SOBRECALENTAMIENTO TIENE ALTO COSTO

SOBRECALENTAMIENTO

TIENE ALTO COSTO

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El culpable icónico del calentamiento global es la planta eléctrica alimentada por carbón. Quema el combustible más sucio y más cargado de carbono de todos, y sus chimeneas arrojan millones de toneladas de dióxido de carbono, el principal gas de calentamiento global.

Así resulta un tanto sorprendente que James E. Rogers, presidente ejecutivo de Duke Energy, empresa de servicios públicos en Estados Unidos que quema carbón, haya surgido como inesperado defensor del reglamento federal que por primera vez impondría un costo a la emisión de dióxido de carbono.

Tiene sus razones

“El cambio climático es real y creemos que estamos en camino a controles obligatorios sobre el dióxido de carbón”, dijo Rogers, “y tenemos que empezar ahora porque, mientras mas esperemos, mas difícil y caro va a resultar”.

El calentamiento global no solo es un riesgo ambiental. También es un gran desafío para las políticas económicas. Sin incentivos económicos, dicen los analistas, no se producirán las inversiones necesarias en limpieza industrial, tecnologías innovadoras bajas en carbono, autos de consumo eficiente de gasolina y otras formas de reducir el desperdicio energético.

La postura de Rogers está lejos de ser universal dentro de la industria energética, aunque sí cuenta con sorprendente respaldo, particularmente entre quienes, como él, también producen electricidad en reactores nucleares libres de carbono.

Y a pesar de la resuelta oposición del gobierno de Bush a imponer cualquier límite a las emisiones de combustibles fósiles, la idea también empieza a ganar impulso en el terreno político en Estados Unidos. California ya ha adoptado una política dirigida a reducir, en un 25 porciento, la contribución del Estado al calentamiento global en los próximos catorce años.

En Washington, varios legisladores influyentes, entre ellos el senador John McCain, importante contendiente republicano a la presidencia de 2008, han presentado proyectos de ley con la intención de limitar la producción de dióxido de carbono en Estados Unidos.

¿Y cómo se alcanzarían esas metas?

El calentamiento global puede considerarse un clásico “fracaso del mercado”, y muchos economistas, expertos ambientales y políticos están de acuerdo en que la causa principal de ese fracaso es que en la mayor parte del mundo no se ha puesto un precio a lanzar dióxido de carbono a la atmosfera.

Cada vez esta más claro que hay un costo considerable en las emisiones de dióxido de carbono, particularmente para las generaciones futuras, y los especialistas advierten sobre reducciones en la producción agraria en países tropicales pobres, huracanes más devastadores e inundaciones costeras que podrían convertir a muchas personas en refugiados.

“Establecer un precio real a las emisiones de carbono es el paso mas importante que se tiene que dar en cuanto a políticas”, dijo Robert N. Stavins, director del programa  de economía ambiental en la universidad de Harvard. “Establecer un precio es la forma de conseguir tanto las ganancias a corto plazo por medio de la eficiencia, y las ganancias a largo plazo por inversiones en investigación y del cambio a combustibles mas limpios”.

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