TESTIMONIO GLORIA POLO
andresamariz141517 de Octubre de 2011
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Testimonio de la Dra. Gloria Polo
Fulminada por un rayo, se encuentra a la puerta del infierno cuando Jesús le da una segunda oportunidad...
Resumen de su testimonio.
Para el testimonio completo y mas información visite la Página de Gloria Polo
La Dra. Gloria Polo y su sobrino se apresuraban bajo la lluvia compartiendo un pequeño paraguas.... De repente les cae un rayo. "Nos dejó carbonizados; mi sobrino fallece allí". A ella le destruye el cuerpo
"Me quema de forma espantosa todo mi cuerpo, por fuera y por dentro. Esto que ven aquí, este cuerpo reconstruido, es misericordia de nuestro Señor. (El rayo) me carboniza, me deja sin senos, prácticamente se me desaparece toda mi carne y mis costillas; el vientre, las piernas... sale el rayo por el pie derecho, se me carboniza el hígado, se me queman los riñones, los pulmones".
Según su testimonio, ella era una mujer dominada por la mentalidad del mundo, "Católica dietética".
Tuvo la experiencia de la muerte: terminó ese descenso por entre todos esos túneles y llego a una parte plana desesperada, esa voluntad de hierro que decía que tenía, es que a mi nada me quedaba grande, no me servía de nada. Porque yo quería subir e igual estaba ahí, y veo como en el piso se abre una boca grandísima y siento un vacío impresionante en mi cuerpo, un abismo al fondo inenarrable, porque lo más espantoso de ese hueco era que no se sentía ni un poco del amor de Dios, ni una gota de esperanza y ese hueco tiene como unas chupas y me halan y yo grito aterrorizada....
Y en ese dolor empiezo a gritar “¿quién se equivocó?”. Miren yo tan santa. Jamás he robado yo nunca he matado, yo le daba mercados a los pobres, yo sacaba muelas gratis a los que necesitaban. ¿Yo que hago aquí? Yo iba a misa los domingos, a pesar de que me consideraba atea nunca falté, si en mi vida falté cinco veces a misa fue mucho. Yo era alma que siempre iba a misa. Y yo que hago aquí. Yo soy católica, por favor yo soy católica sáquenme de aquí. Cuando yo estoy gritando que soy católica, veo una lucecita y miren una luz en esas tinieblas es el máximo regalo que puede recibir uno. Veo unas escaleras encima de ese hueco, veo a mi papé, que había fallecido cinco años atrás, casi a ras del hueco, un poquito de luz tenía y cuatro escalones más arriba veo a mi mamá, con mucha más luz y en esa posición como de oración...
Y empiezo a gritar de nuevo:” ¡por favor, miren, sáquenme de aquí, que soy católica!,” ¿pero quién se equivocó?" ¡Por favor, sáquenme de aquí! Y cuando yo estoy gritando esta segunda vez, se escucha una voz, es una voz dulce, es una voz que cuando la escucho se estremece toda mi alma, y todo se inundó de amor y de paz, y todas esas criaturas salieron despavoridas, porque ellas, no resisten el amor, ni la paz y hay paz para mi, me dice esa voz tan preciosa: “muy bien, y si tú eres católica dime los mandamientos de la ley de Dios”. Y que rajada tan horrible, ¿oyeron? yo sabía que eran diez pero de ahí en adelante ¡nada!...
...Ni siquiera la mínima expresión de amor con tu Señor. ¿Ser agradecida?, ¡jamás! Ni siquiera abría los ojos ¡Señor, gracias por este día que me has dado, gracias por mi salud, por la vida de mis hijos, por que tengo un techo, pobrecitos los que no tienen techos, ni comida Señor....!! Nada. ¡Desagradecidísima! y fuera de eso, pusiste tan debajo a tu Señor, que creías más en Mercurio y Venus para la suerte, andabas pegada a la astrología diciendo que los astros manejaron tu vida. Empezaste a andar en todas las doctrinas que te ofrecía el mundo, empezaste a creer que simplemente morías y volvías a empezar. ¡Y te olvidaste de la Gracia! De que tú habías costado un precio de sangre a tu Señor.
Me hacen un examen de los Diez Mandamientos. Me muestran que yo decía que adoraba, que amaba a Dios. Con mis palabras; y adora a Satanás. Porque en mi consultorio llegaba una señora a hacer riegos, y yo decía: "Yo no creo en eso" pero échelos por sí las moscas"! Y empezaba a echar ella rieguitos para la buena suerte.
... y me decía el Señor “nunca pensaste… ¡pobrecitos Señor los enfermos! Dame la gracia de ir allá a acompañarlos en su soledad. Los niños que no tienen mama, los huerfanitos, cuantos niños sufriendo Señor.”……..mi corazón de piedra……. ¡Total! En el examen de los diez mandamientos no pasé ni medio.
...Por ejemplo yo di muchos mercados a gente necesitada pero daba no por amor, daba por mi imagen, porque como era muy rico que todo mundo me viera la gracia, y como era de rico manipularle la necesidad a la gente.
...Y vean hermanos aprendí que las palabras no se las lleva el viento, cuando mi mamá se me ponía muy terca le decía: “mamá, sabes qué, ¡que me parta un rayo si te estoy diciendo mentiras!”, y la palabra se fue en el tiempo, pero miren por misericordia de Dios estoy aquí, porque en realidad el rayo entró y me atravesó prácticamente en dos partes y me quemó.
...Mostraban cómo nunca fui agradecida con el Señor, y también me mostraban lo que yo decía cuando me daba pereza ir a misa: “pero mamá, si Dios está en todas partes qué necesidad tengo de ir allá. Claro me era muy cómodo decir eso; y la voz me repetía que yo tenía al Señor veinticuatro horas en el día pendiente de mi, y yo no rezaba ni un poquito o un domingo a darle gracias al Señor, mostrarle cuán grande era mi agradecimiento y mi amor por El, y me quedaba grande, pero lo peor del caso, es que esa entrada a la iglesia era el restaurante de mi alma, me dediqué a cuidar mi cuerpo, me volví esclava, y se me olvidó un pequeño detalle, tenía un alma y jamás cuidé de ella, nunca la alimenté con la Palabra de Dios porque yo muy cómodamente decía que el que lee la palabra de Dios se volvía loco.
...Cuando llegamos al quinto mandamiento el Señor me mostraba que yo era una asesina espantosa y que cometí lo peor y lo más abominable ante los ojos del Señor, el aborto. Miren es que el poder que me dio el dinero me sirvió para financiar varios abortos porque yo decía: “la mujer tiene derecho a escoger cuando quiere quedar embarazada o no”. Miré en el libro de la vida y me dolió tanto cuando vi a una niña de catorce años abortando. Yo le había enseñado, porque saben que cuando uno tiene veneno nada bueno queda, y todo a lo que se acerca se daña.
...Unas niñas, tres sobrinas mías y la novia de un sobrino abortaron, las dejaban ir a mi casa porque yo era la de plata, la que las invitaba las que les hablaba de moda, de glamour, y de cómo exhibir su cuerpo, y mi hermana me las mandaba allá. Miren cómo las prostituí, prostituí menores que fue otro pecado espantoso después del aborto, porque yo les decía a esas niñas: “no sean bobitas mijitas es que sus mamás les hablan de virginidad y de castidad porque están pasadas de moda, ellas hablan de una Biblia de hace dos mil años, y los curas no se han querido modernizar, ellas hablan de lo que decía el Papa, pero ese Papa está pasado de moda.
Imagínense mi veneno y les enseñé a las niñas que ellas tenían que disfrutar de su cuerpo pero que tenían que planificar. Yo les enseñé los métodos de planificación “perfecta mujer”, y esa niña de catorce años, la novia de mi sobrino llega un día a mi consultorio (lo vi en El Libro de la Vida), llorando me dice “¡Gloria, soy un bebé y estoy embarazada!”, y yo le dije: “bruta, ¿no le enseñé a planificar?” y entonces me dice: “sí, pero no funcionó”. Entonces miré y el Señor me ponía allí esa niña para que no se hundiera en el abismo, para que no fuera a abortar, porque es que el aborto es una cadena que pesa tanto, que arrastra y pisotea, es un dolor que nunca se acaba, es el vacío de haber sido un asesino. Es lo peor a un hijo. Y saben que fue lo peor de esa niña, que en lugar de yo hablarle del Señor le di plata para que fuera a abortar en un lugar muy bueno para que después no la fueran a perjudicar. Así como ése patrociné varios abortos, cada vez que la sangre de un bebé se derramaba era como un holocausto a Satanás, es un holocausto, al Señor le duele y se estremece cada vez que se mata un bebé porque en el libro de la vida, vi como el alma de nosotros tan pronto como se tocan el espermatozoide y el óvulo se forma una chispa hermosa una luz cogida del sol de Papa Dios, el vientre de una madre tan pronto es fecundado se ilumina con el brillo de esa alma y cuando se aborta esa alma grita y gime de dolor así no tenga ojos ni carne, se escucha ese grito cuando lo están asesinando y el cielo se estremece y en el infierno se escucha otro igual pero de jubilo, de inmediato del infierno se abre unos sellos y salen unas larvas para seguir asediando a la humanidad, y seguir haciéndola esclava de la carne y de todas esas cosas que se ven y se verán cada día peor.
Porque ¿cuántos bebés se matan a diario? Y eso es un triunfo para él. Como será que ese precio de sangre inocente ocasiona un demonio más afuera y me lavan en esa sangre y mi alma blanca se empezó a poner absolutamente oscura. Después de los abortos ya no tuve más convicción de pecado, para mi todo eso estaba bien. Y lo triste también ver cómo en esos pagarés que me tenía el maligno, allí me mostraba todos los bebés que yo había matado también, porque ¿saben qué? Yo planificaba con la T de cobre y fue doloroso ver cuántos bebitos habían sido fecundados y se habían destruido ellos solos, y el grito de ese bebé desgarrándose da las manos de papá Dios. De razón que vivía
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