Didáctica Magna

DIDÁCTICA MAGNA

Se dice que el fin último del hombre es la bienaventuranza con Dios, pues fue tal el amor que el Creador siente por el hombre que  no sólo lo hizo a imagen y semejanza suya sino que lo colocó en un papel de superioridad en relación con las creaturas que habitan la tierra, dotándolo de racionalidad, y es precisamente esta racionalidad la que juega en ocasiones un papel en contra del ser humano, ya que los sentimientos se hacen presentes tales como la envidia y el deseo de ser más que los demás, y esto lejos de ayudar a que el mundo sea mucho mejor para todos, desata una guerra y un deseo desmedido de demostrar quién es más que los demás.

En cuanto al quehacer pedagógico se refiere; esta racionalidad es un papel clave en el desarrollo del educando, ya que si bien es cierto todo hombre posee estas cualidades de ser racionales, el docente debe desarrollar al ciento por uno está habilidad, para poder visualizar en los alumnos aquellos que en ocasiones requieran más de nosotros, aquellos que no solo necesiten al docente, sino aquellos alumnos que necesiten del ser humano, del amigo, de alguien que los escuche, por eso debemos ser creaturas racionales como lo menciona esta obra; observando, y conociendo más allá de lo escolar, para poder ayudar al educando, demostrando que el ser humano sin excepción puede si quiere desarrollar todas y cada una de las habilidades de las que Dios nos dotó, porque a todos sin excepción nos dio habilidades, o dones; como quiera que se llamen, sólo que a veces no somos capaces de desarrollarlos, y es ahí donde entra el papel del docente; conduciendo y en ocasiones descubriendo talentos en los alumnos que ni siquiera ellos sabían que poseían, debido a diversos factores: falta de confianza, desinterés, etc., conduciendo al estudiante a no sólo descubrirlas, sino a valerse de ellas, para beneficio propio y porque no para  beneficio social, ya que no debemos olvidar que el ser humano es un ser social, y tan es así que Dios lo dotó del raciocinio para que a través de él pudiera tomar decisiones, mismas que deben encaminarse a seguir el ejemplo de Dios, pues somos imagen y semejanza suya, por lo tanto nuestra vida debe encaminarse a complacerlo y realizar todo aquello que a Él le agrade.

Tan es así que el hombre debe de cumplir con ciertos requisitos como lo son: erudición, virtud o costumbres honestas, religión o piedad, siendo la erudición el de ser sabedor de las cosas, dominar artes, lenguas, etc., en este sentido el docente debe ser erudito de la materia o materias que imparte, ya que ¿cómo se pretenderá compartir el conocimiento si quien está contratado para ello es un neófito en la materia que imparte?, el docente debe estar comprometido para brindar a sus alumnos educación de calidad, seguro de que los contenidos que imparte son los correctos, y si por alguna razón no domina dichos contenidos, debe estar dispuesto a someterse a una constante actualización, ya que no debe de perder de vista que los estudiantes de hoy son profesionistas del mañana; el comprometerse a conocer, investigar, y pedir apoyo en los contenidos que se le dificulten no lo hacen menos inteligente, sino por el contrario demuestra que el docente tiene el compromiso de formar al estudiante de manera correcta, adecuada y sobre todo, se tendrá la seguridad y tranquilidad de haber realizado su función dignamente.

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