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Sistema Religioso Actual


Enviado por   •  3 de Mayo de 2012  •  2.509 Palabras (11 Páginas)  •  684 Visitas

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IV. SISTEMA RELIGIOSO ACTUAL

RELIGIÓN SINCRÉTICA

Como hemos visto, los pobladores andinos asumieron por una parte la actitud de aceptar, aunque lo hicieran con intención de enmascarar las unas con las otras, las nuevas creencias, para pasar de un sincretismo ideológico a otro ritual. Éstas mantenidas especialmente en celebraciones de las festividades cristianas coincidentes con los ciclos agrícolas, o en la veneración de los santos. Por ejemplo, la identificación del Apóstol Santiago con las divinidades telúricas del rayo y el relámpago parece que fue inmediata. Asimismo, los cultos Marianos asociados a los cultos a la tierra han sido tan bien calificados como una de las más notables manifestaciones del sincretismo religioso andino. Actualmente, las cruces situadas en encrucijadas de plazas y calles de los pueblos y ciudades peruanas, cubiertas con sudarios que anualmente se amontonan unos sobre otros, algunos ya convertidos en verdaderos harapos por el paso del tiempo, recuerdan la ancestral costumbre de las ofrendas de tejidos a las antiguas huacas prehispánicas. Más difíciles de mantener, por lo que fueron practicados en la clandestinidad, fueron los rituales funerarios y la veneración a los cuerpos momificados de los antepasados, objetivo fundamental de las campañas de los extirpadores, aunque, en ocasiones fueron capaces también de enmascararlos en los cementerios cristianos.

Síntesis andino-católica en la actualidad

Las peregrinaciones, denominadas en algunas zonas como romerías, son masivas. En algunos casos podríamos considerarlas como comunitarias o según una denominación antigua por naciones, dada la cantidad de participantes; pero en otros, dada la composición de la muchedumbre y las motivaciones que expresan los peregrinos, obligan a matizar. Existe una marcada diferencia entre una fiesta patronal de cualquier pueblo de los Andes y la peregrinación. En la segunda, la masa de los peregrinos está constituida por una confluencia de motivaciones (problemas, necesidades y gratitudes) individuales que buscan en el centro sagrado del peregrinaje una solución particular a sus peticiones. Mientras que en una fiesta patronal se establece una relación estrecha y verdaderamente comunitaria entre el pueblo (territorio), la comunidad que lo habita y el patrón titular, que se convierte en símbolo de una conciencia colectiva; los participantes en la peregrinación se reconocen, durante las celebraciones, como unidos únicamente por el lazo de la devoción, pero no unidos entre si, excepción hecha de la coincidencia circunstancial de estar todos simultáneamente en el mismo lugar. En la mayoría de los casos, los problemas que los obligan a formar parte de la peregrinación no son problemas compartidos ni comunitarios sino personales; aunque de alguna manera, al buscar el beneficio personal, éste redundará directa o indirectamente en el bien comunitario. No se puede decir que lo comunitario está ausente en la peregrinación. La muchedumbre está lejos de ser una comunidad, pero también es verdad que la mayor parte de los peregrinos llegan en grupos familiares o de amistad, provenientes de diferentes instancias comunitarias. Sin embargo, lo predominante son los grupos familiares, físicamente presentes o simbólicamente representados por algunos de sus miembros, que llevan como encargo las peticiones y las necesidades de los que se quedaron en casa. Este carácter representativo crea el núcleo de devotos esparcidos por la región de influencia del santuario. Son estos grupos los que crean la dimensión comunitaria de la peregrinación, aglutinan a los adultos y se constituyen en los soportes de la iniciación de los niños en lo que se refiere a su experiencia religiosa. Igualmente, en las fiestas patronales, la participación masiva y repetitiva de los niños asegura desde ese momento la futura continuidad del culto.

Los espacios sagrados de peregrinación son lugares religiosos que poseen una gran capacidad convocatoria. En los Andes peruanos, los más destacados son: el Ausangate, que se encuentra a 5.800 metros de altura; en este lugar se reúnen para celebrar la fiesta al Señor de Qoyllor Riti y la Cruz de Tayankani. Motupe, al nivel del mar, aquí se celebra la fiesta de la Santísima Cruz de Chalpon. El Señor de Huanca, en el valle sagrado de los Incas. El Señor de Muruhuay, en el valle de Tarma. El Señor de Pomalloquey, en Ancash. Todos estos lugares, son centros estratégicos de poder sacralizados no por los actos que allí se realizan sino por lo que allí existe y lo que allí se encuentra. La devoción y la ruta del peregrinaje no adquiere fuerza ni explicación en el conocimiento de la historia del objeto, del lugar o de la vida de la imagen, sino, sobre todo y en primer lugar, es el reconocimiento de su poder lo que lo convierte en sagrado y, a partir de ello, la montaña, el glaciar, el cerro, la ruta, el agua de un manantial o de un riachuelo donde la gente se purifica o se aprovisiona para llevar consigo de regreso a casa y donde actúan los curanderos para poner en relación a los devotos con las divinidades, todo este espacio adquiere propiedades sagradas. Este reconocimiento esta basado en la supuesta presencia del milagro concreto que mantiene y sostiene viva la devoción como fenómeno colectivo y personal. El movimiento devocional busca el favor y el respaldo de lo considerado como sagrado y éste tiene que demostrar su fuerza y poder, si quiere asegurar su audiencia y perennidad. Motivo por el cual es importante resaltar la particular grandiosidad agresiva de las montañas portadoras de imponentes significados ocultos para cada uno de los participantes y por lo tanto sagrados y milagrosos, siendo esta la razón por la cual estas manifestaciones son de carácter netamente regionales. En los Andes hay que resituar el milagro y la promesa dentro de la dinámica de la reciprocidad, que también se plantea en la religión. Cumplir y pasar los múltiples cargos, llevar a buen fin todas las promesas empeñadas es dar para recibir o recibir sabiendo que en un momento dado habrá que retribuir.

Una peregrinación es además la reproducción en pequeña escala de toda la vida cotidiana de los pueblos convertida en culto y trasladada al lugar sagrado. Todas estas concentraciones son a la vez ceremonias rituales y actos de intercambio económico ritualizado. En ese lugar se encuentra trasladado el mercado, los puestos de comida, la comida compartida por los grupos de peregrinos, las orquestas y bandas de músicos, los grupos de danza, los bailes figurativos, los peregrinos enfermos en búsqueda de salud, los enamorados con sus juramentos de amor ante la imagen sagrada, los pobres en búsqueda de bienestar y riqueza, los campesinos

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