Liquidos Y No Lo Lean
btyronal26 de Octubre de 2013
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Idalberto Almeida Calzado y Jorge Torrecilla Rojas
El peso corporal en un adulto es de 70 kg; el 60 % (42 L) corresponde a los líquidos del organismo que contienen diferentes solutos y electrólitos; estos tienen como función principal transportar el oxígeno y nutrientes a las células, eliminar los productos de desecho del metabolismo celular y mantener el medio físico y químico estable dentro del organismo, que permita los procesos metabólicos necesarios para la vida.
Para que sea posible la correcta función de los sistemas corporales es imprescindible mantener el equilibrio hidroelectrolíticos y ácido-base, ya que existen diferentes cuadros patológicos asociados a numerosos factores que pueden provocar la ruptura de dicho equilibrio (ingestión de líquidos, dieta equilibrada) así como la valoración y corrección de posibles desequilibrios que se puedan producir, serán objetivos de los cuidados de enfermería.
Fisiología
Los líquidos y electrólitos en el organismo humano se distribuyen entre 2 espacios: el celular y el extracelular. El líquido contenido en el espacio intracelular representa 40 % (28 L) del peso corporal y en él se encuentran disueltos solutos esenciales para los procesos metabólicos esenciales.
El líquido del espacio extracelular que supone 20 % del peso corporal (14 L) y que está compuesto por líquido intersticial, 15 % (10,5 L) distribuido entre las células y fuera de los vasos sanguíneos y el líquido intravascular o plasma sanguíneo 5 % (3,5 L).
Otros líquidos extracelulares son la linfa, el líquido transcelular y el líquido presente en los órganos y que se caracteriza por ser inaccesible a los intercambios rápidos con el resto del agua extracelular. El líquido extracelular transporta otras sustancias como enzimas y hormonas, también transporta componentes celulares de la sangre, entre estos los eritrocitos y leucocitos por todo el cuerpo.
El porcentaje total de agua en el organismo sufre variaciones considerables en dependencia de factores como la edad, el sexo y la cantidad de tejido adiposo. Los obesos tienen menos líquidos ya que las células grasas contienen poca agua. Las personas jóvenes tienen un porcentaje de líquidos corporales más alto que las de mayor edad y los varones más que las mujeres.
Al nacer la cantidad de agua es de 75 % y desciende de forma progresiva hasta el período de la adolescencia, cuando se estabiliza en 60 % para el varón y 55 % para las mujeres, debido a que posee mayor cantidad de tejido adiposo. A partir de los 60 a?os los porcentajes de agua corporal disminuyen hasta los valores de 50 % para el varón y 45 % para la mujer. También para un mismo sexo e igual edad el porcentaje de agua es mayor en las personas delgadas que en las obesas.
Los líquidos del organismo contienen solutos y electrólitos en concentración variable según se trate en el espacio intracelular o extracelular. En la composición de líquido extracelular el sodio (Na+) es el catión predominante con valor normal entre 135 y 145 mEq/L, mientras que las concentraciones de otros cationes como el potasio (K+) concentración normal entre 3,5 y 5,0 mEq/L; el calcio (Ca+) concentración normal entre 4,5 y 5,0 mEq/L), entre otros son muchos menores. De forma contraria sucede en el análisis de la composición del líquido intracelular donde el catión con mayor concentración es el potasio (K+ valor normal de 156 mEq/kg de H2O), segundo del magnesio (Mg++: 20 mEq/kg de H20), mientras que la concentración de sodio es muy baja (Na+: 10 mEq/kg de H20) (tabla 3.14).
Intercambio de líquidos y electrólitos entre los espacios intracelular y extracelular. La diferencia de composición electrolítica de los líquidos intracelulares y extracelulares se generan y mantienen mediante procesos de transporte activo localizados en las membranas celulares y que implican un consumo de energía. El ejemplo más conocido es la bomba Na+/K+, que extrae el primero del interior de la célula e introduce al segundo en contra de sus gradientes de concentración respectivos. El intercambio de agua y solutos entre los diferentes espacios se produce gracias a los procesos de transporte pasivo de difusión, que es la tendencia de las peque?as partículas a diseminarse por igual en un determinado espacio desde la zona de mayor concentración y ósmosis que es la difusión del agua a través de una membrana selectiva permeable.
La presión hidrostática y la presión osmótica creadas por los procesos de difusión y ósmosis respectivamente son las fuerzas que rigen los intercambios entre los diferentes espacios. Las transferencias netas de agua entre el espacio intracelular y el extracelular solo ocurren cuando se modifican la osmolaridad en uno de ellos y se establece un gradiente de presión osmótica que provoca el espacio de agua del espacio más diluido al más concentrado.
Ganancia y pérdida diaria de líquidos. Regulación. Además del trasvase entre los espacios intracelular y extracelular que se produce en el interior del organismo, este intercambio de agua y electrólitos con el exterior se produce a través de las vías pulmonar, cutánea, digestiva y renal.
La necesidad diaria de aporte de líquidos en un hombre adulto con un peso de 70 kg es aproximadamente de 2 600 mL y su ingreso en el organismo proviene de la ingestión de líquidos (1 300-1 500 mL) de agua contenido en los alimentos sólidos (800-1 000 mL) y de agua de la oxidación producto del metabolismo 300 mL.
El mecanismo de la sed y todos aquellos estímulos fisiológicos que influyen sobre su centro-control situado en el hipotálamo, así como el incremento de la osmolaridad plasmática son los responsables de la regulación de la ingestión de líquidos.
La cantidad de agua que en condiciones normales pierde diario un adulto es, al igual que las ganancias, de unos 2 600 mL y ocurre a través de los ri?ones, la piel, los pulmones y el tracto gastrointestinal.
Los ri?ones son el órgano principal encargado de mantener la constante composición hidroeléctrica del organismo y transfiltrar el plasma producen cada día de 1 000 a 2 000 mL de orina. Esta filtración está condicionada por la secreción de la hormona antidiurética (ADH), una de las diversas hormonas esteroides producidas en la corteza suprarrenal y por la aldosterona, que se produce principalmente en el hipotálamo anterior y se almacena en la hipófisis que influyen sobre los ri?ones y ayudan a regular el volumen de líquido extracelular, la relación entre el agua y los solutos y la cantidad específica de los distintos electrólitos.
El tubo digestivo también ayuda a regular el equilibrio de los líquidos y electrólitos, por la reabsorción selectiva de aguas y solutos que se lleva a cabo principalmente en el intestino delgado; la pérdida de electrólitos por esta vía normalmente es insignificante (100-150 mL), sin embargo, en trastornos como diarreas pueden perderse líquidos y electrólitos en cantidades importantes.
Los pulmones también desempe?an funciones vitales en el mantenimiento de la homeostasia líquida. Estos órganos excretan unos 300 mL al día de agua mediante la exhalación en adultos sanos. Esta excreción puede aumentar como resultado de estados anormales como la hiperpnea (respiración profunda anormal) o la tos y la fiebre o cualquier trastorno que aumenta considerablemente las respiraciones.
Desequilibrio del agua. El equilibrio del agua se puede ver afectado por la pérdida excesiva de agua (deshidratación, déficit del volumen de líquido) o por retención de esta (hiperhidratación).
Déficit de líquidos y electrólitos
Deshidratación. Se define como la pérdida aislada de agua que no incluye pérdida de electrólitos. El hecho de que la deshidratación implica una hipernatremia, los signos y síntomas que presentan los pacientes serán propios de la hipernatremia con mínimos signos de hipovolemia. No se puede plantear hipovolemia hasta que no aparezca pérdida de sodio y agua del espacio extracelular o pérdida de sangre del espacio intravascular. Debido a que el volumen del espacio extracelular depende del contenido total del sodio es necesario que se produzca depleción de sodio para que se desarrolle la hipovolemia.
Las causas que pueden provocar déficit de volumen de líquido se agrupan en:
− Ingestión insuficiente: falta de ingestión de líquidos, estados de depresión, lesión del centro de regulación de la sed.
− Pérdida de sangre: la hemorragia de cualquier origen.
− Pérdidas extrarrenales: por vía pulmonar y cutánea debido a sudación excesiva por calor o fiebre y quemaduras; por vía gastrointestinal como causa de diarreas, vómitos, aspiración nasogástrica, fístulas, drenajes; secuestro en un tercer espacio (obstrucción intestinal, peritonitis y aplastamiento muscular).
− Pérdidas renales: por déficit de aldosterona, disminución de la secreción de ADN y diuresis osmótica.
Cuadro clínico. Los signos y síntomas que puede presentar el paciente van a estar en dependencia de la magnitud de las pérdidas. Al principio puede presentar cefalea leve, debilidad, fatiga, sed, sequedad de piel y mucosa, oliguria, taquicardia en reposo e hipotensión postural, estos 2 últimos más frecuentes en el adulto. Además, el paciente puede presentar shock hipovolémico (letargia, confusión, hipotensión y taquicardia).
Intervenciones específicas de enfermería. Medidas para conservar el equilibrio de líquidos y electrólitos: procurar la ingestión adecuada de alimentos y líquidos es fundamental en estos pacientes. La enfermera es quien debe juzgar las necesidades de los líquidos, ejemplo, determinará si el paciente con fiebre o infección
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