La Ciencia Y El Aula

LA CIENCIA Y EL AULA: UN MATRIMONIO COMPLICADO

Lic. Patricia Maribel Alvarez Ramírez

La alfabetización científica es un derecho que la Educación Básica debe cubrir, no es un privilegio, sino una serie de herramientas racionales a partir de las cuales podemos entender el mundo y tomar decisiones en cuestiones que nos afecten.

El camino para la alfabetización debe partir desde la indagación, desde la pregunta, desde el saber hacer ciencia. La escuela no debe terminar con la curiosidad infantil, esa actitud científica de querer entender y preguntarse porqué pasan las cosas. Lo ideal es partir de lo que los estudiantes saben considerando sus propios modos de razonamiento y su manera de ver el mundo y no imponer un estilo de aprendizaje que no concuerde con su forma de aprender. La tarea del docente es enseñar a los estudiantes cómo pensar.

El docente debe enfocarse en la forma en cómo se hace la ciencia y no en los resultados, es decir, saber hacer ciencia reconstruyendo el camino que hizo un científico para llegar a un descubrimiento, concepto, ley. La mejor estrategia es la indagación, porque conduce al desarrollo de habilidades de pensamiento científico. El trabajo colaborativo en la búsqueda del conocimiento es otra de las estrategias que conduce a mayores logros de aprendizaje, el docente debe ayudar al alumno a generar preguntas y guiarlo en la búsqueda de sus respuestas.

Se sugiere que los contenidos científicos estén vinculados con otras áreas del conocimiento y se trabaje por proyectos para favorecer la comprensión y el aprendizaje de las ciencias. Se deben evitar excusas para el trabajo científico en condiciones que no son ideales, lo único que se necesita es una verdadera vocación en la búsqueda de respuestas, pueden llevarse a cabo experimentos sencillos con elementos no complicados y demostrar que la ciencia está en todo lo que tenemos alrededor.

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