Actividad 2.- Trayectoria lectora y escritora.

Actividad 2.- Trayectoria lectora y escritora.

Para ahondar en el asunto empezarás por evocar tu propia historia como lector y escritor: haz un ejercicio de memoria y responde cómo aprendiste a leer y a escribir. Guía tus recuerdos con las siguientes preguntas: ¿Alguien te leía? ¿Te escribía o escribía por ti? ¿Quién y qué? ¿En qué momentos? ¿Quién te enseñó a leer y/o a escribir? ¿Cómo lo hizo? ¿Qué repercusiones tuvo esto para ti? ¿Cuántos años tenías? ¿Fue en tu casa o en la escuela?

Utiliza tus respuestas para elaborar un texto, de entre dos y tres cuartillas, sobre tu historia como lector y como escritor.

Desde muy pequeña recuerdo que mis padres siempre nos compraban a mí y a mis hermanos libros de cuentos, ¡hasta una enciclopedia completa de cuentos de Walt Disney!, me encantaban porque tenía muchos dibujos y pocas letras, que aunque no sabía leer aun, me imaginaba lo que trataba por medio de sus imágenes, comprobando si tenía razón cuando me leían esos textos literarios mi abuelita o mi mamá.

        Hablando de mi mamá, ella siempre la veía leyendo variedad de fuentes escritas: libros de escritores famosos y de diversos tipos de textos, periódicos y revistas; tenía un librero lleno de libros (vaya la redundancia) de diferentes tamaños y colores; me llamaban tanto la atención verlos sin saber leer, pero ella y mi abuelita me los leía, recuerdo que trataba temas de la Guerra Mundial, recetas de cocina, historietas, historias como La cabaña del tío Tom, Marianela, Los tres ataúdes; cuentos de Anderson y Las Mil y unas noches, etc., hasta libros que usó mi papa que se llamaban “Gramática Española” que me ayudaron de mucho en mis estudios.

        En muchas ocasiones, me gustaba copiar las letras que tenía los libros, preguntándole a mi mamá y abuelita que decía lo que había anotado; también inventaba yo garabatos, ya quería saber leer y escribir.

        Me gustó mucho cuando entre a la primaria, me tocó la maestra Teresa, encantaba que me pusiera ejercicios de caligrafía y me encargara de tarea planas, me enseño por medio de sílabas, batallado en aprender, pues tenía problemas de lenguaje por tener el frenillo grande, pero después me operaron y acudía a un centro Psicopedagógico para que me apoyaran en el lenguaje y la enseñanza, logrando leer y escribir bien ya a finales de segundo año, recalcando que es logro también lo amerita mi mamá, debido a que se preocupó en mi aprendizaje y me apoyo en todo momento.

        Seguí con clases especiales hasta segundo año y ya para entrar a tercero me dieron de alta, sintiéndome muy feliz, y más que mis calificaciones subieron, ya no tenía ningún problema de lenguaje ni de aprendizaje.        

Algo muy desagradable fue en segundo año, pues me cambiaron de escuela que no me gustaba para nada y me toco una maestra muy gritona que no me tenía paciencia, quería que a fuerza leyera y escribiera bien, pero no podía pronunciar la letra “r” al leer y la cambiaba por otras al escribir; recuerdo que una vez que fue la clase pública con padres de familia, me puso a leer la maestra  y decía la palabras “perro” pero yo decía “pero” por mi problema de lenguaje, pero ella quería a fuerzas que leyera bien, me humillo delante de todos, de por si era tímida, total que mi mamá fue como fiera a reclamarle y desde ese día fue más paciente conmigo.

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