Moralidad De Los Sistemas
jvcano29 de Junio de 2013
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INDICE
LA MORALIDAD DE LOS SISTEMAS
1. Introducción
2. Moralidad de los sistemas
3. Medición de valores
4. Costos y medición de valor
5. Una ciencia de valores
6. La ética de los efectos de propagación
7. La ética de causar el cambio
8. La ética de los objetivos
9. Responsabilidad social
1.1. Fase I
1.2. Fase II
1.3. Fase III
10. La ética de la conservación
11. Seguridad y responsabilidad del producto
12. Conclusiones
13. Bibliografía
14. Anexos I (Diapositivas)
15. Anexos II (Video referente al tema)
1. Introducción
En esta introducción podemos observar la descripción de algunos temas tales como la ética, los valores, la responsabilidad social entre otros, también se describe la moralidad de los sistemas.
La conformidad a tal codificación se puede también llamar moralidad, y el grupo puede depender de conformidad extensa a tales códigos para su existencia continuada. Las cotizaciones de la moralidad son las que definen la calidad de la gente en la sociedad y sus principios valiosos que pueden contribuir al bienestar de la sociedad.
En cambio la Ética no prescribe ninguna norma o conducta; no manda ni sugiere directamente qué debemos hacer o como debemos comportarnos. Su cometido principal consiste en aclarar qué es lo moral, cómo se fundamenta racionalmente una moral y cómo se ha de aplicar ésta posteriormente a los distintos ámbitos de la vida social.
El valor, según muchos, es visto como una energía o una fuerza que motiva a la acción humana.
Es visto como algo que atrae a las personas hacia aquellos objetos o servicios que de alguna manera satisfacen sus necesidades.
El ritmo en que se adopta una innovación industrial tiene una correlación positiva con la rentabilidad de la innovación y una correlación negativa con la inversión de capital requerida.
La valorización de la responsabilidad social puede ser tanto ética como legal. Generalmente se considera que la responsabilidad social se diferencia de la responsabilidad política porque no se limita a la valoración del ejercicio del poder a través de una autoridad estatal.
2. La moralidad de los sistemas
En el pasado, la ciencia y el diseño podrían permanecer libres de valor. Una de las premisas importantes de la revolución industrial fue que lo óptimo se dictó solamente por la “tecnología imperativa”, por la cual, eficiencia significaba encontrar la solución con los costos más bajos.
Ahora estamos de acuerdo con Churchman, quien describe la filosofía de Singer, “la ciencia de hoy en día y de cualquier época nunca hace declaraciones en el modo indicativo, sino más bien, en el imperativo”.
La moralidad es un sistema de los principios y los juicios basados en los conceptos y la creencia culturales, religiosos, y filosóficos, por los cuales los seres humanos se determinan si las acciones dadas, correcta o incorrecta. Estos conceptos y la creencia son generalizados y codificados a menudo por una cultura o un grupo, y sirven así para regular el comportamiento de sus miembros. La conformidad a tal codificación se puede también llamar moralidad, y el grupo puede depender de conformidad extensa a tales códigos para su existencia continuada.
Las cotizaciones de la moralidad son las que definen la calidad de la gente en la sociedad y sus principios valiosos que pueden contribuir al bienestar de la sociedad. Estas cotizaciones de la moralidad ligan generalmente la actitud de la gente a los valores morales que han adquirido sobre los años desde su nacimiento.
Aunque la moralidad de la gente y los sus éticas ascienden a la misma cosa, hay un uso que restringe moralidad a los sistemas tales como el de Kant, basado en nociones tales como deber, obligación, y principios de la conducta, reservando el ética para el acercamiento más aristotélico al razonamiento práctico, basado en la noción de una virtud, y evitando generalmente la separación ‘de ' consideraciones morales de otras consideraciones prácticas.
La ciencia y el diseño actuales son valorativos y toman en cuenta el “imperativo social”, el cual dicta que la mejor solución debe también satisfacer los costos sociales óptimos. La eficiencia tecnológica se subordina a la eficiencia social. A este interés por los valores y en particular por el valor social, se le da el nombre de moralidad de los sistemas. Determinar la moralidad del diseño de un sistema, es evaluar los efectos de la intervención del planificador en aquellos para quienes se intenta el plan. Esta incluye una consideración de:
• Medición de valores - costos y utilidad
• Una ciencia de valores
• La ética de los efectos de propagación.
• La ética de causar el cambio.
• La ética de los objetivos.
• La ética de los directores.
• Responsabilidad social.
• La ética de conservación.
• Consumismo y protección al consumidor.
• Seguridad y responsabilidad del producto.
• Lo realista contra lo idealista.
3. Medición de valores
En su mayor parte, los autores de decisiones utilizan únicamente criterios y medidas económicas para evaluar y compara alternativas y planes. Esta fuerza y sobre confianza en los valores económicos, se debe al hecho de que se obtienen y comprenden fácilmente. La existencia de monedas utilizadas para negociar en la antigüedad, atestigua la longevidad de las mediciones económicas. Aunque el progreso en la metrología (la ciencia de la medición) ha sido grande en muchos campos, como el de la psicología, los métodos y unidades de medición en las ciencias sociales aún no están bien desarrollados. Comprendemos el cambio de moneda, pero carecemos de “valor corriente” social, estético y ecológico, por el cual puedan medirse valores, además de los económicos.
La supervivencia del más alto apto es aplicable también a los bienes, servicios y a la sociedad en general. El valor es la fuerza que determina quien sobrevira. El valor es erróneamente visto como una propiedad de los bienes o servicios. El valor es mucho más que una propiedad del objeto, es una fuerza que gobierna nuestro comportamiento.
4. Costos y medición de valor
El valor a menudo se mide estrictamente en términos de valor económico, e implica que el mercado proporciona un mecanismo adecuado para determinar la importancia relativa de las comodidades u otros “paquetes de artículos”. Sin embargo, muchos artículos no se ofrecen o venden en el mercado, y aun si así fuera, las imperfecciones en el mecanismo de precios, no nos permiten basarnos en los precios o costos como indicadores de valor verdadero. Una de las principales razones de por qué los costos no son patrones confiables de valor, es la plétora de definiciones del concepto.
5. Una ciencia de valores
Churchman apoya el establecimiento de una ciencia de valores y el desarrollo de un método científico para verificar los juicios éticos.
Cuando el administrador científico hace “una recomendación“ con relación a un diseño de sistema, emite un “juicio ético”; es decir, expresa si el sistema será “bueno” o “malo” para quienes lo utilicen. El administrador científico no puede deshacerse de esta responsabilidad que se extiende a la etapa de implantación. Debe atenerse a los resultados (buenos o malos) de su diseño. En consecuencia, el aspecto ético de los sistemas (su capacidad de mejorar o reducir el bienestar de aquellos a quienes están destinados) adquiere renovada importancia.
Sin embargo, la determinación del valor de sistemas está llena de dificultades. Churchman narra en forma crónica las inadecuaciones de los sistemas contables para proporcionar datos de costo en la toma de decisiones cuando no hay el acuerdo suficiente sobre que concepto de costo debe usarse, y la “medición de costos, presupone le determinación de políticas óptimas”.
6. La ética de los efectos de propagación
Cuando se diseñan sistemas, es importante no sólo llevar la cuenta de los costos y beneficios que se acumulan al sistema en el cual están teniendo lugar los cambios, sino también tomar en cuenta los efectos sobre sistemas cercanos. Por supuesto nos referimos a la consideración de los efectos de propagación.
7. La ética de causar el cambio
Originar un cambio provoca no sólo la pregunta por los medios y los fines que se persiguen cuando este se efectúa, sino la cuestión de lo que Kelman llama “la bondad de hacerlo bien.”
El causar el cambio, requiere que se ejerza alguna forma de influencia, persuasión o comunicación, o una combinación de estas, en los afectados por el cambio. Esta influencia implica una medición del control e imposición de valores del diseñador sobre el cliente. Kelman llega al grado de llamar a esta influencia “manipulación”, y propone pasos para mitigar el aspecto negativo del cambio de conducta en cada uno de los tres papeles de la ciencia social.
El que creamos que el cambio implica una manipulación y un control depende de si creemos o no que el hombre es un agente libre, a cargo de “si mismo y de su propio destino”. Aun si se fuera a tomar la posición poco probable de concordar
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