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Plan de manejo de la presa El Novillo

Maria RiveraEnsayo13 de Junio de 2024

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  1. INTRODUCCIÓN.

Desde hace muchos años el hombre se ha asentado en áreas próximas a las fuentes de agua dulce para satisfacer sus necesidades, por ello las grandes culturas se desarrollaron en los ríos más importantes del mundo. Así, la cultura de la gran Mesopotamia a orillas de los ríos Tigres y Eufrates ha tenido mucha influencia en la sociedad moderna (Margalef, 1984). La cultura tolteca y teotihuacana en el lago de Texcoco en el centro de México tuvo su influencia en el desarrollo socioeconómico y cultural de la región (Alcocer, et al., 1993). Para asegurar su sobrevivencia, los seres humanos han buscado modificar y mejorar su hábitat y   aprovechar todos los recursos que le ofrece el medio que le rodea. Por tal motivo, el hombre ha modificado las corrientes de agua alterando su curso al construir grandes trampas para detener su libre recorrido desde su nacimiento hasta su desembocadura y formar, de esta manera, grandes lagos artificiales.

México cuenta con 13,963 cuerpos de agua continentales que inundan una superficie de 1,165,051 ha, de los cuales, 840 están clasificados como grandes presas de acuerdo con la definición de la International Comission on Large Dams. Estos embalses son empleados en la generación de energía hidroeléctrica, control de avenidas y abastecimiento de agua para uso agropecuario, urbano e industrial. Así mismo, la mayoría de estas presas son aprovechadas también para la pesca comercial, deportiva y la recreación. Estas actividades contribuyen en su región, a la generación de empleos, desarrollo económico y la producción de alimentos con alto contenido proteico.

Los estados que poseen el mayor número de embalses son Jalisco y Michoacán, con 115 y 64 respectivamente. Por otra parte, los estados de Chiapas, Jalisco, Michoacán y Tamaulipas registran más de 499,400 ha, que representan más del 50% del total a nivel nacional. El estado de Sonora dispone en su zona interior de 27 presas con una capacidad de almacenamiento total de 9,214.2 millones de metros cúbicos y una extensión de 380,996 hectáreas. La presa Plutarco Elías

Calles “El Novillo” esta contemplada como el segundo embalse en tamaño en el Estado con una capacidad de almacenamiento de 3,028.9 hm³.

En los últimos años, a nivel nacional, las pesquerías de agua dulce han presentado problemas de diversa índole. Entre éstos, resalta la sobreexplotación por el exceso de pescadores que participan en la captura, artes de pesca inadecuados y pérdida en la calidad del agua de algunos embalses, con la consecuente disminución en su productividad biológica. En muchos sitios también han intervenido otros factores, como contaminación, presencia de malezas acuáticas, falta de asistencia técnica, variación en los niveles de agua y carencia de una normatividad que regule su explotación (Olmos, 1991).

El presente estudio biológico-pesquero y socioeconómico de la presa “El Novillo”, representa un primer diagnóstico integral del embalse, en relación con capturas, rendimientos, esfuerzo pesquero, aspectos biológicos, limnológicos y socioeconómicos. Así, los elementos evaluados, contenidos dentro de un plan de manejo, se constituyen como una importante herramienta para la planeación e instrumentación de acciones y medidas para avanzar hacia el mejor aprovechamiento del embalse.

  1. ANTECEDENTES.

Los cuerpos de agua dulce formados por la mano del hombre llegan a tener una alta productividad biológica que depende de las características fisiográficas, clima de la región, forma y configuración del vaso del embalse, lo anterior le brinda al sistema acuático un determinado potencial para albergar organismos, que es aprovechado por el hombre para introducir especies que tengan utilidad como alimento, atractivo turístico y por lo tanto un valor comercial.

Los embalses en México requieren de estudios para un ordenamiento ambiental y/ó pesquero por la amplia variabilidad en su fisiografía, manejo de la cuenca hidrológica y los usos del agua almacenada, así como a la intensidad de presión de captura pesquera a que se ven sujetos.

Con la intención de contar con información sobre la potencialidad pesquera de las aguas dulces del país, la Dirección General de Acuacultura (DGA) de la Secretaría de Pesca, destinó recursos para el diagnóstico y evaluación pesquera, esfuerzo que culminó con el “Estudio para la Determinación del Potencial Acuícola y Nivel de Aprovechamiento en los Embalses Mayores de 10,000 hectáreas”, realizado en nueve de los grandes embalses mexicanos: Chápala, en Jalisco; Infiernillo, Pátzcuaro y Cuitzeo, en Michoacán; Malpaso y Angostura, en Chiapas; Temascal, en Oaxaca; Catemaco, en Veracruz; y Las Adjuntas, en Tamaulipas (Presa la Boquilla 1998).

En el aspecto pesquero, los estudios de los embalses son recientes, de los que resaltan el estudio realizado por Rojas-Galaviz (1974), quien llevó a cabo un proyecto de investigación limnológica y el establecimiento de una pesquería en la presa Yosocuta, Gro. De igual forma, Cortés-Altamirano y Arredondo-Figueroa (1975), llevaron a cabo los primeros estudios realizados en La Angostura, Chiapas donde evaluaron la producción pesquera.

En Sinaloa, la presa Gustavo Díaz Ordaz ha sido objeto de estudios que abarcan aspectos limnológicos y pesqueros (Beltrán et al., 1998). En cuanto a los aspectos pesqueros que se aportan, resaltan los de edad y crecimiento de la tilapia como el principal recurso explotado en el embalse, su ciclo reproductivo, su talla de primera madurez y de primera captura. Establecido esto último al realizar la selectividad de las redes utilizadas en la pesca comercial. En el caso de la presa Aurelio Benassini Vizcaíno “El Salto”, se estudiaron aspectos físico químicos del agua así como la estructura poblacional de las especies explotadas comercialmente, épocas de reproducción, edad, crecimiento, fecundidad, así como las características de la infraestructura para la pesca deportiva (Beltrán et al., 2002).

Por otra parte, en la presa Temascal, Ritter-Ortiz et al., (1992) realizaron un estudio sobre los aspectos biológico-pesqueros de la carpa, relativo al crecimiento individual, mortalidad, sobrevivencia y aporte de biomasa poblacional. En la presa Benito Juárez, Ramos-Cruz (1995) desarrolló una investigación sobre reproducción y crecimiento de la tilapia Oreochromis aureus, en la cual se encontraron tres periodos de reproducción así como la talla promedio de primera madurez.

En Sonora, son pocos los estudios realizados en la presa “El Novillo”, uno de ellos es la evaluación pesquera que se llevo acabo por un periodo de un año para obtener datos poblacionales tales como: peso, longitud, sexo, y madurez gonadal, en el año de 2004. Esta investigación fue parte de un programa para el desarrollo piscícola en grandes y medianos embalses del Estado de Sonora en un esfuerzo coordinado de la Subsecretaría de Pesca y Acuacultura del Gobierno del Estado de Sonora, y la Dirección General de Pesca y Acuacultura.

Además existe un trabajo titulado Programa de Administración a la Actividad Pesquera en la presa Plutarco Elías Calles “El Novillo”, realizado por la Subsecretaría de Pesca y Acuacultura y la Dirección General de Pesca y Acuacultura del Gobierno del Estado de Sonora.

El Gobierno del Estado de Sonora, conciente de la necesidad de hacer más eficiente el uso y aprovechamiento de los recursos pesqueros de las aguas continentales de la entidad, ha desarrollado acciones tendientes al establecimiento de estrategias y tecnologías que permitan elevar la producción en los cuatro principales embalses del estado, como medio para asegurar el empleo, aumentar los ingresos y propiciar el arraigo de los pescadores en sus comunidades de origen.

Los estudios limnológicos y biológico-pesqueros en los embalses, tienen un gran valor en la instrumentación de un Plan de Manejo, de forma que este, se constituya como un instrumento efectivo para la toma de decisiones en la administración de los recursos. No obstante, este instrumento, llamado plan de manejo, y la información que lo sustenta, no son estáticos en modo alguno, ya que no dejan de tener necesariamente un carácter muy puntual en tiempo.

Lo anterior, resulta comprensible, considerando la intensa dinámica del comportamiento limnológico y biológico de los embalses, así como la significativa influencia antropogénica a que están sometidos, incluyendo las fuertes variaciones en sus niveles de almacenamiento durante y entre años. Tampoco se debe de descartar la variación estacional de las precipitaciones pluviales en su cuenca de captación y los constantes cambios de uso del suelo en la misma.

En este sentido, podemos considerar al Plan de Manejo, como un instrumento que debe ir evolucionando a la par de los cambios en las condiciones físicas, biológicas y sociales del embalse. El documento debe de ser periódicamente perfeccionado y adecuado a las nuevas condiciones que vaya mostrando la pesquería. Las instancias de investigación y administración relacionadas con el embalse, deben de estar siempre en constante monitoreo de la producción y de sus cambios.

El ejemplo más gráfico sería el hecho de que se requiere comprobar el efecto que sobre las poblaciones de peces causa la aplicación de las medidas recomendadas en el Plan de Manejo, para así ir realizando los “ajustes” necesarios en beneficio sostenido de las familias que dependen de la pesquería.

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