Nutrientes e inmunidad ensayo

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INTRODUCCION

La nutrición en un aspecto importante para el mantenimiento y la relación del desarrollo del sistema inmune, se ha visto que el déficit y los desequilibrios en el estilo de la alimentación y sus componentes nutricionales conllevan al paso del tiempo a una inmunología deficiente.

En este breve ensayo se podrá observar como el ámbito nutricional es una base en el gran pilar de la defensa contra antígenos y el desarrollo de la salud en un individuo sano o que posiblemente pueda conllevar a un trastorno en la salud de su futuro.

En los últimos años se ha estado investigando para conocer el papel que tiene ciertos micronutriente sobre el sistema inmune, principalmente el hierro, cobre, zinc, etcétera. A su vez también se ha estudiado el aporte vitamínico como la vitamina A, D y E, así como los nuevos datos aportan los aminoácidos como como la proliferación de los linfocitos que producen activación de receptores del ácido retinoico como la diferenciación en linfocitos T gracias a la vitamina A.

Gracias a este aporte la vitamina A ha determinado el beneficio de reducción de mortalidad por sarampión en lactantes, enfermedades diarreicas e infecciones respiratorias agudas, son grandes ejemplos de la ayuda que un buen aporte nutricional puede otorgar.

La relación que hay entre los nutrientes y la salud de un paciente ejercen un papel fundamental digno de ser estudiado. En ello el grado de inmunocpentencias se relaciona con: tipos de nutrientes implicados, interacciones que puedan presentar con otros nutrientes esenciales, el grado de gravedad ante un déficit mayor, las anomalías inmunitarias, el aporte excesivo de micronutrientes que asocian con pruebas inmunológicas alteradas, las pruebas de inmunopetencias.

El estado de desnutrición tienen relación con la deficiencia de inmunidad, ya que proporcionan indicadores indirectos para formar herramientas para el diagnóstico de múltiples patologías, Una aspecto esencial es la respuesta del estado inmune intestinal, tras el ataque de agentes infecciosos, Así como patologías autoinmunes o agentes externos alimentarios inocuos, debemos saber que las alteraciones en la respuesta inmune mediante una reducción de ingesta de micronutrientes podría ser letal.

Nutrientes e inmunidad

 Hegoi Segurola Gurrutxaga, Guillermo Cárdenas Lagranja y Rosa Burgos Peláez

Ensayo: Denice Gpe Aguayo Paredes

Los nutrientes son parte esencial en el desarrollo del sistema inmune. Un claro ejemplo de ello es como funciona en el tracto intestinal, conocido como GALT es un órgano linfoide que se encarga de procesar aquel antígeno que interaccionan para desimanar la respuesta inmunitaria. Las placas de peyer abarcan la parte importante del tejido linfoide y de acuerdo a los autores del artículo son la fuente principal del desarrollo primario de la inmunidad ya que son necesarias para inducir y regular una respuesta inmune ya que las funciones que desempeña como exclusión inmune, procesos no inflamatorios y eliminación inmune de antígenos peligrosos ayudan a la tolerancia inmunológicas que en un futuro podrían desencadenar alteraciones mayores.

Otro ejemplo que ellos manejan en la microbiota intestinal y los antígenos microbianos que contribuyen al desarrollo del sistema inmunitario en la mucosa intestinal, como por ejemplo las inmunoglobulina A que acceden al organismo por cavidad oral y ayudan a encender al sistema GALT.

Otro punto para entender la interacción entre la alimentación y la nutrición con la inmunidad son algunos componentes en la dieta de dicho sistema. Los marcadores inmunológicos en el estado nutricional nos ayudan a evaluar los hábitos alimenticios e ingesta habitual de la personal mediante parámetros bioquímicos, entender las observaciones clínicas mediantes evaluaciones funcionales. Por ejemplo los linfocitos T cuando queda disminuidos en la desnutrición calórica proteica lo que provoca una atrofia del epitelio del timo, a su vez provocaron inconveniente en la maduración de timocitos responsables de la correcta función de este órgano.

Las vitaminas hidrosolubles por ejemplo B, ácido fólico y C, son esenciales en el sistema inmunitario ya que realizan la regulación de la respuesta inmunitaria a posibles ataques de virus o bacterias- El efecto de su déficit y su suplementación son de gran importancia para los autores, entre ellos se hacen referencia de igual manera la vitaminas liposoluble como la principal descrita, vitamina A que se obtiene de la dieta como complejo con la proteína de unión a retinol  transtiretina, son relacionados a un papel importante como respuesta humoral, y la diferenciación normal del tejido epitelial. Se han revisado los beneficios de la suplementación con vitamina A en la reducción de morbilidad y mortalidad por sarampión agudo en lactantes y niños y también los efectos positivos de su suplementación en las enfermedades diarreicas en los niños en edad preescolar en los países en desarrollo, en las infecciones respiratorias agudas. Por otro lado no sólo las deficiencias puede traer repercusiones en la salud en los pacientes, el articulo también nos habla sobre el exceso de su ingesta, como por ejemplo que suprime las funciones de las células T aumentando de esta forma la susceptibilidad a patógenos infecciosos.

El articulo también toma como ejemplo la vitamina D, obtenida por dos fuentes como la luz solar y la dieta. En donde se nos explica que la  vitamina D ejerce sus efectos positivos sobre diferentes tipos de células inmunitarias: macrófagos, células dendríticas, células T y B. También destacar un estudio que relaciona niveles de vitamina D e infección respiratoria realizados por Sabetta y colaboradores24 con una población sana de 198 pacientes. Por lo tanto, con lo descrito anteriormente, podemos afirmar que el déficit de vitamina D se puede asociar con la aparición de múltiples complicaciones en el paciente crítico. Pero hasta el momento no se dispone de ningún estudio aleatorizado controlado que evalúe la mejora de los pacientes de una unidad de cuidados intensivos tras el tratamiento con dosis elevadas de vitamina D.

La vitamina E tiene una acción potente de antioxidante, lo cual ayuda a proteger las membranas linfocíticas de los radicales libre y optimizan a su vez la respuesta inmune. Una suplementación en estos individuos supone una mejora en general de la función inmunitaria ya que altera la respuesta Th2 anti-inflamatoria.

Algo que se caracteriza bien en este artículo es el papel de los elementos que traza el sistema inmune como el hierro, el cobre, selenio, zinc entre otros. El papel que principalmente destacan es el del Hierro. Ya que como micronutriente participa en diferentes reacciones de nuestro organismo como la transferencia de electrones, la regulación génica, la unión y el transporte de oxígeno y la regulación de la diferenciación y crecimiento celular. El déficit de hierro afecta a la correcta función del sistema inmune, principalmente deprimiendo terminados aspectos y funciones celulares como la secreción de citoquinas.

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