Resumen Hepatopatia Alcoholica

Resumen Hepatopatía Alcohólica.

La hepatopatía alcohólica corresponde a una enfermedad al hígado que engloba a tres tipos de lesión: Esteatosis hepática, Hepatitis alcohólica y Cirrosis.

Esteatosis Hepática: también conocida como hígado graso, consiste en una acumulación de triglicéridos en el hígado. El hígado graso del alcoholismo crónico es un gran órgano blando (entre 4 a 6 kg), amarillento, grasiento y puede romperse fácilmente. Es completamente reversible, siempre que el paciente deje de tomar alcohol.

Hepatitis alcohólica: Corresponde a la inflamación del hígado y a un conjunto de lesiones inducidas por el consumo exagerado de licor (100 g diarios de alcohol durante 3 a 5 años). El hígado presenta un aspecto rojizo mateado con áreas teñidas de bilis. El tamaño puede ser normal a grande, a menudo con nódulos y fibrosis visibles (que indican la evolución a Cirrosis).

Cirrosis: El estado final e irreversible de hepatopatía alcohólica suele alcanzarse de manera lenta e insidiosa. Es una afección en la que el hígado se deteriora lentamente y funciona mal debido a una lesión crónica. El tejido sano del hígado se sustituye por tejido cicatricial, que bloquea parcialmente la circulación de la sangre a través del hígado. Al principio, el hígado cirrótico es pardo-amarillento, graso y de gran tamaño, con un peso que, en general, supera los 2kg. A lo largo de años, se va transformando en un órgano pardo, retraído y sin grasa que, a veces, llega a pesar menos de 1kg. Sin embargo, en el contexto de una hepatitis alcohólica, la cirrosis puede desarrollarse en un periodo menor a 1 o 2 años.

Síntomas generales:

Dolor abdominal, Vómitos, Pérdida de apetito, Diarrea, Pérdida de peso, Somnolencia, Astenia, Ascitis, Edema, Ictericia Encefalopatía hepática, Nauseas, Picazón, venas varicosas leves.

Datos estadísticos:

Comparando datos con Francia, el consumo de alcohol percápita es mayor que en Chile, pero tiene la mitad de mortalidad por cirrosis, esto está relacionado con el consumo de proteínas y la mejor nutrición, lo que hace que desarrollen menos esta enfermedad.

Factores de riesgo:

Consumo de alcohol, género, factores genéticos, obesidad, diabetes mellitus, diverticulosis, etnia.

Prevención:

Restricción del consumo de alcohol, dieta saludable y exámenes preventivos (ecografía abdominal, pruebas de función hepática, escáner de abdomen, biopsia al hígado).

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