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Sociologia Juridica


Enviado por   •  7 de Septiembre de 2014  •  856 Palabras (4 Páginas)  •  166 Visitas

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Partiendo de que la teoría surge en contextos históricos determinados como respuesta a problemas de investigación, con la posibilidad de tener un carácter comprensivo de realidades distintas a la suya, en ese sentido la reflexión de los clásicos constituye una reflexión concreta, histórica, referida a momentos determinados de la realidad actual.

Se puede señalar así, que existe una tensión entre los procesos de asimilación y de construcción de teoría en un contexto histórico dado. Esa posibilidad de construcción de pensamiento, supone un punto de partida de reflexión sobre la realidad, observar problemas vigentes teniendo en cuenta las respuestas teóricas que se dieron en otros contextos, lo cual permite construir nueva teoría

Pensar las Teorías Sociológicas Clásicas y Contemporáneas es un ejercicio académico necesario en un mundo cada vez más cambiante, globalizado, multicultural, informatizado y, al mismo tiempo, fragmentado, localizado y con profundas desigualdades sociales. Los procesos teóricos de explicación de esta realidad no eluden la tensión saber-poder, por ello, esta experiencia nos convoca a reflexionar sobre lo que han sido los procesos teóricos de explicación de la realidad social, los paradigmas hegemónicos, los enfoques privilegiados, las preocupaciones dominantes y los modos de aproximación a una realidad dinámica y contradictoria.

Se debe destacar que la sociología nace en plena revolución industrial; los clásicos de la sociología, figuras tan resaltantes como Emile Durkheim, Karl Marx, Max Weber y Simmel retoman muchos elementos de esas transformaciones, preocupándose por preguntarse sobre los efectos positivos y ante todo negativos de una sociedad en plena modernización.

Iniciando con la posición de Émile Durkheim, quien se inspiró en algunas teorías de Auguste Comte para renovar la sociología, quería en particular "estudiar los hechos sociales como si fueran cosas". Durkheim define a los hechos sociales como modos de actuar, de pensar y de sentir exteriores al individuo, y que poseen un poder de coerción en virtud del cual se imponen. Este filósofo desarrolla una de sus grandes obras denominada Las Reglas de Método Sociológico, donde plantea que el investigador de un hecho social debe ubicarse en un plano exterior, ubicarse fuera del fenómeno estudiado.

Reiteradamente uno de los retos de la sociología era desarrollarse como una ciencia autónoma. Durkheim, retomando algunas de las preocupaciones de Comte. Buscó distinguir a la sociología de la filosofía por un lado cuestión que Comte no había hecho y de la psicología por el otro.

Por su parte, Karl Marx, es otro pensador que ha tenido una profunda influencia en el pensamiento social y la crítica del siglo XIX. Si bien es un autor inclasificable por lo profundo de su obra, ha dotado de todo un enfoque trascendental para la sociología. Marx influyó en la sociología otorgándole conceptos como el de clase social e ideología, así mismo conceptualizó a la sociedad como una esfera de conflicto en donde las relaciones sociales estaban orientadas por la dominación de unos sobre otros.

A este respecto, Marx entiende que lo prioritario en el hombre como parte del reino animal es su reproducción y mantenimiento, para lo cual, obviamente, ha de valerse de su interacción con el medio natural.

Para Max Weber el concepto de la sociología se diferencia del que mantienen tanto los positivistas, como así también el marxismo. Por un lado establece una distinción concreta entre las ciencias naturales y las sociales. Dado el objeto de estudio que le confiere a las ciencias sociales, entiende que no es pertinente hacerlo con los mismos métodos que se utilizan para investigar a las ciencias naturales.

Finalmente Simmel propuso dos principios básicos de organización de la sociedad. El primero, la autonomización, el cual es el principio de evolución social que permite separar elementos, antes confundidos, de una institución o forma social. El segundo, la objetivación, se sustenta en la consideración de que la cultura tiende a ser cada vez más objetiva para el hombre, cada vez menos una parte íntima y subjetiva de él.

Para Simmel, los sujetos están influidos por las estructuras sociales. La cultura objetiva hace referencia a las manifestaciones que las personas producen, mientras que la cultura individual o subjetiva se refiere a la capacidad de los sujetos para producir, incorporar y controlar los elementos de la cultura objetiva.

En el marco de esta dialéctica entre lo objetivo y lo subjetivo, la preocupación básica de la sociología de Simmel fue, sin duda, el ámbito de la sociabilidad. Y es que el autor, en sus trabajos microsociológicos, prestó su atención en las formas que adopta la interacción social, así como en los tipos de sujetos que participan en dicha interacción. Según el autor, “la mayoría de las relaciones humanas se pueden considerar como un intercambio; el intercambio es la acción recíproca más pura y más elevada de las que componen la vida humana, en la medida en que ésta ha de ganar sustancia y contenido”

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