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Bailamos siempre


Enviado por   •  29 de Noviembre de 2019  •  Ensayos  •  858 Palabras (4 Páginas)  •  132 Visitas

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Me quedé pensado, la verdad es que bailamos siempre.

¿Y yo puedo bailar? ¿Cómo? Estas son las preguntas más frecuentes cuando se habla de danzar, de bailar. Creo firmemente en que todos podemos bailar. Desde los tiempos más atávicos, el ser humano se expresa a través de la danza, la música, el canto. Bailamos siempre. Cuando estamos cocinando y nuestros hijos nos pasan por al lado con alguna musiquita moderna. Bailamos cuando nuestro vecino de automóvil casualmente tiene la canción de cuando te enamoraste por primera vez. Bailamos en la bañera mientras el agua nos envuelve en su música natural. Se baila en las circunstancias más insólitas, como en una plaza pública cuando recibimos una buena noticia, así como cuando Los Capitanes de Arecibo encestan y ganas por dos puntos. Bailamos porque estamos vivos. También cuando estamos tristes o porque se produce una exaltación de nuestros sentimientos o estados de ánimo.

Danzamos en soledad, y en la compañía de nuestros seres queridos, frente a nuestra persona amada, por diversión, y por supuesto, le danzamos a Dios, independientemente de nuestra creencia religiosa. Los rituales definitivamente contienen movimientos sincronizados, que cuando se enlazan unos con otros se convierten en la más bella coreografía. Mecemos a nuestros bebés recién nacidos y ese movimiento les calma el llanto. La naturaleza baila permanentemente a nuestro alrededor, y lo que debemos comprender es que somos parte de ella. Es natural bailar, así que todos podemos regresar a ese instinto, a la libertad del movimiento corporal. ¿Por qué? Porque es intrínseco del ser humano. Es parte de nuestra naturaleza humana. Y es posible verlo en cada detalle de nuestro alrededor. Lo único que debemos hacer, es “intentar detenernos”, y verá que no podremos lograrlo; nuestras pestañas se nos adelantarán, y será un intento fallido, o un intento que consideramos como “logrado”; hasta que entramos en cuenta de que la sangre siguió fluyendo, ni el corazón ni los pulmones dejaron sus actividades básicas y cotidianas. Estamos hechos para bailar. Pero, para mis padres no era así de fácil como lo estoy describiendo.

Para mis padres, realmente, para mis abuelos, porque fui criada por ellos. Bailar profesionalmente, estaba reservado única y exclusivamente para las “prostitutas”. Ante esa afirmación y casi orden por parte de mi abuelo, pues se me hizo muy difícil realizar mis estudios de ballet clásico y danza moderna. Casi los realicé como un acto subversivo. Para mis abuelos, se podía solo realizar bailes de salón. Un vals, un danzón. Ya una salsa, o un simple danzón, eran algo vulgar. Y jamás, con esa extrema autoridad impositiva, mi abuelo se opuso a cualquier intento de mi parte (y de mi gran aliada, mi abuela) por profesionalizarme.

En la época de mis abuelos, más en San Cristóbal, de donde somos. El bailar estaba reservado

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