Triptofanito

Triptofanito en la célula. El viaje continuo

Hay historias que ocurren en lugares fantásticos, hay otras que acontecen en sitios reales…. a si es como comienza esta magnífica historia. Donde un par de aminoácidos (Triptofanito y lisina) cuentan sus aventuras.

Triptofanito y Lisina, dos pequeños aminoácidos viajeros del cuerpo humano, emprenden esta vez un divertido y apasionante recorrido, lleno de aventuras y peligros, por el maravilloso Reino de las Células que trabajan sin cesar para conservar la armonía del Cuerpo Humano.

En su travesía, Triptofanito y Lisina Vivian en un pequeño huevo sin embargo este es consumido por un granjero. A si entran al interior de su cuerpo humano, y en una de sus breves pláticas encuentran a una neurona, quien los invita a realizar un viaje lleno de sorpresas. A si inician llegan a la membrana celular, celular quien les explica cual es su función en el cuerpo humano después Llegaron al intestino delgado, este era muy sorprendente, al fin de un rato llegaron a la cima de las montañas, a lo lejos vieron a un fortachón que traía un traje montes el letrero que decía -esta es la cordillera de vellosidades intestinales-. Es señor fortachón les dijo q si lo que querían ir a la sangre ese era el lugar indicado ya que el intestino es el encargado de absorber los alimentos hacia la sangre. Pero si querían llegar a la sangre lo primero que tenían que

hacer era escalar una montaña en la cual debían tener mucho cuidado, ya que en la parte de arriba habitaba un parásito muy grande, llamado Áscaris. De pronto, a lo lejos se escucho un grito horrible, era Lisina que había resbalado y casi caía al abismo. Pero Triptofanito pudo detenerla justo cuando estaba a punto de caer, y así después de un rato llegaron a la cima de la montaña. Ahí había una caverna, en donde estaba Áscaris, que solo salía de su escondite pero sin hacer ruido y con mucho cuidado, pero de pronto abrió sus fauces y atacó a los aminoácidos, estos se levantaron y comenzaron a retroceder, de pronto estos vieron como todas las células empezaron a ser absorbidas. Y las células le dijeron que habían visto lo que hizo que nadie había podido acabar con el monstruo y que eran sus héroes.

A si descubren nuevos amigos e innumerables misterios que les ayudan a entender cómo es que el cuerpo humano funciona y cuál es su importancia en este, pero ninguno tan sorprendente como los que atesora el Núcleo Celular. Allí, un anciano jocoso y bonachón, el Ácido Desoxirribonucleico(ADN), les revela el enigma que guarda en los rizados bucles de su barba: con ellos es capaz de crear un dinosaurio, una rosa, un oso polar, un simio o un ser humano, y decidir si el burro tendrá dos orejas, el ciempiés cien patas y si la naranja será anaranjada.

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