Las Fuentes De La Vida
NOHSIER019 de Julio de 2015
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RESUMEN LAS FUENTES DE LA VIDA
CAPITULOS IMPARES
Isaac Asimov
1. La pregunta insoslayable
Siempre nos hemos preguntado, de dónde venimos, como nos formamos inicialmente y el porqué de todo lo viviente, ha sido una curiosidad sin igual, toda vez, que en el diario vivir vamos descubriendo diferentes formas y maneras de pensar, sabemos que existen científicos que cuestionan al creacionismo y que la evolución continua y sigue adelante, por eso las infinidades de preguntas que nos hacemos en algún momento de la vida.
Por tanto, Isaac, no dice “Habrá una inquietante y horrorosa modificación, tanto en el aspecto físico como en el temperamental de su madre y, finalmente, se producirá una revolución en la rutina familiar (generalmente en perjuicio suyo, pues la atención dejará de concentrarse en él), que infaliblemente le hará cavilar con tristeza y, por fin, preguntar.
Pero, además, la pregunta: “¿De dónde vienen los niños?”, aunque tradicionalmente formulada y rara vez inesperada, también es tradicionalmente embarazosa y difícil de contestar. Cuando la escuchan, las madres modernas suelen responder con una versión expurgada de las bases biológicas del parto, pero rara vez lo hacen con naturalidad y, en la mayoría de los casos, incluso en la actualidad, las primeras explicaciones del proceso le dejan al niño la idea de que los padres encuentran a los bebés bajo unas hojas de col o sobre una cama de hospital, traídos por la cigüeña o en el maletín del médico”.
Pero esto pasa en los humanos, y que decimos de donde vienen los animales, como se crearon, muchos son los interrogantes que nos podemos hacer el cual empezamos haciéndonos preguntas de los reinos vegetal, animal, y de todos aquellos que ahora llaman intermediarios o sea los microorganismos, como las bacterias, que no pueden ser definitivamente clasificados como plantas o animales propiamente dichos. Por tanto, nos hacemos preguntas que no podemos contestar, ni siquiera teniendo el conocimiento que nos dejan los científicos, pues las leyendas e historias que nos han enseñado durante toda la vida nos dejan la incertidumbre sobre la causa de los orígenes de la vida y del reino animal.
Después de todo, si tratamos de ponernos en el lugar de nuestros antepasados, observaremos que existen animales y plantas que sobreviven a pesar de que les falta el cuidado del hombre. O, lo que es más, sobreviven a pesar de todo lo que el hombre hace por exterminarlos.
Resulta exasperante: los animales domésticos útiles deben atenderse y vigilarse cuidadosamente si se quiere conservarlos vivos y saludables. En cambio, criaturas tales como los ratones, ratas, mosquitos y moscas, prosperan y se multiplican, aunque se les declare una guerra sin restricciones ni cuartel. El tierno césped se abona amorosamente y recibe cuidados especiales, mientras se ataca químicamente y se arranca la maleza. Y, sin embargo, es el césped el que se marchita, y la mala hierba resurge triunfante contra la adversidad.
¿De dónde proceden, pues, las sabandijas y la mala hierba? Es muy fácil caer en la malhumorada creencia de que brotan del suelo mismo: que se forman del lodo y de la podredumbre; que, en una palabra, su nacimiento es una especie de conspiración de la naturaleza inanimada, la cual se desquita de la acción del hombre volviendo contra él las formas nocivas de la vida.
Esto viene a demostrar que muchas falsas teorías se basan en la mejor de todas las pruebas: “Lo vi con mis propios ojos.” Déjese descomponer un pedazo de carne, e inmediatamente aparecerán en él pequeñas larvas vermiformes, algunas de las cuales se convierten en moscas. De la carne sin vida nacen gusanos e insectos. Y esto no es una vaga teoría, sino una prueba de testigo ocular que cualquiera puede verificar por sí mismo sin más que un pedazo de carne en putrefacción.
Entonces cómo podremos hacer un cómputo de cuantos seres vivos habitan en el universo; por tanto, hay cierta verdad en lo que describe Asimov, ya que, aunque ha existido una lenta evolución de la vida desde la muy simple hasta la más compleja, las especies se entremezclan, como si estuvieran todavía evolucionando por caminos ligeramente separados, a partir de antepasados comunes, no muy lejanos en el tiempo.
Por tanto, la evolución química donde camina al paso del origen de la vida, se inició casi tan pronto como la Tierra adquirió su forma actual, es decir, hace cuatro mil seiscientos millones de años y pasados mil quinientos millones de años, la evolución química había alcanzado ya una fase donde se formaban sistemas suficientemente complicados para recibir el calificativo de vivientes.
Teniendo en cuenta, que los científicos nos han hecho ver que es posible que las algas verdiazules existieran hace dos mil quinientos millones de años y que el proceso de fotosíntesis suscitaría la lenta transición desde una atmósfera de nitrógeno-anhídrido carbónico, a otra de nitrógeno-oxígeno, se debe pensar que la vida unicelular de los mares debe haber sido muy diferente incluyendo los protozoos que sin duda habrán tenido las formas más complicadas de vida entre las existentes. Por lo anterior, el origen de la vida todavía es un cuestionamiento en el que nos pasaremos día a día tratando de saber.
3. El árbol de Linneo adquiere vida:
Con el fin de interpretar la relación del contexto bioquímico y el ético con relación a lo visto en clase, y con base en la lectura, pude analizar que las interacciones que existen entre la bioquímica y la ética, contribuye a forjar una concepción científica del mundo y de la vida, pues el fortalecimiento de los valores éticos y morales de la sociedad, empujan al desarrollo de un pensamiento humanista y revolucionario entre las especies, vinculándose con las sustancias orgánicas primitivas que dieron origen a la vida.
Es evidente que el origen primitivo de las sustancias orgánicas dieron el nacimiento a la vida, proceso que se elabora a partir de la bioquímica, ya que, ésta estudia la vida pero a nivel molecular, permitiendo la comprensión de las bases moleculares y contribuyendo con el bienestar del ser humano.
Según Isaac Asimov, en sus investigaciones los procesos naturales actuaban de modo uniforme a través del tiempo, situación que dio lugar a ver las cosas de una manera natural, de allí que tomó el nombre de principio de la uniformidad.
Es así que siguiendo con los estudios e investigaciones sobre los cálculos hechos a la creación de la tierra el naturalista Jaime Hutton, publicó el libro Teoría de la Tierra, considerándose como el verdadero nacimiento de la geología, dando paso a las excavaciones que realizaban periódicamente a las capas descubiertas, las cuales produjo el estudio de los fósiles, que se presentaban como restos petrificados donde parecían tener la forma de animales o plantas o los fragmentos de éstos; por lo que haciendo una semejanza se ve claramente la importancia que tiene la bioquímica con la ética, pues la evolución de la tierra y de las especies, se relacionan con la evolución moral del ser humano. Por tanto, Las especies, van cambiando con mayor lentitud y dicha lentitud es consecuencia de que todos los seres humanos están ya tan bien adaptados entre sí, que en la misma naturaleza no se presentan sino con largos intervalos, debidos a cambios físicos de alguna clase o a la inmigración de nuevas formas.
Entonces, al igual que la evolución de la tierra y sus modificaciones como lo plantea Isaac Asimov, “a medida que aumento el conocimiento de los fósiles, resultó obvio que muchas antiguas criaturas resistieran durante largos periodos sin grandes cambios”, es así que no tenemos medio alguno de determinar, los cambios del ser humano en relación con la ética, estos van acordes con los descubrimientos de las eras, y sus modificaciones con los años, los cuales dan pie para la modificación de las especies, entonces, podemos decir que el tiempo es nuestro mayor testigo de la evolución.
Por tanto estos cambios deben ser provechosos para los individuos de una especie en las relaciones complejas con otros seres y con las condiciones físicas de la vida que se posea, ya que, serán heredadas por las descendencias.
También, podemos observar la lucha que existe entre todos los seres orgánicos, pues están sometidos a una rigurosa competencia de supervivencia, donde la selección natural es un recurso muy bien utilizado; ya que, la lucha por la existencia la utiliza en sentido amplio y aguerrido porque la evolución por sobrevivir se hace visible en la lucha que las especies mantienen día a día, pues como lo decía Lamarck (una jirafa que gustara mucho de triscar las hojas de los árboles, habría estirado su cuello hacia arriba todo lo que pudiera para obtener la mayor posible de hojas, y lo mismo su lengua y, de hecho también sus patas.), por tanto, esta especie fue evolucionando lentamente debido a su gran necesidad de sobrevivir, ya que, si no se hubiera realizado este cambio no habrían jirafas en la tierra y su evolución habría acabado hace muchos años.
Ahora, investigando un poco a Darwin en sus escritos el origen de las especies por medio de la selección natural, se ve como las especies de un mismo género solían tener por lo común semejanzas en costumbres y constitución y siempre en estructura, la lucha será más rigurosa que entre especies de distinto género, pero que fueran del mismo lugar, ya que, como se menciona en el capítulo, las especies del occidente tenían diferencias con
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