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Ética Ingeniería en Instrumentación Electrónica


Enviado por   •  10 de Mayo de 2018  •  Apuntes  •  2.038 Palabras (9 Páginas)  •  67 Visitas

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Ética y Desarrollo Profesional

Universidad Veracruzana

Ingeniería en Instrumentación Electrónica

La Ética en la Ciencia

La necesidad de conocer lo nuevo es uno de los ingredientes más notables de la conciencia humana. Al analizar la propia supervivencia de una especie como la nuestra nos es posible observar que dicha supervivencia debe su progreso a la capacidad de adaptar el mundo en el que vivimos de acuerdo a las necesidades requeridas por cada individuo o por un grupo; los que no se interesaban por conocer lo nuevo que les permitiera vivir, o adaptarse, vivían peor o no vivían durante un tiempo prolongado.

Lo que llamamos ciencia, en la actualidad, es precisamente la forma sistemática de conocer lo nuevo a un nivel individual, así como, social. La ciencia moderna ha ido creando, y sigue perfeccionando, métodos para que las verdades encontradas sean verificables por todos y, por lo tanto, sean patrimonio de todos nosotros.

Un punto importante de discusión en la actualidad es el lugar que la ética debe tener en la ciencia y en las investigaciones científicas. Las sociedades modernas se basan en leyes que impiden el daño a otros y en una gran diversidad de códigos éticos compartidos, lo cual significa una base esencial de convivencia civil. La preocupación por los problemas morales acerca de la ciencia no es nueva; a lo largo de la historia científicos con inclinaciones filosóficas y filósofos con inclinaciones científicas se han ocupado del tema, y los escrúpulos de conciencia de los científicos ya han sido expresados en distintos momentos de la historia, por ejemplo, por Einstein y Russell cuando nazis y comunistas trataron de controlar y someter a la ciencia.

Actualmente existe una gran disparidad de códigos morales, sin embargo, uno cierto conjunto de ideas básicas son aceptadas por la mayor parte de la humanidad como más o menos universales, tales como las expresadas en las diversas declaraciones de derechos humanos.

Por ejemplo, a menudo se dice que el proceder de los fabricantes de armamentos o de los narcotraficantes es inmoral, cuando realmente se quiere decir que su actividad es desaprobada porque no se ajusta a los patrones morales de la persona que hace la calificación. Cuando decimos que un acto es inmoral, lo que deseamos en realidad es imponer nuestro propio código moral. Dicho lo anterior, un fabricante de armamentos puede ser un héroe, por ejemplo, para una sociedad sometida que lucha por su libertad, y un narcotraficante puede ser el salvador para una sociedad campesina pobre que no tiene productos “legales” que puedan ser vendidos en el mercado.

Una de las cuestiones que pueden llegar a formularse es si la ciencia se puede considerar como algo inmoral o no. Muchos sabios como Poincaré, Einstein y Russell han sostenido que la ciencia no formula juicios de valor (desde el punto de vista moral o ético), sino que se limita a informar sobre hechos.

Las ciencias formales y las naturales, como bien sabemos, no se ocupan de los valores. Especialmente la ciencia moderna de la naturaleza, a diferencia de la antigua, no ve en la naturaleza objetos esencialmente valiosos o no valiosos, y consecuentemente no inventa jerarquías en las que cada grado se ubica según su proximidad al “Bien”. Por lo tanto, las ciencias formales y naturales son consideradas éticamente neutrales, caso contrario de las ciencias del hombre. Por esta razón, la ciencia se puede emplear para el bien y para el mal, para curar o para matar. La ciencia no tiene objeto fijo, cualquier problema puede abordarse científicamente si involucra algún conocimiento de por medio. Si la ciencia no se ocupa (como ciencia) del “mundo de los valores”, es porque simple y sencillamente dicho mundo no existe. No existen valores como entidades independientes, hay cosas, actitudes y comportamientos valiosos, y el valor es una convención que se asigna por los seres humanos respondiendo a ciertas circunstancias y a ciertos deseos.  

Los resultados de ciertas investigaciones científicas, de una u otra forma, representan poder o algún tipo de ventaja ya sea para uno o más sectores de la sociedad o para ciertos individuos. Como siempre, el poder tiende a corromper y es aquí donde la ciencia de igual forma se corrompe cuando se pone al servicio de la destrucción, del privilegio, de la opresión o del dogma. Esto es posible debido a que hay científicos, y principalmente dirigentes de instituciones científicas, que se corrompen colaborando en tareas que repugnan a su propio código moral que rige a la búsqueda y difusión de la verdad.

La ciencia puesta al servicio de la destrucción, la opresión, el privilegio y el dogma puede llegar a ser muy eficaz y hasta creadora en ciertos aspectos, tal como ocurrió durante y después de la Segunda Guerra Mundial, en la cual, gracias a las investigaciones científicas en varias áreas se logró un avance casi revolucionario en la tecnología.

Caso contrario, los resultados de la investigación pura son éticamente neutros, como lo demuestra el hecho de que se pueden usar tanto para hacer el bien o el mal. Pero ello no implica que el proceso mismo de la investigación sea éticamente neutro. Realmente el proceso no lo es, puesto que tanto la selección de los problemas que inicia una investigación, como la evaluación de los resultados pueden estar sujetas a presiones extracientíficas como por ejemplo comerciales, políticas o ideológicas. Todas esas presiones ponen a prueba la valentía moral del investigador. Y esos conflictos morales se agudizan cuando se trata, no ya de investigación pura, sino de la aplicada.

Según lo propuesto por el premio Nobel de Medicina argentino, Bernardo Houssay, las responsabilidades del investigador son las siguientes [1]:

  1. “Tiene el deber de dedicarse a la ciencia para hallar nuevos conocimientos, hacerlos adelantar y perfeccionarse.
  2. Tiene l deber de dedicarse a la ciencia en su propio país, para elevar su nivel intelectual y cultural y para lograr el bienestar, (y a través de) las tecnologías, la riqueza y la cultura.
  3. Contribuirá a formar investigadores o técnicos para que prosigan a su vez las tareas de investigación.
  4. Ese adelanto científico básico y aplicado deberá beneficiar a su institución, su ciudad o provincia y a su país.
  5. Ayudará al desarrollo científico de los países menos desarrollados.
  6. Debe instruirse, mejorarse, progresar y buscar una posición donde pueda trabajar bien. Tiene deberes para con los suyos: discípulos, amigos y colegas. Debe contribuir, aún con sacrificio, al adelanto de su propio país.
  7. Debe estrechar las buenas relaciones con los que cultivan la ciencia, y en especial su propia rama, en su país, las naciones hermanas y en todo el mundo. Esta estrecha confraternidad sin reticencias entre los científicos, debe ser un modelo para estrechar la confraternidad y la paz entre todos los hombres.”

          Dichas palabras muestran una guía de conducta que cada científico debería tener en cuenta en relación con la sociedad.

Entre las distintas acusaciones que se le hacen a la ciencia en ciertos grupos hay una especialmente popular y que causa controversia en la actualidad, es lo que podría denominarse falta de ética o inconsciencia de las aplicaciones.

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