CUENTO Plumas de cocodrilo

ESCUELA RENÉ LOUVEL BERT – CONCEPCIÓN

PLAN LECTOR 2º A – 2013 – Prof. CRISTINA ÁVILA OPAZO

PLUMAS DE COCODRILO

(Ruby Anguita)

Y el río era tan ancho que no se veía la otra orilla: era casi como el mar. En sus aguas vivían peces, patos silvestres y cocodrilos, y cuando el calor era intenso, solían llegar a bañarse algunos elefantes.

Los grandes árboles de la ribera estaban cargados de frutos, y monos grandes y chicos se mecían en sus ramas. También pájaros de hermoso plumaje deleitaban a todos con su canto y, para ocasiones especiales, formaban coros tan maravillosos, que hasta los monos enmudecían.

Pero eso sucedía poco.

Por lo general era tal el ruido, que los pobres cocodrilos que trataban de dormir siesta no podían pegar los ojos.

Un día, algo comenzó a cambiar: los árboles de la orilla estaban cada vez más lejos del agua, y había que caminar un largo trecho del agua para llegar a su sombra. Ya no cabían todos los animales en el agua; se topaban al nadar y se daban empujones.

Algunos jóvenes de mal genio comenzaron a pelear y los mayores tuvieron que separarlos.

Decidieron, entonces, pedir ayuda.

Peces y cocodrilos fueron río arriba y río abajo, llamando a parientes y conocidos. Los pájaros fueron en busca de los elefantes, pero sólo uno apareció: era Malaquías; él se había bañado en el río infinidad de veces.

Para dirigir la reunión, eligieron presidente al cocodrilo de más edad. Se llamaba Melitón.

Al principio hubo orden, pero luego hablaron todos a la vez.

Aburrido con tanto ruido, Malaquías levantó su trompa y lanzó un chorro de agua por sobre la asistencia. La sorpresa los dejó mudos y entonces él pudo hablar:

• Lo que pasa es que el río trae menos agua. Por eso no caben todos.
• Yo conozco la laguna donde nace el río – dijo Melitón -. La lluvia y la nieve la llenan constantemente, ¿cómo puede haber menos agua?[pic 7]
• No es falta de nieve y lluvia – contestó Malaquías -. Lo que ocurre es que los hombres están construyendo una gran represa y llevan el agua por otro camino, así es que pronto se secará el río.
• ¿Qué vamos a hacer? – preguntaron afligidos.
• Si yo fuera ustedes, me iría mientras quede agua; después será imposible. Se lo digo yo, que lo he visto antes.

A medida que disminuía el caudal se fueron los animales que vivían en el agua, y por fin, sólo quedó Melitón. Estaba demasiado viejo para cambios. Además, pensó que siempre habría suficiente agua para un solo cocodrilo.

Al poco tiempo de estar sin su familia, el viejo cocodrilo comenzó a hacer cosas raras: trataba de subir a los árboles, comer plátanos y perseguir mariposas. Quería imitar el canto de los pájaros, pero sólo emitía ruidos aterradores.

Muy preocupados por lo que ocurría, los pájaros hablaron con él:

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