Caso práctico – Derecho romano

Caso práctico – Derecho romano I

Prof. Benjamín Musso Arratia

I.- Instrucciones

1. En grupos de no más de cinco personas, resuelvan el siguiente caso según lo visto en clases.
2. Para la resolución de los casos es indispensable el uso de fuentes jurídicas y doctrinarias.
3. Todas las citas deben hacerse según las normas editoriales de la Revista Chilena de Derecho.
4. El plagio será calificado con nota 1,0. Se considerará plagio valerse de cualquier forma de Inteligencia Artificial.
5. El desarrollo del caso debe hacerse según el formato adjunto.
6. Una vez resuelto el caso, debe ser cargado, por uno de los integrantes del grupo, en Canvas. No olviden señalar los nombres de todos los miembros.

II.- Aspectos a evaluar y criterios de evaluación

1. Resolución del caso, según las preguntas guía. Se considera que cada pregunta está correctamente resuelta cuando llega a la solución correcta 5 ptos), se soporta en doctrina –al menos dos fuentes doctrinales– (3 ptos) y en las normas jurídicas atingentes (2 ptos).
2. Uso de fuentes doctrinarias y jurídicas en la resolución. El trabajo –en su integridad– recurre, a lo menos, a tres artículos científicos atingentes a las materias tratadas (3 ptos) y dos manuales de derecho romano (2 ptos) para sustentar la totalidad de las respuestas (no por cada respuesta. Fíjese en el punto anterior).
3. Ortografía y redacción. El trabajo no presenta errores ortográficos ni de redacción (3 ptos). Si presenta, son menos de 5 (2 puntos) o menos de 10 (1 pto), en caso de ser superior se obtiene 0 ptos.
4. Respeto por el formato. Letra Times New Roman, tamaño 12, interlineado sencillo, justificado (2 puntos).
5. Respeto por las normas de citación. Correctamente logrado al pie de página y en la bibliografía en todo el trabajo (10 ptos) [-1 por cada error de citación hasta el 0]
6. Puntaje máximo esperado: 90.
7. Escala de evaluación al 60%, considerando un punto base.

III.- Caso

Roma, año 50.

Sempronio, un joven comerciante de telas y sastre del sector del Aventino, fue contratado por Claudia para que le arregle una de sus togas: una toga muliebris de lana de color celeste, con finos bordados en hilo de oro. Pagó por el servicio la suma de 500 sestercios. Sempronio, según lo acordado, debía arreglar los bordados y volver a teñir la toga que estaba decolorada producto de la exposición al sol. Además, Claudia, aprovechó de comprar tres togas nuevas que Sempronio había confeccionado, pagando, por cada una, 1.000 sestercios, las que le fueron entregadas en el acto.

Respecto a la toga que debía arreglarse se pactó un plazo de una semana para terminar el trabajo. Esa misma tarde, Sempronio retiró los hilos de oro y volvió a teñir la tela. Al día siguiente, cuando estaba ya seca, rehízo los bordados, cambiando los viejos motivos florales, por unos nuevos patrones geométricos, los cuales estaban de moda en ese entonces. El resultado: un trabajo bellísimo, al punto que Sempronio aprovechó los días restantes para que terminase la semana para exhibir la toga a fin de atraer nuevas clientas que encargasen trabajos semejantes, los que podría vender por 2.500 sestercios.

Al día siguiente, Lucila, hija de una noble familia patricia de una fortuna incalculable, paseaba por el Aventino con su comitiva de esclavos, cuando reparó en la hermosa toga que Sempronio lucía en su tienda. Así, se acercó a hablar con el comerciante de telas, preguntándole por la toga celeste con oro bordado, manifestándole su intención de comprarla para sí. Sempronio, se disponía a advertir que la toga no era de su colección, pero que podría hacerle una igual. Sin embargo, antes de decir palabra alguna, Lucila ofreció comprarla por 5.000 sestercios. Frente a la no despreciable suma, Sempronio pensó en que la podía vender, teñir unas nuevas telas y volver a hacerla para entregarla a Lucila. Así, Sempronio aceptó la oferta y la vendió a Lucila por el precio ofrecido, siéndole entregada en el acto.

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