ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Transplante De Organis


Enviado por   •  3 de Noviembre de 2013  •  5.993 Palabras (24 Páginas)  •  255 Visitas

Página 1 de 24

Reseña Histórica del Trasplante de Órganos

Siglo XIX

Los primeros trasplantes con categoría científica son fruto del gran impulso que recibe la cirugía en el siglo XIX y que permite la realización con éxito de operaciones que solo se habían practicado anteriormente de forma experimental. Los conocimientos adquiridos en el siglo XVI y XVII, con el florecimiento de ciencias como a zoología y la biología, permiten realizar numerosas experiencias de injertos en plantas y en animales. Los intentos en humanos son meramente anecdóticos, y no es hasta 1869 cuando Jaques Louis Reverdin un cirujano Italiano obtiene los primeros éxitos de injertos epidérmicos en el hombre. El entusiasmo se adueña de los hombres de ciencia que realizan con discutible éxito autoinjertos o injertos de otras personas u animales. Los numerosos fracasos suelen atribuirse a técnicas quirúrgicas inadecuadas o a la infección, aunque empieza a vislumbrarse la idea de que los autoinjertos tienen mayor éxito que los homoinjertos; esto unido a los mejores conocimientos sobre especificidad biológica e inmunidad, permitiría intuir lo que más tarde sería la inmunología del trasplante.

Siglo XX

Los avances que en el siglo anterior se habían obtenido en la cirugía vascular y sobre todo gracias al gran impulso que dio a la cirugía en general el uso de la anestesia, permitieron que al empezar el siglo se realizaran con éxito los primeros trasplantes de órganos en animales. En 1902 Alexis Carrel (Imagen 1) describe en una publicación científica como ha extraído el riñón de un perro implantándoselo en el cuello y observando

como se reestablecía la circulación de este órgano; este experimento era similar al descrito en el mismo año por el cirujano Vienes Emerich Ulllmann (Imagen 2). Aunque ambos experimentos fueron seguidos de numerosos fracasos, Carrell no cejo en su desempeño y vaticinó que sería factible la sustitución de un órgano enfermo por uno sano, como podía ocurrir con el riñón o la glándula tiroides. Durante años continuó con su trabajo, no limitándolo al trasplante de riñón y buscando diferentes emplazamientos para el órgano trasplantado, propio u extraño. En 1908 consiguió realizar un autotrasplante renal con una supervivencia del animal de varios años; esto unido a sus numerosos estudios sobre cirugía vascular, la desinfección de las heridas y la suplencia de las funciones vitales permitió que le concedieran el Premio Nobel de Medicina en 1912.

Paralelamente, otros científicos realizan experiencias similares y es el profesor francés Mathieu Jaboulay el que en 1906 injerta el riñón de un cerdo en el codo de una paciente que padecía un síndrome nefrótico. Este y otro intento de un trasplante de riñón de cabra fracasaron pocas horas después, por problemas vasculares. Otras tentativas se realizaron con órganos de diferentes animales y aunque todas fracasaron, permitieron detectar el gran problema que subsistiría hasta la actualidad, que es el rechazo del organismo hacia el órgano trasplantado. Observan que según el órgano procediera del mismo individuo, de otro de la misma especie o de otra especie, la duración el injerto podía variar de varios años a unas pocas horas. Las bases de la inmunología del trasplante ya estaban sentadas, incluso Murphy, colaborador de Carrel, define en 1914 al sistema reticuloendoterial como actor importante del rechazo de los órganos.

La experimentación animal continuó y fue el ruso Serge Voronoff, que trabajaba en París, el primero que pretendió realizar un trasplante de riñón entre una joven afectada de tuberculosis renal y un criminal condenado a ser decapitado, aunque problemas legales se lo impidieron. Otro ruso llamado Voronoy, en 1933, tras una larga experiencia en experimentación animal, realiza el primer homotrasplante renal a una joven de 26 años en coma urémico, tras la ingestión de mercurio. El donante era un hombre de 60 años que había muerto tras una fractura de base de cráneo. El riñón se coloco en la ingle anastomosando los vasos femorales (Imagen 4) y aunque el riñón trasplantado funcionó unas horas, la diuresis se detuvo a los dos días y la paciente falleció poco después. En los años siguientes Voronoy intento otros cinco trasplantes de riñón de cadáver sin éxito.

La Segunda Guerra Mundial obligo a detener la investigación en el campo de los trasplantes y no es hasta 1947, cuando en el Hospital Peter Bent Brigham de Boston, se lleva a cabo el primer trasplante renal con supervivencia del receptor. Se trataba de una joven con insuficiencia renal aguda, tras un aborto séptico. David Hume (Imagen 5) le implantó un riñón de cadáver en el codo, que secreto orina durante todo un día. Los propios riñones de la paciente recuperaron su función en muy poco tiempo, y esta es probablemente la causa, y no el trabajo del riñón trasplantado, de su curación. No obstante, este éxito animo a los investigadores a continuar con los trasplantes y es en 1950 cuando Lawler, en un Hospital de Chicago, trasplanta a una mujer, con poliquistosis renal el riñón de otra mujer, al que se le había extraído la sangre y perfundido el órgano con solución salina. Este riñón se mantuvo funcionando durante más de seis meses. Un año mas tarde, en Francia, se realizan dos trasplantes con los riñones de un condenado a muerte a muerte que se mantienen funcionantes durante varios años, aunque ambos pacientes fallecen; en el mismo año también fallece una mujer, a los treinta días de haber sido trasplantada con un riñón que había sufrido una isquemia caliente “corta”, por proceder de un donante vivo al que se le extrajo el riñón por motivos terapéuticos. Otros intentos en Estados Unidos, Canadá, Francia y Gran Bretaña tampoco tuvieron éxito, aunque uno de ellos se había realizado gracias a la donación de la madre del receptor y estaba en excelentes condiciones, en cuanto reanimación y técnica.

El primer éxito real tuvo lugar en 1954 cuando en el Hospital pionero Peter Bent Brigham, el equipo formado por Merrill, Murria y Harrison trasplantan un órgano a un hombre, de su hermano gemelo. El riñón se implanta en la fosa iliaca anexionado el uréter a la vejiga urinaria; al paciente se le extirpan sus propios riñones y reanuda una vida normal. Este éxito ratifica la idea de la necesidad de la compatibilidad genética en los trasplantes.

Reseña Histórica en Venezuela

La actividad de trasplante en Venezuela se inició en

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (39 Kb)  
Leer 23 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com