Monografia Sobre El Clima
sorayaensayo26 de Noviembre de 2012
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INTRODUCCION
Cuando hablamos del tiempo que hace o el clima de un país, nos estamos refiriendo a conceptos diferentes, aunque muy relacionados entre sí. Se define el clima como un conjunto de fenómenos meteorológicos que caracterizan el estado medio de la atmósfera en un área de la superficie terrestre, sin embargo el tiempo es el estado atmosférico día a día y en determinada localidad. La climatología valora las temperaturas y las precipitaciones sirviéndose de medias o promedios. Para conocer la temperatura promedio de un día se realiza la media atmosférica en veinticuatro observaciones horarias; de esta manera podemos saber la máxima y mínima temperatura. Las precipitaciones por el contrario se toman en su totalidad de modo que el totalidad, de modo que el total de lluvia caída en un mes se une al siguiente formando así el anual.
El clima es el estado medio de la atmósfera de un lugar determinado a base de los datos correspondientes a un intervalo de varias décadas. Dos de los elementos más importante en el establecimiento de un clima y las precipitaciones. Los factores generales que influyen en ambas magnitudes son la latitud, la altitud y la distribución de las tierras y mares de un lugar. Existen diversas clasificaciones de los climas según los datos a los que se atiendan para su establecimiento. Asimismo mediante el presente trabajo además de los conocimientos generales sobre el clima, trataremos lo referente a los cambios climáticos y sus causas.
EL CLIMA.
El clima abarca los valores estadísticos sobre los elementos del tiempo atmosférico en una región durante un período representativo: temperatura, humedad, presión, vientos y precipitaciones. Estos valores se obtienen con la recopilación de forma sistemática y homogénea de la información meteorológica, durante períodos que se consideran suficientemente representativos, de 30 años o más. Estas épocas necesitan ser más largas en las zonas subtropicales y templadas que en la zona intertropical, especialmente, en la faja ecuatorial, donde el clima es más estable y menos variable en lo que respecta a los parámetros meteorológicos.
Los factores naturales que afectan al clima son las estaciones del año, así como las Regiones Bioclimáticas, la latitud, altitud, junto con el relieve, continentalidad (o distancia al mar) y corrientes marinas. Según se refiera al mundo, a una zona o región, o a una localidad concreta se habla de clima global, zonal, regional o local (microclima), respectivamente.
El clima es un sistema complejo por lo que su comportamiento es difícil de predecir, por una parte hay tendencias a largo plazo debidas, normalmente, a variaciones sistemáticas como la de la concentración de los gases de efecto invernadero, la de la radiación solar o los cambios orbitales. Por otra, existen fluctuaciones más o menos caóticas debidas a la interacción entre forzamientos, retroalimentaciones y moderadores. De cualquier forma el efecto de las fluctuaciones poco predecibles del tiempo atmosférico es prácticamente anulado si nos ceñimos al estudio de las tendencias (que es la materia que realmente interesa en la climatología) y podemos hacer predicciones con considerable precisión. Asimismo, el conocimiento del clima del pasado es, también, más incierto a medida que se retrocede en el tiempo. Esta faceta de la climatología se llama paleoclimatología y se basa en los registros fósiles; los sedimentos; la dendrocronología, es decir, el estudio de los anillos anuales de crecimiento de los árboles; las marcas de los glaciares y las burbujas ocluidas en los hielos polares.
De todo ello los científicos están sacando una visión cada vez más ajustada de los mecanismos reguladores del sistema climático.
El Clima es el efecto a largo plazo de la radiación solar sobre la superficie y la atmósfera de la Tierra en rotación. El modo más fácil de interpretarlo es en términos de medias anuales o estacionales de temperatura y precipitaciones.
Las áreas de tierra firme y las marinas, al ser tan variables, reaccionan de modos muy distintos ante la atmósfera, que circula constantemente en un estado de actividad dinámica. Las variaciones día a día en un área dada definen su climatología, mientras que el clima es la síntesis a largo plazo de esas variaciones (ambas pueden considerarse subdisciplinas de la meteorología). El clima se mide por medio de termómetros, pluviómetros, barómetros y otros instrumentos, pero su estudio depende de las estadísticas. Hoy tales estadísticas son realizadas competentemente por ordenadores. Con todo, un resumen sencillo a largo plazo de los cambios climáticos no proporciona una representación exacta del clima. Para obtener ésta es necesario el análisis de los patrones diarios, mensuales y anuales. La investigación de los cambios climáticos en términos de tiempo geológico es el campo de estudio de la paleoclimatología, que requiere las herramientas y métodos de la investigación geológica.
La palabra clima viene del griego klima, que hace referencia a la inclinación del Sol. Además de los efectos de la radiación solar y sus variaciones, el clima siempre está bajo la influencia de la compleja estructura y composición de la atmósfera y de los mecanismos por los que ésta y los océanos transportan el calor. Así pues, para cualquier área dada de la Tierra, debe considerarse no sólo su latitud (que determina la inclinación del Sol), sino también su altitud, el tipo de suelo, la distancia del océano, su relación con sistemas montañosos y lacustres, y otras influencias similares. Otra consideración a tener en cuenta es la escala: el término macroclima hace referencia a una región extensa; mesoclima, a una más pequeña; y microclima, a un área diminuta. Por ejemplo, puede especificarse que un buen microclima para cultivar plantas es el que hay al abrigo de grandes árboles de sombra.
El clima tiene una gran influencia en la vegetación y la vida animal, incluyendo a los humanos. Desempeña un papel significativo en muchos procesos fisiológicos, desde la concepción y el crecimiento de los seres vivos hasta la salud y la enfermedad. El ser humano, por su parte, puede influir en el clima al cambiar su medio ambiente, tanto a través de la alteración de la superficie de la Tierra como por la emisión de contaminantes y productos químicos, como el dióxido de carbono, a la atmósfera.
El clima y su evolución a escala global.
En verdad, no puede hablarse de un clima global, sino de varios climas distintos a diversas escalas de localización. Así, los climas pueden ser locales, regionales y, cuanto más, zonales, siendo la existencia de estos climas zonales (es decir, latitudinales) el motivo por el que se creó el propio nombre de clima durante la época del hielo, como se señala en una de las acepciones de la palabra clima en el Diccionario Enciclopédico SALVAT de 1967:
Espacio del globo terráqueo comprendido entre dos paralelos, en los cuales la duración del día mayor del año se diferencia en determinada cantidad de tiempo (por lo general, media hora, que corresponde a 7° y medio de latitud, en este caso)
Diccionario Enciclopédico Salvat, 1967, T. 3, p. 684
Así, los climas se disponían en franjas o zonas de latitud y los antiguos, incluyendo a Claudio Ptolomeo, distinguían 7 zonas climáticas entre la zona de menor latitud (ecuador terrestre) y, por lo tanto, más cálida, hasta la zona boreal, mucho más fría. No tomaba en cuenta las modificaciones introducidas por el relieve (pisos térmicos), ya que en su tiempo, casi toda la población mundial (del mundo conocido) se ubicaba en las llanuras o tierras ubicadas a escasa altitud. Tampoco puede hablarse de cambios climáticos globales y mucho menos a corto o mediano plazo. Si hubiera sido así, no existiría una adaptación milenaria de las principales formaciones vegetales a los climas existentes y bastaría comprobar, por ejemplo, el límite norte del cultivo del olivo en la Península Ibérica, por ejemplo, para darnos cuenta de que los cambios climáticos se producen, a nivel local o regional, a un ritmo mucho más lento del que las posiciones ecologistas desean hacernos creer. En efecto, ese límite se ha mantenido sin variación apreciable a lo largo de miles de años (recordemos que el olivo es un árbol de gran duración y existen ejemplares que tienen miles de años). Y la existencia de helechos arborescentes en la zona intertropical, por ejemplo, nos muestra que el clima de dicha zona en el continente americano se ha conservado con unos parámetros similares desde el período carbonífero, en el que bosques donde abundaban esos helechos arborescentes vinieron a convertirse en los depósitos de carbón ahora ubicados en latitudes distintas por la deriva continental explicada por la tectónica de placas.
Para conocer cómo evoluciona el clima a lo largo del tiempo geológico hay que tener en cuenta la influencia de los aspectos capaces de alterarlo a lo largo de un período más o menos largo. Según la importancia de los factores externos al propio clima, en cada momento el sistema climático será más o menos caótico. En cualquier caso, a largo plazo la previsión se hace imposible, ya que muchos de los forzamientos externos, por ejemplo la deriva continental, se rigen por sistemas caóticos o, al menos, muy difíciles de conocer.
Los forzamientos externos pueden implicar ciertas periodicidades, como variaciones orbitales y variaciones solares, y a su vez presentar tendencias globales en un sólo sentido por encima de las fluctuaciones de más alta frecuencia. Este es el caso de la variación solar, que mientras presenta fluctuaciones regulares en cortos períodos,
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