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La ciencia de la zoología

zelzinTesina28 de Septiembre de 2012

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José Ramírez-Pulido / Luis Alberto Talavera-Cisneros / Noé González-Ruiz

La palabra zoología en su acepción nominal deriva de las raíces griegas zwo, zoon, animal y logos, estudio, literalmente significa el estudio de los animales. Pero en el sentido formal, el diccionario de la lengua española define a la zoología como la ciencia que trata de los animales. Como una de las ramas de la biología, la zoología se encarga del estudio y el análisis de los animales en todas sus manifestaciones. Es “el estudio de la complejidad animal organizada” y el grupo que se conoció más rápidamente y mejor fue el de los cordados, ya que por sus características fue “aprovechado” desde tiempos prehistóricos. En este grupo quedan incluidos los peces, los anfibios, los reptiles, las aves y los mamíferos.

El hombre primitivo

El conocimiento de los animales, del llamado reino animal, se inició con la hominización misma, hace cerca de dos millones de años, a fines de la era Terciaria, en el Plioceno superior, ya que los primeros homínidos fueron carnívoros y caníbales, a diferencia de los monos antropomorfos que eran y son generalmente herbívoros. A finales del Pleistoceno, en el Paleolítico, con la cultura aurignaciense y la magdaleniense, se encontraron los llamados “restos de cocina”, valvas de moluscos, que nos indican el uso y el conocimiento que se tuvo de ese grupo animal. Las razas de Chancelade, Cromagnon y Grimaldi dejaron muestras de sus relaciones con el reino animal en sus pinturas rupestres, que han hecho famosas entre otras, a las cuevas de Montespan, de Lascaux, de los Tres Hermanos en Francia, y las de Altamira en España.

El arte rupestre es la representación gráfica de los animales que de una manera u otra tuvieron relación con los habitantes de esas épocas, ya fuera por su aprovechamiento en la alimentación, en el vestido, o por su facilidad de manejo y aún aquellos que por su fiereza eran de temer. Además, se han podido identificar grandes mamíferos como renos, osos, toros, caballos y mamuts; también se han identificado a nivel genérico invertebrados como algunos ortópteros cavernícolas. Por otra parte, la cerámica de todos los pueblos primitivos confirma la idea de que los conocimientos zoológicos son mucho más antiguos de lo que generalmente se cree, ya que en todas las expresiones artísticas de esos pueblos encontramos representaciones zoomórficas.

La ciencia de la zoología

La zoología como ciencia, parte de la premisa de que es la organización sistemática del conocimiento, con base en principios explicativos sujetos a la posibilidad de comparación y, por tanto, a la “clasificación”. En el caso que nos ocupa, los animales, una de las clasificaciones más antiguas que se ha conservado hasta nuestros días, tuvo su origen hace más de 2 000 años antes de nuestra era y es la que aparece en el Antiguo Testamento, como parte de la Biblia. Ahí se dice “…produzca la tierra animales vivientes de cada especie, a toda ave de los cielos, a toda sierpe sobre la tierra, peces en el mar, aves en los cielos y bestias y todas las alimañas de la tierra”.

Los griegos aunque sin una ciencia formal, tuvieron conocimientos científicos. Los primeros intentos de clasificación se conocen desde el año 400 a.C., en las obras de Aristóteles, quien fue el primero en idear un sistema de clasificación de los animales, el análisis que hizo del reino animal fue de tal manera valioso que duró casi 20 siglos. Tomó en cuenta la similitud básica, el tipo de reproducción, el hábitat que ocuparon los distintos niveles de organización y la adaptación al medio. Su Historia animalium contiene descripciones acuciosas de animales de Grecia y de Asia Menor. Aristóteles se interesó también por la estructura, por la forma y por la función de los organismos. Fue el primer científico en la historia de la biología en utilizar el género como categoría taxonómica en un sistema de clasificación, aunque de mayor amplitud que el actual. El concepto que tuvo para género fue pez o ave. También se percató de las diferencias entre los órganos análogos y homólogos a los que definió de la manera en que los conocemos hoy día.

El hombre tenía conocimiento solamente de los animales macroscópicos ya fueran vertebrados o invertebrados. Fue hasta principios del siglo xvii, con la invención del microscopio, cuando pudieron conocerse los animales microscópicos.

Antoni van Leeuwenhoek, de Delft, Holanda, rico comerciante en telas, es considerado el fundador de la microbiología y por ende de la protozoología. Investigador nato, el holandés talló sus propias lentes y construyó microscopios simples, lupas, con los que logró obtener hasta 270 aumentos. De sus cartas a la Real Sociedad de Londres, destaca la del 7 de septiembre de 1674, que marca la fecha del descubrimiento de los protozoarios, “animálculos” como él los llamó. Sin embargo, el primer protozoario identificado, una vorticella, es reportado en su carta núm. 18 de fecha 9 de octubre de 1676, considerada como el “Acta de nacimiento de la protozoología”. Fue el 4 de noviembre de 1681 cuando Leeuwenhoek describió un parásito en sus propias heces fecales, identificado por Dobel como Giardia lamblia.

Durante mucho tiempo, a los animales se les conoció con los nombres que las diversas comunidades les daban. También es cierto que el nombre se podía formar de una sola palabra o de un párrafo en donde se ponderaban sus cualidades, sus atributos. Todo cambió con la propuesta de Carolus Linnaeus, quien propuso por primera vez un sistema de clasificación racional del mundo vivo. La décima edición de su obra, Systema Naturae, 1758, es el fundamento de la sistemática zoológica. Su clasificación en principio reconoce que toda especie debe ser conocida por dos nombres uno que a manera de sustantivo se le asigna al género y el otro a la especie que será a manera de sustantivo calificativo. El primero debería escribirse con mayúscula y el segundo con minúscula, de esta manera nació el sistema de nomenclatura binominal, que comprende siete niveles jerárquicos básicos. El nivel superior es el reino, en orden descendente siguen el phylum, la clase, el orden, la familia y el género y por último, está la especie constituida por los elementos indivisibles con autoría funcional, organismos, individuos, y es la unidad de partida. Por otra parte, el naturalista sueco dividió al reino animal en seis clases: mammalia, aves, amphibia, pisces, insecta y vermes. La clase vermes la dividió a su vez en: intestina, mollusca, testacea, litophyta y zoophyta.

Actualmente, la zoología comprende diversas Ramas que constituyen grupos bien definidos divididos en dos grandes niveles: phyla major y phyla minor. Los phyla minor están constituidos por 20 grupos. Son organismos generalmente marinos con escasas especies, poco estudiados, pero de gran importancia en la filogenia del reino animal. Se les llama también vermídeos y a la mayoría de los grupos aún se les considera como insertae sedis.

México prehispánico

El mundo prehispánico fue poseedor de una vasta cultura botánica, y sus conocimientos zoológicos no fueron menores. Tan es así, que las representaciones zoomorfas en los códices tenían nombres precisos para designarlas, tal es el caso de los capullos de los insectos, a los que llamaban cochipilot, de cochi, dormir y pilot, colgar, el que duerme colgado.

Los antiguos mexicanos obtenían proteínas animales de la caza, de la pesca y de la recolección por la carencia de animales domésticos, ya que sólo contaban con algunas especies como el perro, el guajolote, Meleagris gallopavo, y la chachalaca, Ortalis vetula, por ello, la fuente principal de proteínas fueron animales silvestres como peces, ranas, ajolotes, iguanas y numerosas aves silvestres así como armadillos, conejos, coatís, tepezcuintles y venados, entre otros. Cabe señalar que los insectos también desempeñaron un papel importante en su alimentación. Entre ellos están los chapulines, Sphenarium sp., hormigas de miel, Mirmecocystis mellinger, escamoles, Lasius eskamoles, jumiles, Atizies sp., gusanos de maguey y larvas de algunas mariposas.

El interés por los animales no se centró exclusivamente en las especies que utilizaron en la alimentación. Tuvieron amplios conocimientos de la ecología y de la biología de las diversas especies de su entorno. Conocieron e identificaron muchas especies por el canto, por la forma y el tipo de nido, por la época de reproducción, por el número y la morfología del huevo, por las huellas, por las excretas, por el pelo, por las mudas, por el tipo de madriguera. La relación que tuvieron con los animales fue estrecha, dejaron constancia de la utilidad de la grasa, de partes blandas o partes óseas del cuerpo de ciertas especies, con fines puramente medicinales. Otras especies bien reconocidas fueron pródigas como filtros y otras más para curar penas de amores. Fue muy apreciado el colorante rojo que obtuvieron del insecto

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