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Testimonio De Gloria Polo


Enviado por   •  3 de Septiembre de 2013  •  609 Palabras (3 Páginas)  •  358 Visitas

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TESTIMONIO DE GLORIA POLO

(Tomado de una de las entrevistas efectuadas a la doctora Gloria Polo en Radio Maria (Colombia)

¡Hermanos! De verdad es muy lindo para mí estar con ustedes compartiendo ese hermosísimo regalo que me hizo mi Señor hace más de diez años.

Esto fue en la Universidad Nacional en Bogotá. Nos estábamos especializando con un sobrino que también era odontólogo y mi esposo nos acompañaba. Teníamos que recoger unos libros en la Facultad de Odontología un viernes por la tarde. Estaba lloviendo muy fuerte, mi sobrino y yo nos fuimos debajo de un paraguas muy pequeño y mi esposo tenía su chaqueta impermeable, él se acercó contra la pared de la Biblioteca General, mientras nosotros sin darnos cuenta saltando para evitar coger charcos nos acercamos a los árboles. Cuando fuimos a saltar para evitar coger un gran charco nos cayó un rayo. Nos dejó carbonizados; mi sobrino fallece allí.

Él era un muchacho, a pesar de su corta edad, muy entregado al Señor, era muy devoto al Niño Jesús, traía siempre la imagen de El en su pecho dentro de un vidrio de cuarzo. Según la fiscalía el rayo entra a través de la imagen. A él le entra el rayo en el corazón, le quema por dentro y le sale en el pie. Pero por fuera no se carbonizo, ni se quemó. En cambio a mí el rayo me entra en esta parte, el hombro izquierdo. Me quema de forma espantosa todo mi cuerpo por fuera y por dentro. Esto que ven aquí, este cuerpo reconstruido, es misericordia de nuestro Señor. Me carboniza, me deja sin senos, prácticamente se me desaparece toda mi carne y mis costillas; el vientre, las piernas... sale el rayo por el pie derecho, se me carboniza el hígado, se me queman los riñones, los pulmones…

Planificaba con la T de cobre. De manera que el cobre, buen conductor eléctrico, me carbonizo, me pulverizo los ovarios, quedé en paro cardiaco; allí sin vida, el cuerpo saltando por la electricidad que quedó en todo ese sitio.

Pero miren, esa es la parte física. Pero lo más hermoso, lo más bello, es que mientras mis carnes estaban allí carbonizadas, yo en ese instante me encontraba dentro de un hermosísimo túnel blanco; era un gozo, una paz, una felicidad que no hay palabras humanas para describirles la grandeza de ese momento; era un éxtasis inmenso. Yo iba feliz, gozosa, nada me pesaba dentro de ese túnel. Miré en el fondo de ese túnel como un sol, una luz hermosísima. Yo digo que es blanco para ponerle color, porque ninguno de los colores es comparable terrenalmente con esa luz hermosísima. Yo sentía la fuente de todo ese amor, de esa paz...

Cuando yo voy subiendo digo: ¡Miércoles! Me morí. Y en ese instante pienso en mis hijos y digo: ¡Ay Dios mío, mis hijitos! ¿.Qué van a decir esos hijos? Esa mamá tan ocupada, nunca tuvo tiempo para ellos. Ahí miro con verdad la vida mía

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