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COMPETENCIAS PRAGMATICAS


Enviado por   •  30 de Noviembre de 2014  •  3.439 Palabras (14 Páginas)  •  459 Visitas

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COMPETENCIAS PRAGMÁTICAS

La pragmática es una disciplina bastante reciente introducida por C. Morris que utilizó el término de pragmática por primera vez para designar “la ciencia de los signos en relación con sus intérpretes”. De este modo, la pragmática pasaba a ocupar un lugar junto a la semántica y la sintaxis: la pragmática toma el lenguaje tal y como se manifiesta, es decir, inmerso en una situación comunicativa concreta; la semántica hace abstracción de los usuarios y se centra en la relación entre los signos y los objetos a los que aquellos representan; y la sintaxis atiende sólo a las relaciones existentes entre los signos, prescindiendo de los usuarios y de los significados.

El concepto de pragmática resultaba demasiado amplio. Esta amplitud es la causa de que hoy no se pueda hablar de una sola pragmática , sino tantas como centros de interés puedan aislarse.

La pragmática es una perspectiva diferente desde la que contemplar los fenómenos, una perspectiva que parte de los datos ofrecidos por la gramática y toma luego en consideración los elementos extralingüísticos que condicionan el uso efectivo del lenguaje. En este sentido, la pragmática no pretende invadir el terreno de la investigación gramatical, sino, en todo caso, complementarlo.

1. ¿Qué es la pragmática?

Se entiende por pragmática el estudio de los principios que regulan el uso del lenguaje en la comunicación, es decir, las consideraciones que determinan tanto el empleo de un enunciado concreto por parte de un hablante concreto en una situación comunicativa concreta, como su interpretación por parte del destinatario. La pragmática es, por lo tanto, una disciplina que toma en consideración los factores extralingüísticos que determinan el uso del lenguaje

2. Tres problemas de pragmática.

2.1. El PROBLEMA DEL SIGNIFICADO NO CONVENCIONAL.

Hay dos ideas que gozan de gran popularidad y difusión (la de que las lenguas son códigos, y la de que comunicarse consiste en codificar y descodificar información) y que pueden resultar útiles en algunos momentos, pero dibujan sólo un esquema muy simplificado de la comunicación. En la pag. 15, Escandell ilustra con dos textos de Voltaire y de Lewis Carrol que se pueden dar distintos significados a una misma palabra según quien la use y en qué ocasiones.

Contamos siempre con la posibilidad de que haya una cierta separación entre lo que se dice (entre los significados literales de las palabras que se pronuncian) y lo que se quiere decir (la intención comunicativa subyacente). Hemos credo complejos mecanismos de inferencia que entran en funcionamiento automáticamente para hacernos recuperar lo que nuestros interlocutores quisieron decir a partir de lo que realmente dijeron. Estamos usando constantemente estrategias que nos conducen a contextualizarlo todo de la mejor manera posible para que encaje y tenga sentido.

2.2. SINTAXIS Y CONTEXTO.

El español es una lengua de orden de palabras relativamente libre. Es verdad que hay una relación entre grado de caracterización morfológica y orden de palabras, pero es ilegítimo extraer de ahí la conclusión de que , en las lenguas cuyo orden de palabras no viene fijado de manera estricta por la sintaxis, todas las variantes posibles son absolutamente equivalentes en todos los contextos.

En resumen, si contemplamos los hechos desde un punto de vista general, resulta evidente que incluso algunos aspectos típicamente gramaticales, como el orden de las palabras, están determinados por factores de tipo contextual o situacional, especialmente a lo que se refiere al contraste entre la información que se presenta como compartida por los interlocutores y la que se considera nueva. La cuestión no puede, pues, plantearse exclusivamente en términos de corrección gramatical, sino también de adecuación discursiva.

2.3. REFERNCIA Y DEIXIS.

Desde el punto de vista de la comunicación, comprender una frase no consiste simplemente en recuperar significados, sino también en identificar referentes. No basta con entender las palabras; hay que saber a qué objetos, hechos o situaciones se refieren. La asignación de referencia constituye, pues, un paso previo e imprescindible para la adecuada comprensión de las frases, y sólo la situación puede proporcionar los datos necesarios para que el destinatario comprenda perfectamente la realidad a la que se está refiriendo su interlocutor. Todos los datos que faltan dependen directamente de la situación comunicativa.

Si no cierras la puerta, Kiko se escapará. (pag. 20).

Sólo la situación comunicativa me puede señalar a qué puerta exactamente se está refiriendo y quién es exactamente Kiko.

Todas las lenguas tienen formas especiales para hacer referencia a los diferentes elementos de la situación: son los deícticos. Entre ellos no sólo se encuentran los pronombres personales de primera y segunda persona en todas sus formas, los demostrativos, los posesivos, y muchos adverbios de lugar y tiempo; debemos contar también los morfemas de tiempo de la flexión verbal y las fórmulas de tratamiento, además de todas las formas anafóricas y catafóricas.

De nuevo, requisitos imprescindibles para conseguir una interpretación plena son los factores extralingüísticos, como conocer la identidad del emisor o del destinatario y conocer las circunstancias de lugar y tiempo de emisión.

3. La necesidad de la pragmática.

La distancia que existe a veces entre lo que literalmente se dice y lo que realmente se quiere decir, la adecuación de las secuencias gramaticales al contexto y a la situación, o la asignación correcta de referente como paso previo para la comprensión total de los enunciados son tres tipos de fenómenos que escapan a una caracterización precisa en términos estrictamente gramaticales.

Así, una teoría general del lenguaje deberá dar respuesta adecuada, al menos, a las siguientes preguntas:

• ¿Cómo es posible que lo que decimos y lo que queremos decir puedan no coincidir?

• ¿Cómo es posible que, a pesar de todo, nos sigamos entendiendo?

• ¿Qué parte de lo que entendemos depende del significado de las palabras que usamos?

• ¿Qué parte depende de otra cosa?

• ¿De qué otra cosa?

Estos problemas constituyen el centro de interés de la pragmática.

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