Límites y desafíos del peronismo en la oposición - José Natanson

Pontificia Universidad Católica del Perú

Escuela de Gobierno y Políticas Públicas

Maestría en Ciencia Política

Octubre 2017

Límites y desafíos del peronismo en la oposición

José Natanson inicia con el reconocimiento identitario político al peronismo, así como a su capacidad adaptativa histórica vigente hace siete décadas en la política argentina, marcando la pauta desde el Ejecutivo y desde la oposición, la que actualmente ejerce frontal, mientras se recompone en un ejercicio introspectivo, tras el revés electoral de 2015 (no la única pero sí de gran magnitud y  de relevancia representativa nacional) para así nuevamente volver a readaptarse al nuevo paradigma político.

El autor dedica gran parte de su trabajo en la explicación de las causas de la derrota peronista. La primera sería el económico a consecuencia del golpe del primer shock de la crisis internacional de 2008, los conflictos con los productores de soja por la apropiación de la renta de los cultivos, el déficit de la balanza comercial, el desequilibrio de la balanza energética y turística, el déficit de recursos para cubrir el resto de las ramas de la economía y la inflación que no bajó del 25% anual atizaban las tensiones sociales, propiciando del gobierno kirchnerista la implementación de la denominada política “administración de la escasez” a través de regulaciones de carácter económicas e intervencionismo estatal con la finalidad de sostener los indicadores sociales; se logró contener la crisis, pero con indicadores poco alentadores.

La segunda razón serían el declive de las buenas relaciones con la clase media emergente y la tradicional argentina que valoraba la estabilidad macroeconómica, la corrupción y la crisis de la remisoria coalición social que se había construido para sostener su base electoral en base a pleno empleo y aumento de salarios por encima de la inflación, asignaciones pensionarias por hijos y jubilación, acceso a bienes de consumo, entre otros que caracterizó al peronismo por clientelista.

El tercer motivo pasaría por la desestructuración institucional del kirchnerismo desde 2011 generado por la errado construcción mental basada en la contundente victoria electoral de Cristina Fernández que generó la errada idea de la autosuficiencia de la figura política emblemática, que propició un alejamiento (más que rechazo) del gobierno con la nueva clase media, para dedicarse casi en exclusiva por un populismo de minorías. Por otro lado, a diferencia de Néstor Kirchner que era más de acción, el liderazgo de Cristina se tornó menos pragmático, tornándose más bien ideológico, lo que redundó en su desconexión con la población, que se agravó por las constantes denuncias de corrupción.

La cuarta y última razón para la derrota del peronismo tiene su explicación en el diseño electoral y su carencia de representación dirigencial con la suficiente potencia electoral que sea capaz de emocionar a las masas con el discurso ideológico peronista.

El peronismo desde la oposición quedó muy débil tras la derrota de 2015, el peronismo, como opositor del gobierno de Macri se dividió. Por un lado el Frente Renovador (“…se presenta como una opción frente al «populismo» del gobierno anterior y al «neoliberalismo» del actual...”) vencedor en las elecciones parlamentarias de 2013 y por el otro el sector partidario liderado por Sergio Massa que cuenta con el apoyo de un importante grupo líderes con alta visibilidad mediática y que ocuparon importantes cargos públicos durante el kirchnerismo.

Así, Massa, que sin romper con el peronismo, viene siendo quien lidera la facción de “cooperación negociada” con Macri, mientras el kirchnerismo es la oposición dura (sin ocupar muchos cargos públicos en las gobernaciones ni municipios) que critica al neoliberalismo macrista, lo que desde una perspectiva electoral futura la podría posesionar como la que deba suceder al gobierno de turno.

Según el autor esta falta de copamiento de cargos públicos podría representar un riesgo a las pretensiones en la medida que no cuenta con la fuerza política que le posibilite formar coaliciones y que sólo se oriente su discurso político a defender las conquistas de un pasado glorioso.

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