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Salud Reproductiva


Enviado por   •  4 de Octubre de 2013  •  4.355 Palabras (18 Páginas)  •  426 Visitas

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Revista Panamericana de Salud Pública

Print version ISSN 1020-4989

Rev Panam Salud Publica vol.4 n.3 Washington Sep. 1998

http://dx.doi.org/10.1590/S1020-49891998000900015

La salud reproductiva: parte integrante del desarrollo humano1

El concepto de lo que constituye la salud reproductiva ha evolucionado en muchos sentidos. Ya no se refiere solamente a la planificación de la familia, como se entendía en los años sesenta, sino que tiene un campo de acción mucho más amplio que rebasa la esfera biológica y se relaciona con los valores, la cultura y la realización personal de cada ser humano. En el plano personal, hoy día la salud reproductiva se refiere a un continuo que empieza antes de la concepción, incluye la educación a temprana edad, abarca el desarrollo del adolescente y pasa por el período de la fecundidad y la reproducción hasta que, en la mujer, desemboca en la menopausia y el climaterio y, en el hombre, en la andropausia. En el plano colectivo, es parte integrante del desarrollo sostenible de un país y se basa en los derechos y deberes humanos individuales y sociales. Incluye, aparte de la planificación de la familia, la educación sexual, la maternidad sin riesgo, el control de las enfermedades de transmisión sexual, la atención a las complicaciones del aborto en condiciones de riesgo, la incorporación de la perspectiva de género y la atención de todas las necesidades relacionadas con la reproducción de la especie humana y el cultivo de su potencial.

El tema de la salud reproductiva provoca reacciones apasionadas y puede ser objeto de intensos debates y formas dispares de interpretación. Sin embargo, muchas de esas inquietudes son comunes a los diferentes sistemas de creencias y valores y, por ende, tienen implicaciones importantes para el campo de la salud pública. Además, los cambios implícitos en la nueva definición de la salud reproductiva no son superficiales, sino que generan nuevas expectativas que exigen modificar el diseño de los servicios y los principios de promoción de la salud.

La OPS ha cooperado en este campo con los países por más de 30 años y, a pesar de que se han aprobado resoluciones sobre el tema en años recientes, las implicaciones del concepto ampliado de salud reproductiva ofrecen ahora una oportunidad especial de confirmar su aportación al desarrollo sostenible y de examinar los procesos con que se puede operacionalizar. Durante esos años se han alcanzado avances importantes en materia de salud reproductiva en la Región de las Américas: la disminución de la mortalidad materna e infantil, la diseminación del concepto del desarrollo integral del adolescente; la incorporación del tema en los programas de estudios de pregrado y posgrado en las ciencias de la salud; la integración cada vez mayor de actividades pertinentes en los servicios de salud pública; y la recopilación de información que permite fundamentar mejor la planificación y la toma de decisiones. No obstante, hay grandes discrepancias entre los países de la Región y dentro de ellos, lo cual contribuye a la pérdida innecesaria de vidas humanas y crea un obstáculo para el desarrollo individual y colectivo.

Nuevas implicaciones

Los cambios en la definición de salud reproductiva han llevado a examinar las implicaciones económicas de prestar y mantener los servicios de salud. A medida que las respuestas tradicionales se ponen en tela de juicio, la reforma del sector de la salud busca un camino más a tono con la realidad. Un cambio importante ha sido la separación de las funciones financieras de la prestación de servicios y las funciones normativas del Estado. Las premisas básicas de la reforma sectorial de ampliar la cobertura de servicios, potenciar la eficiencia y estimular la participación local en las decisiones son muy afines con los principios de la nueva definición de salud reproductiva. Además, el reciente movimiento mundial para renovar el compromiso con la meta de salud para todos en el año 2000 y más allá ayuda a mantener en primer plano los valores de la estrategia de la atención primaria de salud, entre ellos, la equidad, la eficiencia y la eficacia.

La gran meta de todos los cambios y reformas en el campo de la salud es el desarrollo humano basado en la equidad. La marginación de personas por razones étnicas, económicas y geográficas a menudo ha impedido el acceso de una gran parte de la población a los servicios de salud, con repercusiones negativas considerables. La mejora de esta situación tan solo en la mortalidad materna podría reducirla en más de 50% (1, 2). Asimismo se ha tomado conciencia de que en los resultados directos de la mala salud reproductiva se han desperdiciado incontables recursos. Basta con considerar las consecuencias de la violencia doméstica y sexual, los embarazos de adolescentes, los abortos en condiciones de alto riesgo y las tasas de mortalidad materna e infantil inadmisiblemente altas. Todo ello indica que no se puede esperar más para entrar en acción.

Evolución del concepto de salud reproductiva

En los años sesenta, en el contexto original de las actividades de anticoncepción y planificación de la familia, se hacía hincapié en el aspecto de población y los servicios estaban dirigidos casi exclusivamente a las mujeres en edad fértil. El movimiento feminista aportó la idea de la libertad de elegir y en algunos países ello incluyó el derecho a servicios relacionados con el aborto. En los años ochenta, en diversos lugares la planificación de la familia se integró a los servicios tradicionales de salud maternoinfantil que se concentraban principalmente en el embarazo, el parto y la atención perinatal.

Durante ese período se diseminó bastante el concepto de promoción de la salud. En la Región se empezó a reconocer que los adolescentes estaban en riesgo por su falta de conocimientos sobre la sexualidad humana y que los servicios de salud reproductiva deberían impartirles información sobre el comportamiento responsable. Sin embargo, esto solo se cumplió de forma limitada y no todos los sectores de la población se beneficiaron.

En los años noventa la orientación ha sido decididamente hacia el individuo, con énfasis en los derechos humanos, la libre determinación y las responsabilidades correspondientes. En las políticas y servicios se ha considerado cada vez más la perspectiva de género. La promoción de la salud y de los entornos saludables se ha convertido en objeto de interés

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