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LA RESPUESTA DEL HOMBRE SANO O ENFERMO A LA ATENCION DE SU SALUD


Enviado por   •  19 de Junio de 2017  •  Documentos de Investigación  •  1.471 Palabras (6 Páginas)  •  320 Visitas

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UNIVERSIDAD PRIVADA ANTENOR ORREGO[pic 1]

                                                                   FACULTAD DE MEDICINA HUMANA [pic 2]

ESCUELA PROFESIONAL DE MEDICINA HUMANA

CURSO:

SALUD Y SOCIEDAD I

DOCENTE:

 DRA. URQUIAGA CASOS SARA PATRICIA

TEMA:

LA RESPUESTA DEL HOMBRE SANO O ENFERMO A LA ATENCION DE SU SALUD

GRUPO N° 2

ALUMNOS:

INOQUIO VIGO MAURICIO

RODRIGUEZ TERRONES MALELA YARIN

RUBIO ALVA MILCKA ESKARLETH

SANTILLAN LANAO KRYSTEL ALEJANDRA

TURNO:

MIERCOLES: 7:00 AM – 10:35 AM

FECHA:

 21-06-2017

LA MEDICINA COMO CIENCIA SOCIOBIOLÓGICA

INTERRELACIÓN DE LO SOCIAL CON LO BIOLÓGICO

INTRODUCCIÓN

La medicina es actualmente considerada como una ciencia biológica y social.

La medicina social, es un enfoque donde se da mayor énfasis al hombre considerado como un ser social integrándose en su comunidad.

El hombre es esencialmente un ser social, vive en sociedad y posee rasgos fundamentales que lo diferencian radicalmente de otros seres vivos. En ese sentido se enfoca el tema de la salud desde una posición biológica con características sociales.

Los factores condicionados por leyes biológicas, generales y específicas o por leyes que influyen sobre la salud del hombre, se manifiestan directa o indirectamente, siempre a través de su vida social.

Uno de los principales cambios sustanciales en la concepción de la medicina de la salud y del propio proceso educativo ha sido la redefinición del objeto de estudio u objeto del conocimiento.

LA NATURALEZA DE LA MEDICINA SOCIAL

A pesar de la diversidad en su expresión, algunas ideas fundamentales subyacen detrás del concepto de medicina social. La más importante es que la estructura de la sociedad influencia profundamente quien va a ser sano y estar bien. Las sociedades tienen ciertos patrones característicos de enfermedad y a menudo conceptos radicalmente divergentes de lo que constituye la salud. Como nos hacemos cargo del sufrimiento humano responde a imperativos tanto sociales como biológicos. En resumen, la realidad biológica de la existencia humana es inextricablemente una cuestión social.

Académicamente, más que intuitivamente, estas ideas pueden ser referidas hasta la era de los médicos europeos del período de la Revolución Industrial. En ese entonces, los datos estadísticos eran cada vez más accesibles para las grandes ciudades de Europa y era posible demostrar en forma estadística lo que era visible a plena vista: comparadas con las de los ricos, los pobres y la clase trabajadora tenían vidas más cortas y más enfermedad. Los médicos tenian consciencia de que las condiciones sociales de la clase trabajadora eran causas fundamentales de enfermedad y muchos usaban estos conocimientos para criticar las condiciones políticas y sociales del capitalismo temprano.

Al final del siglo XIX, la patología y la microbiología parecían dar respuestas definitivas a las preguntas de cómo y porqué se enfermaba la gente. Las explicaciones sociales dejaron de ser consideradas. Dado que estas planteaban preguntas políticamente “difíciles”, era mejor dejarlas al margen de la educación de una profesión que buscaba crear un monopolio del cuidado de la salud. La medicina resultante, que se llamo “biomedicina”, se proclamaba fundada en la biología y de por ello, ser altamente científica. Sin embargo, al pasar del tiempo, hemos aprendido a apreciar que el programa de la biomedicina es bastante limitado. Podemos, por ejemplo, comprender los detalles moleculares de los cómo y los porqué del virus de la inmunodeficiencia. Esta comprensión es insuficiente y mínima para explicar los patrones de propagación del virus. Más importante es el hecho que, aunque pudiéramos desarrollar los medios técnicos para tratar el virus (y ojala la vacuna para prevenirlo), la microbiología y la patología no nos han dicho como hacer llegar estas intervenciones a la gente que más las necesita. ¿Podemos aspirar a combatir la pandemia de diabetes tipo II sin comprender consiente y críticamente, la política económica de la agricultura en el mundo moderno?. Una medicina que no tiene conciencia social es un gigante con pies de barro. La biomedicina moderna se considera a sí misma impermeable a las consideraciones sociales y preocupada solo por la biología de fondo. Al hacer esto, solo logra enfatizar el grado de desconocimiento que tiene de las fuerzas que la mueven. Cuando Abraham Flexner revolucionó la enseñanza de la medicina en los Estados Unidos uno de los resultados fue una aguda restricción al acceso de las mujeres y de los negros a la profesión de

Medicina Social  médica. Esto difícilmente puede ser explicado por un imperativo de las ciencias biológicas. Sin embargo. Fue una decisión que continúa impactando profundamente el tipo de práctica médica actual. Una biomedicina socialmente neutra es simplemente un cuento de hadas. Esperamos que esta revista pueda servir como catalizador para revitalizar la discusión concerniente al rol y la importancia de los factores sociales dentro del campo de la medicina. El cuidado de los pacientes individuales no puede hacerse en la ausencia de una apreciación consiente del contexto social.

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