Acoso escolar y rendimiento académico

El acoso escolar es una realidad que afecta a muchas personas, y yo no fui la excepción. Durante mi segundo año de secundaria, fui víctima de burlas constantes, insultos y exclusiones por parte de algunos de mis compañeros de clase. Estas experiencias fueron demasiado difíciles para mi y tuvieron un impacto directo en mi rendimiento académico. Me sentía constantemente ansiosa y preocupada sobre la situación , hasta podría decir que me daba miedo ir a la escuela.

Mi rendimiento académico comenzó a empeorar rápidamente, y mis calificaciones bajaron muchísimo.Sentía que no tenía a nadie a quien decirle o explicarle cómo me sentía, ya que me daba mil pena hablar sobre lo que estaba pasando con miedo a que no me tomaran en serio.

Sin embargo, con el paso del tiempo me di cuenta que era peor si me quedaba callada, así que decidí buscar ayuda. Hablé con mi mamá y le expliqué todo lo que estaba ocurriendo dentro de la escuela.Desde que mi mamá se enteró fue a la escuela a hablar con la directora ya que le parecía ridículo que ningún maestro hiciese nada al respecto de la situación.

Fue una decisión muy difícil, pero si nunca hubiese tomado la decisión de hablar no sé qué sería de mí ahora. Mi familia y la escuela tomaron medidas para abordar el acoso, y aunque no se pudo resolver por completo, me sentía muchísimo más tranquila en la escuela, sin la preocupación de que algo me pudiese pasar en ella.

Uno de los aspectos más importantes de mi transformación fue aprender a perdonar.

Me di cuenta de que aferrarse al resentimiento,rencor,etc sólo empeoraba mi propio sufrimiento. Aprender a dejar ir esa ira y a centrarme en mi propio crecimiento y bienestar no fue facil, pero una vez que me di cuenta del daño que me estaba haciendo atascarme en eso,poco a poco lo fui dejando ir. Mi experiencia también me ayudó a desarrollar una mayor empatía hacia los demás. Al comprender y experimentar lo dolorosa que puede ser la experiencia de ser marginada, humillada y atacada,me volví más susceptible y sensible a los sentimientos de los demás.

A mi punto de vista lo que me sucedió el año pasado fue una experiencia dolorosa y muy difícil para sobrellevar. Sin embargo, también fue una experiencia que me enseñó lecciones valiosas sobre la empatía, la compasión y la resiliencia.

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