Críticas a la Didáctica Magna

Comenio

Críticas a la Didáctica Magna

Aportes vigentes y desafíos actuales

Aportes: Elaboró un método universal, que posibilitara enseñar “todo a todos”, planteando una propuesta de enseñanza ordenada y gradual, organizada con finalidades y destinatarios específicos, según sus edades; basándose en el principio de secuencialidad, se aprende partiendo de lo más fácil a los más difícil, de lo cercano a lo lejano.

El método comeniano se configuró como lo que se conoce como la tríada didáctica, compuesta por las relaciones entre: el docente se ubica como el representante del saber, el alumno tiene todo por aprender y no aporta saberes, y el conocimiento, como acumulativo, fijo y no discutible.

Críticas: Los escalonovistas se opusieron a la idea de la homogeneización de la enseñanza. Tanto los enfoques escolanovistas y técnicos apelan a la psicología y producen un desplazamiento que ocurre desde el saber didáctico clásico (comeniano), cuyo centro era el disciplinamiento y la instrucción, al saber psicológico que hace foco en el sujeto de aprendizaje. A partir de los aportes hermenéuticos la enseñanza se transforma en una actividad centrada en ayudar a los estudiantes a plantearse y resolver nuevos problemas. El docente orienta, guía y prepara las comunicaciones que hacen posible el aprendizaje. Cambia el objeto de la transmisión: aquello por enseñar no es solo un contenido derivado del conocimiento disciplinar, sino que es el contenido como mensaje abierto y múltiple, tensionando la posición docente.

Hoy la escuela está habitada por aulas heterogéneas; pensar en un único método para enseñar “todo a todos” se pone en tensión, dado que aprenden en tiempos no homogéneos. La enseñanza como inclusión es un derecho que reclama construir tantas formas de enseñanza como sean necesarias para que todos puedan aprender.

El gran desafío es fortalecer y ampliar en la escala del sistema educativo la enseñanza como asunto colectivo, cooperativo y fundamentalmente político. Ya que la voracidad de las transformaciones sociales y el avance de las nuevas tecnologías han alterado los modos de hacer y habitar la escuela y establecieron tiranteces profundas en el trabajo de enseñar: como docentes dejamos de ser considerados los representantes únicos del saber, reconociendo en los estudiantes la presencia de saberes y puntos de vistas distintos a los nuestros, pero válidos y necesarios de ser incluidos.