altura de ambos lados de la cabeza. El inicio de la cinta (donde se ubica el cero) debe coincidir con la parte frontal de la cabeza (el entrecejo), a partir de dicho sitio se realiza la lectura.

Se ejerce una leve presión al momento de hacer la medición para comprimir el pelo y ligeramente la piel. La medición se aproxima al 0.1 cm más cercano. El resultado de ésta se evalúa con las mismas tablas de referencia que se ocupan para el peso y la longitud con el fin de darle un valor percentilar.

 

Circunferencia del brazo. La circunferencia del brazo proporciona información sobre el contenido de masa muscular y masa grasa. Específicamente en los neonatos, da una referencia del crecimiento y desarrollo físico y del aumento de las reservas corporales, además de que constituye un indicador muy sensible ante cambios rápidos de grasa subcutánea y de composición corporal. La relación perímetro braquial-perímetro cefálico indica un índice sensible a la deprivación nutricia, ya que disminuye rápidamente cuando los tejidos muscular y adiposo se ven con depleción. Además, proporciona un índice de riesgo para el desarrollo de complicaciones metabólicas en la etapa neonatal asociadas con trastornos en el crecimiento fetal. En general, una relación mayor a 0.31 se considera normal, mientras que la relación menor a 0.25 identifica un estado de desnutrición severa.

Debe ubicarse el punto medio del brazo; de preferencia debe realizarse en el brazo izquierdo. Para medir el punto medio se debe doblar el brazo en ángulo de 90° y mantenerlo pegado al tronco. Se toma como referencia el punto medio entre el acromion (hombro) y el olecranon (codo) en la parte externa del brazo. Después, con el brazo relajado y extendido en posición horizontal, ligeramente separado del tronco y la mano en prono, se realiza la medición rodeando el contorno del brazo, sin ejercer presión. Para ello se utiliza una cinta de fibra de vidrio con precisión de 1 mm y grosor menor a 0.7 cm. La cinta debe quedar en plano perpendicular al tronco del cuerpo y la lectura se realizará en la parte externa del brazo, que es el sitio donde coincidirá la cinta con el punto de inicio. [pic 5][pic 6]

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