SISTEMa HEMATOPOYÉTICO

SISTEMa HEMATOPOYÉTICO

La sangre está formada por células sanguíneas (glóbulos rojos, trombocitos o plaquetas glóbulos blancos) y el plasma, en el cual están suspendidas las células. Las células sanguíneas tienen una vida media relativamente corta y deben ser reemplazas en forma continua.

Cuando la sangre se separa del sistema circulatorio, coagula. El coágulo contiene células sanguíneas y filamentos de fibrina, formados por la conversión de la proteína plasmática fibrinógeno. La sangre se mantiene sin coagular por el agregado sin coagulante y luego de centrifugada se separa en capas. La capa más baja contiene eritrocitos, o glóbulos rojos y se denomina hematocrito. La capa intermedia, que contiene los leucocitos, es blanca o gris y se denomina capa leucoplaquetaria o "buffi coat". Por encima de los leucocitos hay una capa delgada de plaquetas que no es discernible al ojo desnudo. El líquido translúcido, amarillento, que se forma por encima de las células, es el plasma, el cual comprende alrededor del 55% del volumen total.

PLASMA

El componente plasmático de la sangre lleva las células que transportan los gases, ayudan en las defensas del organismo y evitan la pérdida sangre. El plasma transporta los nutrientes que son absorbidos por el tracto gastrointestinal a las células somáticas y entrega los productos desechados del metabolismo celular al riñón para su eliminación; transporta hormonas y permite el intercambio de mensajeros químicos; facilita el intercambio de calor en el organismo; y participa en el equilibrio electrolítico y acido básico y en regulación osmótica de los líquidos corporales. El plasma está constituido por 90% de agua, 6,5 a 8% de proteínas y 2% de otras sustancias moleculares pequeñas.

CÉLULAS SANGUÍNEAS

Las células sanguíneas incluyen los eritrocitos o glóbulos rojos, los leucocitos o glóbulos blancos y las plaquetas. Las células sanguíneas, o elementos formes, no son todas células verdaderas y la mayoría sobrevive durante solo unos días en circulación o tejidos como resultado de su función. No se dividen y por lo tanto deben ser renovadas en forma continua por el proceso de hematopoyesis en la médula ósea.

Granulocitos: Los granulocitos son todas las células fagocíticas y se las identifica por sus gránulos citoplasmáticos. Estos leucocitos son esféricos y tienen núcleos multilobulares característicos. Los granulocitos se dividen en tres tipos (neutrófilos, cosinófilos y basófilos) según las propiedades intoriales de los gránulos. Desde un punto de vista funcional, todos los granulocitos son fagocitos.

Neutrófilos: Los neutrófilos son los responsables principales del mantenimiento de las defensas normales del huésped contra las bacterias y los hongos invasores, restos celulares y una variedad de sustancias extrañas. El citoplasma de los neutrófilos maduro contienen gránulos finos. Estos gránulos contienen enzimas hidrolíticas que se utilizan para destruir las sustancias extrañas y corresponden a los lisosomas encontrados en otras células. Las enzimas y los agentes oxidantes asociados con estos gránulos son capaces de degradar una variedad de sustancias naturales y sintéticas, como polisacáridos complejos, proteínas y lípidos. Estas enzimas son importantes en el mantenimiento de las defensas normales del huésped y en la medición de los procesos inflamatorios.

Los neutrófilos tienen su origen en los mieloblastos, que se encuentran en la médula ósea. Los mieloblastos son los precursores programados de la vía de los granulocitos y por lo general no aparecen no aparecen en la circulación periférica. Cuando están presentes, sugieren un trastorno de la proliferación y diferenciación de las células sanguíneas. Los mieloblastos se diferencian en promielocitos y luego en mielocitos. De manera habitual, una célula no se denomina mielocito hasta que tiene al menos 12 gránulos. Los mielocitos maduran para convertirse en metamielocitos en cuyo punto pierden su capacidad para la mitosis. El desarrollo ulterior de los neutrófilos involucra la reducción en el tamaño, con la transformación de un núcleo dentado a uno ovalado, en forma de herradura y luego a la célula madura con un núcleo segmentado. Estos neutrófilos maduros a menudo se denominan segmentados debido a las características segmentadas de su núcleo. El desarrollo de la célula madre al neutrófilo maduro tarda alrededor de 2 semanas. Es en este momento que el neutrófilo ingresa en el torrente sanguíneo.

Después de la liberación de la médula, los neutrófilos están solo alrededor de 4 a 8 horas en la circulación antes de pasar a los tejidos. Su supervivencia en los tejidos dura de 4 a 5 días. Estas células mueren en los tejidos cuando realizan su función fagocítica o mueren de senescencia. La dotación de neutrófilos circulantes(es decir, los que aparece en el hemograma) se mantiene en íntimo equilibrio con una dotación de células de tamaño similar, marginadas junto a las paredes de los vasos de pequeño calibre. Éstos son los neutrófilos que respondes a los factores quimio tácticos y migran en los tejidos hacia el agente agresor. La adrenalina, el ejercicio, el estrés y el tratamiento con corticosteroides pueden causar aumentos rápidos en el recuento de neutrófilos circulantes por el cambio de las células desde la dotación marginada a la circulante. Las endotoxinas o los microorganismos tienen el efecto opuesto: producen una disminución transitoria mediante la atracción de neutrófilos en los tejidos.

Eosinófilos: Los gránulos citoplasmáticos de los eosinófilos se tiñen de rojo con el colorante ácido eosina. Estos leucocitos constituyen el 1 al 3% del número total de glóbulos blancos y aumentan en cantidad durante las reacciones alérgicas y las infecciones parasitarias. En las reacciones alérgicas, se considera que liberan enzimas o mediadores químicos que descodifican a los agentes asociados con las reacciones alérgicas. En las infecciones parasitarias, los eosinófilos utilizan marcadores de superficie para adherirse al parásito y entonces liberan enzimas hidrolíticas que lo destruyen.

Basófilos: Los gránulos de los basófilos se tiñen de azul con un colorante básico. Estas células constituyen solo alrededor de 0,3 al 0,5% de los glóbulos blancos. Los gránulos en, los basófilos contienen heparina, un anticoagulante, e histamina, un vasodilatador. Los basófilos comparten propiedades de los mastocitos y se piensa que participan en respuestas alérgicas y el estrés.

Linfocitos: Los linfocitos constituye el 20 al 30% del recuento de glóbulos blancos. Se originan en la médula ósea a partir de las células madres linfoides. No tienen ningún gránulo

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