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Contenido

Capítulo 1: Te Encontraré        3

Capítulo 2: Solo es un sueño        5

Capítulo 3: Por qué a mí        7

Capítulo 4: Cosas que pasan        9

Capítulo 5: Idiota en común        11

Capítulo 6: Un largo viaje        14

Capítulo 7: Amistad a la fuerza        16

Capítulo 8: La Fiesta de luces y sombras (Parte 1)        18

Capítulo 9: La Fiesta de luces y sombras (Parte 2)        20

Capítulo 10: La Fiesta de luces y sombras (Parte 3)        22

Capítulo 11: Favor por Favor        25

Capítulo 12: Aquí estas        27

Capítulo 13: Todo está bien        30

Capítulo 14: Pequeñas Verdades        32

Capítulo 15: Estado Psicológico        34

Capítulo 16: Planes en marcha        36

Capítulo 17: Vienes conmigo        39

Capítulo 18: Ni tu ni nadie        42

Capítulo 19: Pasos cercanos        44

Capítulo 20: Momentos Fugaces        46

Capítulo 21: Volviendo a la realidad        48

Capítulo 22: El plan de la verdad        50

Capítulo 23: Deberías saberlo        53

Capítulo 24: Apuñalado por las palabras        55

Capítulo 25: Dime la verdad        57

Capítulo 26: Castigo en soledad        59

Capítulo 27: Nunca fuiste tu        61

Capítulo 28: Lo siento        63

Capítulo 29: Hora de hablar        65

Capítulo 30: Consejos perdonados        67

Capítulo 31: Finalmente libre        70

Capítulo 32: ¿Amigos?        73

Capítulo 33: Por tu bien        75

Capítulo 34: Tranquilo        78

Capítulo 35: Abrazo perdido        81

Capítulo 36: El mismo cliché        85

Capítulo 37: No lo permitiré        87

Capítulo 38: El álbum del recuerdo        89

Capítulo 39: Contigo siempre        91

Capítulo 40: Tardes invernales        94

Capítulo 41: Pruebas        97

Capítulo 42: Estoy solo        99

Capítulo 43: Recuerda        102

Capítulo 44: Examen de carrera        104

Capítulo 45: No quiero sentirlo        108

Capítulo 46: Esto es todo        110

Capítulo 47: Ansiedad        113

Capítulo 48: Explosión interna        116

Capítulo 49: Rompiendo el pasado        119

Capítulo 50: No estás solo        122

Capítulo 51: Ayuda urgente        125

Capítulo 52: Mamá y Papá        128

Capítulo 58 Especial: Aquella noche (Parte 3)        145

Capítulo 59: Llamadas y café        148

Capítulo 60: Sígueme        151

Capítulo 61: Tú        154

Capítulo 62: Hermanos por derecho        156

Capítulo 63 Especial: Dulce mirada (Parte 4)        158

Capítulo 64: Miedos cercanos        161

Capítulo 65: Ojos Cafés        164

Capítulo 66 Especial: Soledad a tu lado (Parte 5)        167

Capítulo 1: Te Encontraré

Hay oscuridad en todas partes, mire donde mire, solo hay eso. Miro hacia el cielo y hay una pequeña luz a lo lejos. – Es una estrella- pienso. Siento la brisa del viento al chocar en mi rostro, es como si comenzara a reaparecer todo a mi alrededor. Sin darme cuenta, estoy de espaldas contra un muro, conteniendo la respiración, como si me estuviera escondiendo de alguien. Siento como mis ojos se humedecen por la desesperación; mi cuerpo esta tenso que no responde.

-No, no, no-

Un dolor en mi pecho y ese nudo en mi garganta se sienten más fuerte al momento de salir corriendo sin dirección fija. De repente, siento como algunas gotas caen sobre mi cabello alborotado, y sin previo aviso la lluvia cae sin más. Corro, empujando a una multitud que apareció en mi frente; todos iban en dirección contraria, sentía sus miradas, pero eso no me detuvo.

El dolor en mi pecho duele cada vez más, hasta que caí rendido en un charco. No sé cuánto me quede allí, solo sabía que estaba mojado y tirado en el suelo. La lluvia caía cada vez más fuerte, deteniéndome. No podía mover mis piernas, además de que mis ojos están cansados por las lágrimas que no soporte, y poco a poco, la oscuridad total se apoderó de mí.

Un pequeño rayo de luz roza mi rostro y lentamente voy abriendo mis ojos. Aun sigo en el charco que caí en la noche. Trato de levantarme, pero no puedo, me duele todo el cuerpo.

Tiemblo de miedo cuando veo la sombra de alguien a mis espaldas. Siento como me mira fijamente.

-Por fin te encontré- dice aquella persona a mis espaldas. Mis manos entran en pánico, lo único que hago es abrazarme, tratando de entrar en calor un poco. -Tranquilo, te estaba buscando toda la noche- continua. Un escalofrió recorre mi cuerpo al recordar que salí corriendo porque sentía que alguien me perseguía y me acechaba.

-Es el- supuse.

-Esos que te perseguían no te molestaran más- dijo al notar mi silencio. ¡¿Qué?!, entonces ¿Él no me perseguía? Voltee a verlo, pero el sol me pego directo a los ojos, nublando mi vista, y para completar mi suerte, el traía la capucha puesta ocultándole hasta la nariz. Era extraño. Solo podía observar su sonrisa que no cambio en ningún momento.

- ¿Q-quién eres? - solté con nerviosismo.                                                                                                        - ¿Yo? Yo no soy nadie, apenas soy un chico que trataba de encontrarte.                                 - ¿Encontrarme? entonces…. ¡Tú también me perseguías! – respondo algo exaltado.                                             -Ey, tranquilo ¿vale? – dice estirando su brazo para ayudarme a levantar.

No puedo aceptarlo, ni siquiera sé quién es, y tampoco sé porque me estaba buscando.

- Aun no confías en mi ¿verdad? -                                                                                                                        - Yo…. – ni siquiera sé que decir.                                                                                                                        

- ¿Me vas a dejar con el brazo estirado? - dice inclinándose un poco más. Quizás no sea malo y tampoco de los que… - ¿Quiénes me perseguían? – me pregunto mentalmente mientras me levanto. Aún seguía empapado por todos lados y con frio, a pesar de la presencia del sol.

- Toma – dijo al verme tiritando de frio, entregándome una sudadera gris – No es mucho, pero te calentará-

¿Por qué era bueno conmigo? No es que sea negativo, ni nada de esas cosas, solo que no lo he visto y habla como si me conociera. El frio me hace reaccionar y termino poniéndome la sudadera. No sé de dónde lo saco, pues aún tiene la suya.

- ¿Por qué me estabas buscando? - pregunte decidido – y ¿Por qué eres bueno conmigo? –

-Te estaba buscando siempre- contesto ampliando su sonrisa – y ¿Por qué no sería bueno contigo?

...