Integración de los Derechos Humanos al Derecho Mexicano
Maximilian04Trabajo7 de Noviembre de 2023
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Integración de los Derechos Humanos al Derecho Mexicano
Introducción
Los Derechos Humanos representan uno de los conceptos más trascendentales y universales en la historia de la humanidad. Estos derechos, inherentes a todo ser humano, independientemente de su nacionalidad, origen étnico, género, religión o cualquier otra característica, son la expresión más profunda de la dignidad intrínseca que todos compartimos como miembros de la especie humana. Todos estos son fundamentales para garantizar la justicia, la igualdad y la protección de cada individuo contra el abuso de poder y las violaciones de su dignidad.
La historia de los derechos humanos es un relato largo y complejo que se ha desarrollado a lo largo de siglos de reflexión filosófica, luchas sociales y avances en el derecho internacional. A medida que la humanidad ha experimentado conflictos, opresión y discriminación, se ha hecho evidente la necesidad de establecer principios que salvaguarden la dignidad y libertad de cada ser humano. Los Derechos Humanos han surgido como una respuesta a esta necesidad imperante.
Uno de los momentos más cruciales en la historia de los derechos humanos ocurrió el 10 de diciembre de 1948, cuando la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la Declaración Universal de Derechos Humanos (DUDH). Esta declaración representa un hito histórico al establecer un conjunto de principios universales que todos los Estados miembros de las Naciones Unidas se comprometen a respetar y proteger. La DUDH reconoce una amplia gama de derechos, que abarcan desde el derecho a la vida y la libertad hasta el derecho a la igualdad, la justicia, la educación, la salud, la libertad de expresión y la participación en la vida cultural y política.
Los derechos humanos giran en torno a la dignidad humana, y estos tienen varias características:
- Son universales, es decir, todas las personas en el mundo son titulares de todos los derechos humanos, sin importar edad, sexo, raza, idioma, nacionalidad, religión, condición económica o social, preferencia u orientación sexual, ideología política o cualquier otra condición.
- Son inalienables, no deben suprimirse, salvo en determinadas situaciones y según las debidas garantías procesales. Por ejemplo, se puede restringir el derecho a la libertad si un tribunal de justicia dictamina que una persona es culpable de haber cometido un delito.
- Son imprescriptibles, los derechos humanos no caducan y tampoco se pierden por el mero transcurso del tiempo, aún así estos no se ejerzan.
- Son interdependientes, se encuentran ligados unos a otros, de tal manera que el reconocimiento de uno de ellos, así como su ejercicio, implica necesariamente que se respeten y protejan múltiples derechos que se encuentran vinculados.
- Son indivisibles, el disfrute de los derechos humanos solo es posible en conjunto ya que todos se encuentran estrechamente unidos.
- Son exigibles, los derechos humanos deben contar con diferentes tipos de instrumentos, mecanismos y procedimientos para que todas las personas puedan exigir su cumplimiento y realización cuando sean vulnerados.
Tienen un alcance global y se aplican a nivel internacional, nacional y local. Los tratados y convenios internacionales, como la Convención Americana sobre Derechos Humanos, o el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, son ejemplos de acuerdos que establecen compromisos específicos en materia de derechos humanos para los Estados signatarios.
Además, a nivel nacional están integrados en las constituciones y sistemas legales de muchos países, donde se establecen mecanismos para proteger y garantizar estos derechos a los ciudadanos. En este sentido, los tribunales y las instituciones gubernamentales juegan un papel crucial en la aplicación y defensa de los derechos humanos en el ámbito local.
Los derechos humanos son la expresión más profunda de la dignidad intrínseca de cada ser humano. Su historia está marcada por luchas y avances a lo largo de los siglos, y como se mencionó anteriormente, culminando en la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948. Estos derechos, son esenciales para garantizar la justicia, la igualdad y la protección de la humanidad contra las violaciones de su dignidad; son el faro que guía a la humanidad hacia un futuro más justo, libre y respetuoso de la dignidad de todos sus miembros. Su defensa y promoción continúan siendo un desafío global y una responsabilidad compartida por todos.
La introducción de los derechos humanos al derecho mexicano
La protección y promoción de los derechos se ha convertido en un tema central en la agenda global y nacional. En el caso de México, la adhesión a la Convención Americana sobre Derechos Humanos, también conocida como el Pacto de San José, marcó el inicio de la integración de los derechos humanos en el derecho mexicano. Esta decisión representó un compromiso importante del Estado mexicano en la protección y promoción de todos los derechos de los ciudadanos.
La Convención Americana sobre Derechos Humanos fue adoptada el 22 de noviembre de 1969 en San José, Costa Rica. Este tratado internacional tiene como objetivo establecer un marco legal sólido para la protección de derechos humanos en la región de las Américas. México se unió a esta Convención el 9 de enero de 1981, mediante la publicación en el Diario Oficial de la Federación (DOF) del Decreto de Adhesión.
La Convención establece un conjunto de normas y principios que los Estados parte, incluido México, se comprometen a respetar y cumplir en sus territorios. Entre los derechos y libertades protegidos por la Convención se encuentran la vida, la integridad personal, la libertad, el debido proceso, la libertad de expresión y muchos otros. La Convención, también crea un sistema de supervisión y rendición de cuentas, con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CoIDH) como órganos encargados de velar por su cumplimiento.
La publicación en el Diario Oficial de la Federación
La publicación en el DOF del Decreto de Adhesión de México a la Convención Americana sobre Derechos Humanos es un acto de transparencia y responsabilidad que notificó a la población sobre el compromiso adquirido por el Estado mexicano en el ámbito internacional, demostrando la voluntad del gobierno mexicano de ser un país que respeta y protege los derechos de los ciudadanos, de acuerdo con los principios universales y los estándares internacionales en la materia.
La publicación no solo tuvo un valor simbólico, sino que también tuvo implicaciones legales significativas. Al hacerlo, México hizo que la Convención Americana sobre Derechos Humanos formara parte de nuestro derecho interno, lo que implicó la obligación de adecuar la legislación nacional para estar en conformidad con los estándares establecidos en la Convención. Esta integración de los Derechos Humanos en el marco jurídico mexicano sentó las bases para futuros desarrollos en la promoción y protección en el país.
A partir de la adhesión, México se comprometió a reconocer la jurisdicción de la CoIDH para considerar casos presentados contra el Estado mexicano en los que se alegaran violaciones de derechos. Esto amplió las vías de acceso a la justicia a nivel internacional para los ciudadanos mexicanos y contribuyó a la supervisión internacional de México en materia de derechos humanos.
Reconocimiento del Estado mexicano de la competencia contenciosa de la Corte Interamericana de Derechos Humanos
Los Derechos Humanos han sido una preocupación constante en la historia de México, y el país ha enfrentado desafíos significativos en la protección y promoción de estos derechos. A medida que la conciencia internacional sobre la importancia de los derechos humanos creció, se produjo una serie de desarrollos clave que llevaron a la adhesión de México a la Convención Americana sobre Derechos Humanos en 1981.
La CoIDH es un órgano autónomo de la Organización de los Estados Americanos (OEA) que tiene la responsabilidad de interpretar y aplicar la Convención Americana sobre Derechos Humanos. Uno de los aspectos más importantes de su mandato es la capacidad de recibir casos individuales y contenciosos presentados por individuos, organizaciones no gubernamentales y Estados parte de la Convención. La CoIDH emite sentencias vinculantes que pueden llevar a la reparación de violaciones de derechos y establece estándares legales en la región.
La decisión de reconocer la competencia contenciosa de la CoIDH permitió que los ciudadanos mexicanos presentaran casos ante la corte, cuando consideraban que se habían violado sus derechos y no habían obtenido justicia a nivel nacional. Además, implicó la disposición del Estado mexicano a someterse al escrutinio internacional en asuntos de derechos humanos.
El proceso de reconocimiento de la competencia contenciosa de la CoIDH en México implicó la colaboración de diferentes ramas del gobierno, y, tanto el Poder Legislativo como el Poder Ejecutivo desempeñaron un papel crucial en este proceso. El Poder Legislativo, a través del Congreso de la Unión, fue responsable de ratificar el reconocimiento de la competencia contenciosa de la CoIDH, lo que se llevó a cabo el 8 de diciembre de 1998. El Poder Ejecutivo, por su parte, fue esencial en el proceso de reconocimiento, ya que la decisión debía ser ratificada por el Presidente de la República, lo que ocurrió el 24 de febrero de 1999.
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