NUESTRO HOGAR LA TIERRA

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En nuestro planeta se originó un milagro… la vida. Ésta se originó cuando el dióxido de carbono bajó sus niveles de concentración y dio paso al oxígeno, del cual depende la vida.

El motor de la vida e s el vínculo, todo está vinculado, el agua y el aire son inseparables, están unidos de por vida y por nuestra vida en la tierra, todo se comparte. El 70% del oxígeno, gas indispensable para nuestros pulmones proviene de las algas marinas. Nuestro planeta reposa sobre un equilibrio en el cual cada uno tiene su lugar y sólo existe gracias a la existencia del otro. Es un equilibrio muy fácil de romper.

Nuestro planeta calcula el tiempo en miles de millones de años, necesitó más de 4 mil millones de años para crear el árbol una escultura viviente y perfecta, es un desafío a la gravedad, es el único que está en constante movimiento y creciendo hacia el cielo.

En el planeta 1 de cada 4 personas aún viven como el hombre podía vivir hace 6,000 años, sin ninguna otra energía más la que la naturaleza le proporcionaba, así viven hoy más de 1500 millones de humanos.

En 50 años, nosotros hemos modificado la tierra más que cualquier otro ser humano que nos ha precedido. La agricultura acapara el 70% de toda el agua que se consume en el planeta, y se requieren 100 litros de agua para producir 1 kg de carne. 1 litro de petróleo produce la misma energía que 100 pares de brazos en 24 horas.

Hoy en la actualidad 1 de cada 10 de los grandes ríos no alcanzan a llegar al mar en varios meses. La tierra ya no puede seguir este ritmo desenfrenado. La escasez de agua podrá afectar a 2 mil millones de personas antes del 2025.

Lo orgánico es el vínculo entre el agua, el aire, el sol y la tierra, este vínculo se está rompiendo. El suelo es una deformación de la materia viva, delgada y frágil, del suelo dependen los alimentos y el hambre está aumentando, casi 1000 millones de personas son víctimas de ella.

Por otra parte, nuestras actividades emiten cantidades enorme de dióxido de carbono diariamente, nuestra atmósfera se está sobrecalentando, sin darnos cuenta, molécula por molécula, hemos trastornado el equilibrio climático de la tierra. Todas nuestras miradas se han vuelto hacia los polos, ya que en ninguna otra parte se ve tan palpable el cambio climático. La concentración de dióxido de carbono nunca había sido tan elevada desde hace cientos de miles de años, el hombre nunca había conocido una atmósfera semejante. Nuestra explotación desmesurada de los recursos amenaza la vida de las especies y el cambio climático aumenta esta amenaza.

Antes del 2050 un cuarto de todas las especies que viven en la tierra podrían estar en peligro de extinción. En las regiones polares, el equilibrio de la biodiversidad ya está trastornado.

El polo Norte ha perdido el 30% de su superficie en 30 años, además, el calentamiento acelerado de Groenlandia haría que el agua dulce se añadiera a la salada del océano, ésta retiene el 20% de las aguas dulces del planeta, si esto se derritiera, provocaría que la marea subiera 7 metros. El casquete glaciar ha empezado a derretirse a un ritmo que incluso los científicos más pesimistas no imaginaban hace menos de 10 años.

Nuestro ecosistema no conoce las fronteras, estemos donde estemos, nuestras acciones tienen repercusiones en toda la tierra, la atmósfera de nuestro planeta es una sola y es nuestro bien común.

En la atmósfera el trayecto de los grandes vientos se está modificando, el ciclo de las lluvias se ha alterado, la geografía de los climas cambia, los habitantes de las islas bajas son los más amenazados. Año tras año, las previsiones de los científicos son cada vez más alarmantes.

Estamos poniendo en peligro este equilibrio climático que ha permitido nuestro desarrollo desde hace 12 mil años.

A la humanidad solo le quedan 10 años para invertir la tendencia y evitar pasar a esa frontera desconocida en la que se convertiría nuestra tierra. Hemos creado fenómenos que no podemos controlar, nosotros estamos rompiendo la unión de los medios naturales, no hay que cerrar los ojos, tenemos que creer en lo que sabemos: hemos modelado la tierra a nuestra imagen, nos queda poco tiempo para cambiar.

¿Cómo podrá este siglo soportar el peso de 9 mil millones de seres humanos, si nosotros no aceptamos de una vez por todas hacer un balance de todo aquello de lo que somos los únicos responsables?

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