Análisis Luna De Avellaneda

“Luna de Avellaneda”

En el principio de la película “Luna de Avellaneda” se puede ver una sociedad de Dock Sud de los años 60, donde la tradición de la familia tenía un gran peso, con un ambiente tranquilo, en el que había un respeto mutuo, y en donde las relaciones eran el objetivo principal. Se puede apreciar como el club era un espacio familiar donde dominaba un trato amigable y apacible, repleto de familias, pero luego, se produce un corte en que se ve que ese espacio feliz y lleno de esperanza ahora es algo gris, abandonado y cargado de angustia y tristeza.

Había llegado la crisis, tanto en un sentido económico, como en uno político y social. Una crisis que afecto a muchos individuos de la sociedad argentina en el año 2001 y que, como consecuencia, también al club. La película se desarrolla durante este marco, en donde los protagonistas se encuentran en un gran problema, decidir el destino de ese espacio, donde se daban distintos tipos de cursos como el de básquet, Ballet y otros.

La crisis económica había dejado al país en quiebra, las empresas estatales pasaron a ser

malvendidas, pasando a manos privadas o cerrando en su mayoría, generando así, la pérdida de empleo en muchas personas. Estas características se ven claramente en la película y en la vida de los protagonistas: Graciela, que no tenía dinero para alimentar a su hijo, llega al punto de querer usurpar dinero del mismo club. Román, con una familia que se desarmaba, separándose de su esposa que le era infiel, y su hijo que se iba a España por falta de trabajo.

El club estaba ordenado de forma que le permitía su normal funcionamiento: Román y los demás poseían cargos en diferentes jerarquías, estaban ellos primero, que se encargaban de las cuestiones administrativas, eran los que pagaban impuestos y demás. Después estaban los socios activos que tenían incidencia en las cuestiones del club, pero en menor medida, que estaban presentes a la hora de votar y decidir. Había además una serie de normas, la comisión organizadora y los asociados activos tenías la obligación de pagar para formar parte, se debía poseer un carnet de socio y por supuesto, pagar una cuota a la comisión organizadora que destinaba el dinero a

la mantención del club.

En cuanto a los tratos de clase sociales y género se puede observar que es igualitario, a pesar de que Román haya querido a explicar a Dalma que no podía seguir concurriendo al Club por la falta de pago de la cuota, termina desistiendo, dejando que la niña siga tomando sus clases de ballet. Se puede observar como la inclusión social del club se representa en el personaje de esta niña que vive en una villa, mal alimentada, y que el único lugar donde puede soñar, bailar y ser niña es allí, en el club Luna de Avellaneda. Sin embargo se había perdido

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