Mito de La chica del barranco

Mito de La chica del barranco

Dicen que iban los dos compadres caminando como de costumbre después de salir de la cantina a las 2 o 3 de la mañana, iban caminando borrachos tambaleándose aguantando sin caerse.

Cuando iban a llegar en donde vivian los señores, vieron a lo lejos a una mujer vestida de blanco o de novia, cuando de pronto uno de los señores miro a esta mujer le dijo a su compadre que ya había encotrado pareja pues este señor era soltero, entonces el otro señor le dijo a este que como puede decir eso si ella no se fijaría en él.

Entonces aquel compadre decidió ir tras aquella mujer, a lo cual su compadre no lo podía dejar sólo y lo fue siguiendo, al terminar de caminar 5 o 6 calles, un vecino que era velador del panteón los vio a los 2 señores cantando y gritando, siguiendo a esta hermosa mujer. El señor al gritarles ninguno de los dos le hizo caso, entonces decidió seguirlos. 

Pues en esos tiempos eran pocos que hasta entre ellos mismos se cuidaban, total que el velador les grito tan fuerte para que le hicieran caso, que los dos compadres se voltearon a verlo, pero al regresar la mirada hacia la mujer estaban justo a la orilla de un barranco, a lo que por lógica su borrachera se les bajo del miedo.

Desde ese día y hasta la fecha se dice que esta mujer vestida de blanco se aparece en cualquier otro barranco, tratando de llevarse a cualquier otra persona, pues ya se ha llevado a muchos hombres desde hace tiempo.

                                                                Jose Alberto López Castillo

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Leyenda del charro negro

Se dice que un hombre vestido de charro suele cabalgar por los caminos entre los pueblos del sur de México, este charro vestido de negro y cabalgando en un hermoso caballo de igual color, usualmente se acerca a las personas que viajan en la noche caminando.

Este se acerca y comienza a buscar una plática, dicen que es muy amable y solamente hace compañía, sin embargo, si por el camino que recorren se encuentra una iglesia, antes de llegar a ella el charro se despide amablemente y se va. Nada malo puede decirse del Charro Negro si la persona se niega a que sea acompañada hasta el lugar en donde vive; si se acerca el amanecer, se despedirá cortésmente y se marchará con paso lento.

Algunas personas dicen que en cierto punto el charro invita a subir a una persona, en especial a las mujeres pues son a las que les habla con palabras cálidas y una mirada tentadora.

Pero si, a esto la mujer acepta las ofertas para llegar sin cansancio a su hogar y acepta  montar el caballo, eso hará que comienze el fin para la persona pues una vez sobre el animal, la mujer descubre que es imposible bajarse, es entonces cuando el Charro Negro vuelve a montar su caballo y se aleja con rumbo desconocido, sin hacer caso de los ruegos o los gritos de su víctima, a la que no se le vuelve a ver jamás.​

                                                                Jose Alberto López Castillo

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