COMUNICACIÓN EN LOS AMBITOS ESCOLAR Y PROFECIONAL

COLEGIO DE EDUCACIÓN PROFESIONAL TÉCNICA DEL ESTADO DE GUANAJUATO

PROFESIONAL TÉCNICO BACHILLER EN MECATRÒNICA

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COMUNICACIÓN EN LOS AMBITOS ESCOLAR Y PROFECIONAL

TEMA:

REALIZADO POR:

Leonel padilla Valadez

Wendy María Loreto Gutiérrez Medrano

Margarita Verónica Granados Araujo

Job Nayip Hernández Meneses

Silao, Gto. 29  de abril de 2014

Introducción:

A simple vista Brooke Greenberg parece una feliz bebe de apena 11 meses. Sus padres Melanie y Howar Greenberg  la visten, la alimenten, la cargan, y juegan con ella. Brooke, ríe, llora e identifica a las personas, pasa 7k y mide 75cm, ella parece cualquier otra niña de su talla a excepción de algunas complicaciones de salud pero la mayor diferencia es que no tiene 11 meses sino 20 años  y ya va para 21 años.[pic 2]

Desarrollo: 

De nunca jamás

Los Greenberg, originalmente de Maryland, Estados Unidos, se percataron de que pasaban los meses y los años y la y la tercera de sus cuatro hijas no crecía ni un centímetro, comenzaron un éxodo por los consultorios de pediatras, nutriólogos. Es un inicio se pensó que su crecimiento era solo cuestión de tiempo, pero pronto quedo claro que, lo que fuera que tuviera Brooke no  dependía de la edad. Tras  realizar un primer  análisis genético no se encontró ningún rastro de algún síndrome conocido, como el síndrome Werner.         Durante su primera etapa  debida fueron pocas las esperanzas de que sobreviviera antes de los seis años  fue sometida a una operación debido a que siete ulceras habían perforado su estómago; a los cuatro, cayó en coma del que se pensó que n se recuperaría. Incluso se le había diagnosticado un tumor cerebral. Sin embargo luego de 14 días ella despertó sin daño alguno. Más de 15 años desde entonces y Brooke continúa teniendo la misma fisonomía. En el plano cognoscitivo ocurre la misma situación: su cerebro y habilidades de aprendizaje siguen siendo las de un bebe de 11 meses. Técnicamente, vive detenida en el tiempo.[pic 3]

Partes de aquí partes de allá

En 2009 un artículo público en la revista especializada Mechanisms of Ageing and Development (Mecanismos del Envejecimiento y el Desarrollo)  abordo el caso de “Dorian Gray” en pañales. De acuerdo con el estudio, Brooke no solo tenía un cerebro infantil, sino que sus dientes,  incluso aquellos  de leche que  aún mantenían s sus 13 años de vida. Fue en 2005 cuando el Dr. Richard Walker, experto en biología del envejecimiento se enteró, a través de la prensa, sobre la situación de Brooke.  Sin perder tiempo, Walker viajo a Maryland para reunirse con los Greenberg. Fue el quien, junto con Pakula y otros expertos en genética, explico en 2009 por primera vez que la causaba de la enfermedad de Brooke. Pese que en los análisis del ADN de Brooke no se encontró ningún tipo de mutación visible, Walker cree que este desarrollo disociado es causa por una mutación, la cual se habría originado en los genes encargados de regular el crecimiento.[pic 4]

Alocada construcción

Para Walker, su hipótesis planteada que los genes encargados de regular el desarrollo del individuo son también los responsables. Existen genes que tienen más de una función. En la teoría de Walker, el gen encargado del crecimiento en caso de existir actuaria de modo similar. La llamada inercia del desarrollo comenzaría a tener efectos adversos  y en lugar de ayudar al individuo favorecían la aparición de enfermedades. Al final las bases que sostienen también son invertidas por estos y todas se viene abajo el cuerpo deja de funcionar y muere. Por ello, para evitar el envejecimiento la idea que propone es silenciar estos genes que regulan el crecimiento una vez que se llega a la edad adulta.[pic 5]

Interruptor genético[pic 6]

Varios estudios mantienen la esperanza en esta dirección. Quizá uno de los más importantes es el realizado en el  nematodo Caenorhabditis elegans-un gusano de casi 1mm de largo-. En la década de los 90 del siglo pasado la investigadora Cynthia Kenyon, de la universidad de California, en EUA, descubrió que al mutar un gen en particular en el gusano C.elegans su desarrollo podía regularse y aumentar su longevidad hasta casi el doble. En esa época Kenyon reporto que el valor real de su investigación era que “ahora sabemos que la longevidad de la vida  no es un fenómeno pasivo. Está controlado por los genes”

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