Cadena De Valor

INSTRUCCIONES: Utilizando el siguiente relato como base, aplique el método de las 7 O’s con la finalidad de

lograr hacer la descripción de la compra.

Esta es una compra muy importante y tiene muchas implicaciones emocionales ya que si elijo una máquina inadecuada, me sentiré enfadada y frustrada durante mucho tiempo, ya que una máquina de coser debe durar toda la vida. Por ello, decidí buscar con cuidado. Miré anuncios en los periódicos. Pregunté a mis amigas qué máquinas recomendarían.

Una amiga que cose mucho me dio una opinión tajante. “compra una Husqvama, sin lugar a dudas” dijo, “son maravillosas”. Me contó lo satisfecha que estaba con la suya. También me habló de una amiga suya que cosa a nivel prácticamente profesional. Su amiga compró una Singer y al cabo de un año estaba “para tirar”. Luego compró una Husqvama y desde entonces ha trabajado estupendamente con ella.

Esto me decidió. Compraría una Husqvama –especialmente porque ya tenía una opinión favorable sobre ellas- debido en parte a su campaña publicitaria. Llegados a este punto, debo mencionar que es imposible juzgar la calidad y las características especiales de una máquina de coser mirándola o incluso presenciado una demostración (Los demostradores conocen muchos trucos!). Solo se puede juzgar una máquina utilizándola, y como hacen falta bastantes conocimientos y práctica para manejar cada máquina, realmente no es posible practicar con cada máquina en la tienda. Así que, en general, la recomendación de una amiga es un método bastante bueno y fiable de conseguir lo que se quiere.

Lo primero que comprobé es que no hay muchas tiendas de máquinas de coser en Nueva York. Singer está bien representada, pero ya la había descartado. Lo había decidido incluso antes de habla r con mi amiga, pero esa conversación me lo confirmó. Esto resulta raro cuando digo que he utilizado una Singer durante 24 años y me ha parecido una máquina excelente. Los motivos por los que ya no quiero una Singer es que ahora parecen “baratas” es decir de plástico, endebles y caras, además de que cuando fui a mirar una Singer me encontré con que había varios vendedores insistentes rondando por allí, pero cuando se dieron cuenta que solo estaba mirando” y ya no les interesé.

Seguí mirando y encontré una tienda que parecía ideal. Vendían varias marcas, entre ellas las Husqvama. Sin embargo, tuve que descartar rápidamente la opción de la Husqvama porque valía más de $240.00. Entonces decidí que buscaría una máquina más sencilla, ya que realmente no necesitaba una que bordara. Encontré una, la “White”. Nunca la había oído nombrar, pero la vendedora me aseguró que tenía todas las características que deseaba excepto los bordados. Si hubiera llevado mi chequera, la hubiera comprado

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